Español
Gamereactor
análisis
Divinity: Original Sin

Análisis de Divinity: Original Sin

Analizamos uno de los RPG de corte clásico más interesantes de los últimos tiempos con motivo de su lanzamiento físico en España.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Cualquier momento es bueno para recordar Divinity: Original Sin. Uno de los 'sleepers' de 2014 que, medio año más tarde, decide abandonar el formato digital y presentarse con su caja y todo en las tiendas españolas. En un año en el que tenemos Pillars of Eternity y Torment: Tides of Numenera, la salida de Divinity en disco puede considerarse el aperitivo perfecto para un año en el que el rol para ordenador volverá a los años noventa, a unos años en los que Bioware y Black Isle revolucionaron el panorama con un puñado de juegos espectaculares.

Divinity: Original Sin se propuso una tarea complicada: coger esa fórmula que tuvo éxito en el pasado y adaptarla a los tiempos que corren... pero con mesura. El mercado y los jugadores de ahora no son los mismos que los de hace veinte años; demandan juegos con una acción más rápida y visualmente exigentes. Pero aquí tenemos un título que se centra en que la pantalla del ordenador se convierta en una ventana a un mundo fantástico en el que lo importante es que el jugador entienda que las decisiones que toma son importantes.

Esta es la máxima que podemos apreciar a lo largo de una (dilatadísima) partida de Divinity: Original Sin. El jugador tiene que estar tomando decisiones constantemente y viendo cómo esas decisiones tienen sus consecuencias. No sólo hablamos de las que tienen que ver con la trama, que haberlas haylas, sino con el sofisticado sistema de combate que Larian Studios desarrolló para reflejar todas las posibilidades lógicas de las que da de sí un mundo de fantasía.

Divinity: Original SinDivinity: Original Sin
Publicidad:

Esto es algo que se suele olvidar en los videojuegos, que todo tiene una razón de ser y que muchas cosas no deben ser así porque sí. Si lo pensamos bien, no es normal que los enemigos desaparezcan después de matarlos o que un lobo nos deje de 'loot' una espada mágica. En Divinity: Original Sin hay muchas acciones que normalmente pasarían inadvertidas en un juego de rol, pero que aquí son parte fundamental de la estrategia de los combates.

Si nos encontramos una zona incendiada, nuestros personajes sufrirán daño si nos metemos en ella. Para poder cruzar necesitaremos que un mago haga un hechizo de lluvia. El fuego se apagará, sí, pero durante los primeros momentos una densa humareda negra cubrirá la zona y ocultará a enemigos... o propiciará que nuestro grupo pase inadvertido o tienda una emboscada a un grupo de enemigos. Sin embargo, podemos optar a no cruzar y atacarles de lejos con un hechizo de electricidad. Dado que los enemigos ahora están mojados, la electricidad tendrá muchas posibilidades de paralizarlos, lo que sería una ventaja táctica aún mayor.

El juego está plagado de estas pequeñas decisiones. Las nubes de veneno son útiles para consumir lentamente a los adversarios (y, mediante una combinación de habilidades, nos curan), pero tenemos que tener cuidado, ya que son inflamables y la explosión puede ser mortal. Podemos crear zonas de grasa para hacer que los enemigos caigan al suelo (e incendiarlas después), pero también sirven para preparar el campo de batalla, ya que los enemigos no la pisarán voluntariamente, lo que nos permite convertir lo que en principio es una zona amplia, en un cuello de botella mortal de necesidad.

Divinity: Original SinDivinity: Original Sin
Publicidad:

No se trata únicamente de tener el hechizo adecuado en el momento correcto, sino de saber leer el campo de batalla, conocer las distancias y lo que pueden hacer los personajes, jugar con la inteligencia artificial y saber cuáles son las fortalezas y debilidades de los adversarios. Una batalla puede pasar de imposible a sencilla con variar un par de decisiones. Por todo esto, también vuelven de forma orgullosa el F5 y el F8, viejos conocidos de los jugadores de rol en PC, ya que guardar la partida y cargarla estará a la orden del día.

Si sois de esos que jugáis con prisa y os gustan los juegos de acción, la salida está al fondo a la derecha. Divinity: Original Sin es un juego pausado, de exploración y de meditación, en el que cada combate tiene que ser abordado de forma única, con cuidado en los detalles y nunca a lo loco. Hay que tomarse su tiempo para pasear, preguntar a todos los personajes que nos encontremos y aprender secretos.

Aquí es donde podemos ver uno de los puntos débiles del juego, que es su excesiva libertad a veces. El jugador puede sentirse algunas veces desamparado y sin saber qué hacer, ya que las instrucciones para resolver las misiones de nuestro diario son, en el mejor de los casos, vagas. No pasa nada por recibir misiones a largo plazo, cuya resolución no esté a dos pasos, pero a veces no tenemos la más mísera instrucción de dónde estar. Me viene a la cabeza el ejemplo de las Minas Luculla, en las que tenemos que entrar en el último tramo del juego y de las que no se nos da ninguna pista de por dónde pueden quedar. Sabemos que están en un mapa determinado, pero las extensiones de terreno son muy amplias y podemos cruzarnos con enemigos poderosos que no nos dejen pasar de ninguna manera hasta que no hayamos avanzado un poco más y subido nuestro nivel.

HQ

Salvo por estos pequeños detalles, derivados lógicamente de querer ofrecer una total libertad al jugador y potenciar la faceta de exploración, estamos ante un juego muy sólido que siempre tiene un reto que ofrecer y en el que tan pronto se nos pide que tomemos parte en una conversación interesante, como enfrentarnos a un puzle que requiera dividir a nuestro grupo o un combate feroz que haya que repetir media docena de veces hasta que la suerte y la estrategia se pongan de nuestro lado.

Si no os decidíais todavía por Divinity: Original Sin, deciros que es una excelente compra si sois amantes de los juegos de rol de la vieja escuela, que no tengáis miedo a sentiros un poco solos, sin un desarrollador amable que nos marque en el mapa la posición de absolutamente todo. Es un juego que devuelve mucho más de lo que da y que, al final, te deja con ganas de más.

Divinity: Original SinDivinity: Original Sin
08 Gamereactor España
8 / 10
+
La capacidad que tiene para que todas las decisiones que toma el jugador, tanto fuera como dentro del combate, tengan no sólo un sentido, sino una consecuencia lógica. Y que es largo. Larguísimo.
-
A veces es demasiado difuso y poco concreto, negándole una dirección al jugador. ¡Ah! Y que está en inglés.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado

1
Divinity: Original SinScore

Divinity: Original Sin

ANÁLISIS. Autor: José Manuel Bringas

Analizamos uno de los RPG de corte clásico más interesantes de los últimos tiempos con motivo de su lanzamiento físico en España.



Cargando más contenido