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A la mierda: Juegos que nos ganaron y no pudimos terminar

Nos hemos puesto de acuerdo para compartir algunos de los títulos que nunca llegamos a completar.

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Como jugadores, todos tenemos en nuestra lista algún juego que nunca hemos llegado a terminar, ya sea porque es demasiado largo o porque llega a ser frustrante e incluso tedioso. En fin, hay títulos que requieren mucho tiempo para enseñar el final, y si no son lo suficientemente buenos como para mantenernos enganchados, es muy fácil que perdamos el interés y empecemos a jugar a otro diferente. Pues bien, hoy en Gamereactor os presentamos algunos de los juegos que, por una razón u otra, todavía no hemos llegado a completar:

Dark Souls 3 - La Ciudad Anillada - Kieran Harris

En primer lugar tenemos Dark Souls 3, el juego que inspiró este artículo. Para ser sincero, esta serie nunca me había supuesto grandes problemas y, al jugar, siempre había estado muy seguro de mí mismo, ya que con algo de práctica fui capaz de pasarme la versión original de Dark Souls, e incluso uno sus DLC más duros: Artorias del Abismo. Eso sí, la cosa cambió cuando llegué a la última parte de Dark Souls 3, La Ciudad Anillada, que me trajo por el camino de la amargura. Este último duelo puso a prueba mi paciencia desde el principio. Había arqueros fantasmas que me mataban cada dos por tres bombardeándome con flechas, y criaturas parecidas a ángeles que me obligaban a ponerme a salvo para no morir fulminado por uno de sus rayos super potentes.

Después de ver en la pantalla "Has muerto" más veces de las que me gustaría admitir, conseguí llegar hasta el jefe final, el Caballero esclavo Gael. Este último obstáculo en mi camino hacia la victoria resultó ser un verdadero dolor de cabeza, ya que parecía que su vida nunca se acababa y sus ataques eran totalmente impredecibles. Estuve a punto de derrotarle en varias ocasiones, pero siempre me pillaba desprevenido y terminaba aplastándome con uno de sus combos. No obstante, lo que más me duele de este combate final es que Gael fue, precisamente, quien me ayudó a acabar con otros jefes cuando pude invocarle y utilizarlo como personaje no jugable. Vamos, Gael, creía que éramos amigos.

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Far Cry 4 - Ben Lyons

Cuando me preguntan qué juegos me han llevado a mi límite, inevitablemente, me vienen a la mente títulos de una dificultad aplastante. Los Soulslike, así como Super Meat Boy y Battletoads son algunos de ellos, ya que nos hacen enfrentarnos a desafíos realmente difíciles. Sin embargo, uno que no era complicado de superar, pero que me decepcionó lo suficiente como para no tener interés en terminarlo fue Far Cry 4. Se trata de la secuela del juego estelar Far Cry 3, y salió a la venta en un momento en el que la fórmula de mundo abierto todavía no era tan popular como lo es ahora.

Cuando se estrenó FC4, me pareció mucho menos interesante que su predecesor, e incluso mucho más repetitivo. Además, su villano Pagan Min resultó no estar al nivel de Vaas, el malísimo de Far Cry 3. Por otro lado, aunque el mapa, la flora y la fauna eran muy diferentes, no disfruté tanto explorando su mundo como lo hice en el juego anterior. En fin, teniendo en cuenta que Far Cry 4 era el primer título de Ubisoft para las nuevas consolas PS4 y Xbox One, no pude evitar sentirme decepcionado con el resultado final, una sensación que me acompañó en el lanzamiento de Far Cry 5, que también fue todo un fiasco.

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Maneater - Kieran Harris

Os prometo que me esforcé en que me gustase Maneater y en terminarlo, pero al final no llegué ni a los créditos finales. En este título, básicamente juegas en la piel de una de las criaturas más peligrosas de la naturaleza: el tiburón. Además, cuenta con una mecánica de RPG implementada de una forma bastante divertida, ya que se promociona como "shaRkPG". No obstante, al final me acabé cansando de él, ya que perdía mucho tiempo vagando por los pantanos y las bahías, debido a lo repetitivo y tedioso que era avanzar en la historia.

A ver, he de decir que hasta que llegó el tramo final, la historia me tenía enganchado; me sentía como si estuviese dentro de un documental de naturaleza en el que todo giraba en torno a una guerra continua entre un tiburón y su cazador. Tenía ganas de ver las consecuencias de esta rivalidad, pero no pude hacerlo sin antes completar varios objetivos. En cada nueva zona del juego hay que repetir las mismas tareas básicas: matar humanos, engullir cualquier vida marina que se interponga en tu camino y luchar contra un gigantesco monstruo marino. Al final, hice algo impensable y es que recurrí a YouTube para buscar la resolución de la historia y escapar de este bucle infinito.

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Super Mario Sunshine - Kieran Harris

Me da bastante vergüenza admitirlo, ya que no hace mucho hablé de Super Mario 3D All-Stars. Sin embargo, Super Mario Sunshine sigue siendo uno de los pocos títulos de Mario que no he conseguido pasarme. El soleado escenario Isla Delfino es impresionante y me encanta que el juego se salga un poco de lo que estamos acostumbrados a ver en la serie y nos presente una historia más original. No obstante, aquí había un obstáculo muy grande que me impedía querer seguir adelante: el A.C.U.A.C.

Está claro que este cañón de agua ofrece a Mario muchas posibilidades de movimiento y de gameplay en las diferentes plataformas, además de proporcionar un enfoque más centrado en el combate. Sin embargo, es muy difícil de usar. Al disparar los chorros de agua durante los combates contra los jefes, Mario tiene que estar totalmente quieto, y en la Switch esto es muy complicado, lo que hace que tu chorro de agua se desvíe una y otra vez. Vale, ahora viene una opinión que quizás mucha gente no comparta pero, en mi caso, me disgustó mucho el hecho de que el clásico juego de plataformas de Mario que tanto nos gusta se haya visto alterado de forma tan significativa por el A.C.U.A.C., ya que en muchas ocasiones dependes de este dispositivo para elevarte. En resumen, este horrible artilugio me complicó todo mucho y, al ser un elemento fundamental de este título, terminé tirando la toalla.

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Monster Hunter World - Ben Lyons

Creo que a todos nos pasa que hay títulos que parece que a todo el mundo le gustan menos a ti, como si no llegases a conectar con ellos. Pues bien, para mí, Monster Hunter World es uno de ellos. Me pillé con un amigo este juego del estudio japonés Capcom el día de su lanzamiento, y planeamos explorar juntos la mayor parte de este mundo basado en la caza de monstruos. Sin embargo, el diseño atroz de su interfaz de usuario y la curva de aprendizaje ridículamente empinada, hacen que cualquier jugador se canse a las pocas horas, como nos pasó a nosotros. Además, hace unos meses volvimos a darle otra oportunidad y nos encontramos con los mismos problemas.

No digo que Monster Hunter World sea un mal juego, en absoluto. Es más, el gameplay es bastante divertido y cuenta con un mundo muy interesante para adentrarse en él, eso sí, es realmente complicado hacerte a este título y jugarlo. Para ser sinceros, se nota desde el minuto uno que fue diseñado para los veteranos de la franquicia, y los que solo buscamos probar algo nuevo nos quedamos bastante descolgados. Cuando empiezo un nuevo juego, no me suele echar para atrás ni la interfaz de usuario ni la curva de aprendizaje, pero teniendo en cuenta que no tengo ni el tiempo ni el interés necesario para estudiar y aprender rigurosamente los complejos detalles del metajuego de Monster Hunter World, lo descarté rápidamente

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