Análisis de Among the Sleep

Among the Sleep es un título independiente desarrollado por el estudio noruego Krillbite. Comenzó -como ocurre con muchos trabajos pequeños nórdicos- como un proyecto de estudiantes, y desde su concepción fue creciendo hasta convertirse en uno de los lanzamientos más prometedores salidos del país escandinavo. Sigue el estilo de títulos de éxito en el género como Amnesia, pero coloca al jugador en el cuerpo de un niño pequeño de sólo dos años, con todas las limitaciones y ventajas que conlleva. Estás dando tus primeros pasos, no podrás alcanzar cosas tan altas como los pomos de las puertas, por ejemplo, pero sí que podrás gatear por debajo de la mayoría de los elementos del decorado o darle un abrazo fuerte a tu osito de peluche si algo te da mucho miedo.

Among the Sleep es más un concepto que un juego. Desafía al tabú sobreentendido en los videojuegos de que no pueden estar protagonizados por niños, ni ponerlos en peligro. Esta aventura intenta hacer algo nuevo, y merece la pena. En términos técnicos, tiene elementos centrales fuertes, con algunas debilidades en el relleno. La historia es simple, pero cumple a la hora de conducir la experiencia. El sistema de juego no se complica más de lo necesario, y las zonas a explorar son limitadas pero bien diseñadas. En realidad puedes pasarte Among the Sleep en una tarde, pero esa tarde sentirás algo nuevo.

Hace un tiempo pude probar una pequeña sección del juego y me impresionó la gran inmersión que conseguía, o lo efectiva que era la distorsión de la perspectiva y el sonido para simular las percepciones sensoriales de un pequeñajo. Sin embargo, cuando me puse a jugar con el producto final en esta ocasión para escribir esta crítica, temía que ya hubiera experimentado lo mejor que me iba a ofrecer. La escena de apertura es una porción forzada y hecha a toda prisa en la que el protagonista está en su fiesta de cumpleaños y prueba el sabor de la tarta por primera vez, le regalan un andrajoso osito de peluche y le llevan sin demora a la cama.

La actuación vocal, casualmente muy buena para un juego indie noruego, revela puntos flacos en el guión, con personajes que pronuncian un cliché detrás de otro y con explicaciones innecesarias. No hace falta que nos cuenten que la madre quiere que el cumpleaños de su hijo sea perfecto, y cuando el osito (que habla) dice que algo da mucho miedo, en mi opinión hace que la situación dé menos miedo. El diseño de niveles, los decorados y el trabajo sonoro hacen un papel lo bastante bueno como para transmitir el estado de ánimo que se supone debo tener, sin que me lo tenga que decir un personaje de reparto.

Ese estado de ánimo es perturbador e inquietante, y Among the Sleep lo consigue generar en gran parte gracias a unos ruidos muy detallados y finos, así como unas zonas construidas con mucho esmero. Por lo tanto, es una pena que todo ese buen trabajo se vea ensuciado en algunas ocasiones por efectos especiales innecesarios o las tonterías del osito. Si el peluche mantuviera el pico cerrado y en lugar de hablar ayudara con la dirección a seguir, creo que la narrativa habría calado mucho más, y el juego en conjunto habría dado mucho más miedo. Cuando acabo de completar un capítulo terrorífico, no hace falta que el osito me diga que un niño pequeño no tendría que haber pasado por eso. Rompe la tensión porque es algo que ya he experimentado por mi cuenta.

Como decíamos, está claro que Krillbite sabe que el sonido es vital en un juego de terror. Han pasado mucho tiempo intentando clavar los sonidos, y se nota. Las cosas crujen, se rompen, aúllan o chillan con una claridad muy creíble y terrorífica, y todo junto conforma un ambiente perfecto, de miedo. No obstante, en ocasiones abusan y usan estos ruidos en exceso. En un capítulo me abría camino por un bosque oscuro con árboles imposibles de altos, aferrado a mi osito. De repente, veo una sombra entre los troncos. Normalmente, me quedaría congelado en el sitio, mirando a esa cosa para determinar si era real o mi imaginación por la sugestión, pero el juego disipa todas mis dudas con un intenso chillido de violín al tiempo que la pantalla comienza a temblar violentamente. Vale, es un monstruo, ya lo pillo, pero aunque siento el deseo de salir corriendo, no es porque tenga miedo, sino porque quiero que deje de sonar ese chillido.

Reconozco esta táctica de terror en particular de Amnesia. En mi opinión, aquel juego también se pasaba, y no funciona mejor en Among the Sleep. Como siempre, menos es más. Las partes que dan más miedo son las que no te esperas. Estoy caminando por ahí (torpemente, pues acabo de aprender), en busca de algo, me vuelvo para comprobar que nadie me sigue, y justo capto un breve vistazo de un monstruo, una fracción de segundo antes de que me coja, me levante por los aires y la pantalla vaya a negro. En momentos así pegué un grito y un buen respingo, y lo que me asustó no fue la pantalla temblorosa o el chillido, sino el hecho de que dejé que algo me pillara por sorpresa.

Porque se puede morir en Among the Sleep. No viene anunciado con sangre ni violencia, pero sabes que ha ocurrido. La pantalla se pone negra con un tinte rojo, y sientes cómo se te revuelve el estómago. Tengo la sensación de que esto generará controversia, porque no muchos juegos se atreverían a poner a un nene en esta situación, por mucho que el juego suceda en una especie de mundo de los sueños.

Among the Sleep no es un juego muy largo, pero sí entretenido de principio a fin. Las secciones están increíblemente bien hechas, y si a estos chicos no les dan un premio por su trabajo en gráficos, no sé quién se lo merece. Tiene su puñado de fallos, algunos relacionados con el diseño de juego y otros con la programación del código. En mi primera vuelta, el juego se quedó colgado y tuve que volver a empezar, porque el osito se quedó pasmado delante de una puerta en lugar de seguir la historia.

Lo que realmente creo es que Among the Sleep destacará como plataforma de pruebas del Oculus Rift (y en el futuro, de la Realidad Virtual de PS4). Conforme está, ya es un juego de muy fácil inmersión, por lo que unido a un buen par de auriculares y a un headset de RV, creo que será como dar los primeros pasos en otro mundo.

Recomendaría Among the Sleep por lo mismo que recomendaría The Stanley Parable. Aunque es corto, es bueno y por muchas cosas una experiencia fresca que merece la pena. De hecho, dudo que volvamos a ver un juego como este en mucho tiempo, de modo que merece reconocimiento por intentar algo nuevo y hacerlo bastante bien. Al mismo tiempo, es un trabajo noruego con una admirable alta calidad, que demuestra lo que las nuevas generaciones de diseñadores de videojuegos empiezan a ofrecer. Hay que probarlo, en otras palabras.