Análisis de Soma

El estudio Frictional Games ha vuelto al género de terror, a ese mismo género que ellos mismos revitalizaron con Amnesia: The Dark Descent. Es cierto que Soma comparte ciertas similitudes con el título más tradicionalmente lovecraftiano que catapultó al equipo a la fama, pero también representa un punto de partida diferente y proporciona cambios a tutiplén.

Intentaremos no estropearos nada del juego, pero hay algunas cosillas que son inevitables y que tenemos que mencionar sí o sí, como las máquinas, el entorno submarino, la atmósfera claustrofóbica o esa incansable tensión. En primer lugar, Soma se sitúa en Pathos II, una serie de estructuras que descansan en el fondo del océano, pero por qué estáis ahí es un misterio, como también lo es lo que ocurre a vuestro alrededor. Vuestra misión será explorar los alrededores y sacar vuestras propias conclusiones. A medida que exploréis, iréis descubriendo vuestro camino y, a la larga, la historia emergerá clara y nítidamente de las profundidades y os arrastrará en su tumultuoso y frenético cauce.

La mejora más importante desde Amnesia aparece en la refinadísima interfaz de usuario. Ya no veréis aquellas mecánicas tan difíciles de manejar que nos estropeaban la experiencia, sino que ahora está todo mucho más claro, sencillo y es más fácil de navegar. El estudio ha conseguido la simplicidad quitando objetos: apenas hay alguno en esta ocasión. Lo único que podéis hacer es interactuar con el entorno y en ningún momento tendréis que recoger una caja de yesca de ningún armario. Cuando tengáis que interactuar con un objeto o con el entorno el propio cursor os lo dirá. Es así de sencillo.

En sí, este enfoque tan sencillo obra maravillas y consigue que haya menos cosas obstaculizando la importantísima inmersión del usuario. En resumen, os pasaréis la mayor parte del tiempo arrastrándoos por los pasillos que se encuentran muy por debajo de las olas, evitando amenazas siniestras e intentando progresar hacia vuestra meta. La historia se desarrolla a un ritmo muy natural y es una premisa muy clara que le plantea un montón de cuestiones filosóficas al jugador. Otro elemento que nos ha gustado es la duración de la aventura: tiene la extensión perfecta y evita ese relleno que se puede ver en tantos otros títulos del mismo género.

Pero quizás lo que más nos ha impactado ha sido el mundo submarino en el que se desarrolla la historia y el estilo visual que han utilizado para crearlo. Soma tiene una pinta fantástica, desde esas turbias secuencias en el lecho marino hasta esas estructuras internas derruidas que rebosan agua y crujen con la presión del mar. Además, también podréis encontraros con ciertos adversarios amenazadores. Desde luego, Frictional ha hecho un gran trabajo al colocar al usuario en su mundo de ciencia ficción y la dirección artística es particularmente fuerte, con unos gráficos inquietantes y unas imágenes horrorosas detrás de cada esquina, esperando a que los descubráis. Los enemigos invulnerables que atisbáis cuando estáis a cubierto o a través de las puertas probablemente sean el culmen del diseño gráfico del título, porque su estilo artístico macabro se suma cada vez más a la composición conjunta de cosas que van a por vosotros.

Además, el mundo tiene una personalidad muy genuina, con su trasfondo y esas pequeñas piezas informativas que pincelan el entorno por medio de terminales de ordenador (y también con el enfoque interesante de 'audiologs' o grabaciones de voz que ya hemos visto en otros títulos). Aunque reconocemos que tenéis la opción de seguir directos por la historia (que es bastante lineal), ignorando los detalles, no os lo recomendamos, porque lo interesante está en los detalles y la mayor parte de la riqueza de Soma se revela al profundizar un poco más en el bien presentado entorno.

Ahora bien, una cosa que no nos ha gustado demasiado es el ritmo de la historia, especialmente al principio. Por ejemplo, nosotros nos dimos cuenta de ciertas partes de la historia antes de que nos las contasen, pero aun así, teníamos que hacer cosas en un mundo que era, personalmente, poco intuitivo para nuestra creciente comprensión del escenario (no podemos comentaros nada más sin haceros unos buenos 'spoilers'). Y fue esta peculiaridad la que expuso la rigidez de la estructura de Soma y nos resultó frustrante tener que llevar a cabo ciertas acciones, cuando nosotros hubiésemos buscado una solución diferente. Por otra parte, también aparece un poco de 'rubber-banding' hacia el final, sobre todo cuando los enemigos cambian el patrón de movimiento según donde estéis, sin importar lo sigilosos que seáis.

En un juego como este, en el que la atmósfera tiene tanta importancia, el audio es la clave y Frictional ha llevado a cabo un trabajo bastante decente al crear un escenario creíble. En concreto, hay unos cuantos efectos de sonidos espeluznantes que consiguen darle cague al jugador en los momentos adecuados. Por otra parte, el trabajo de doblaje también es de gran calidad, y los personajes centrales realizan un trabajo muy convincente durante las 10-12 horas de aventura.

Finalmente, un detalle que nos convence especialmente es la ausencia de sustos fáciles. Soma es un juego construido completamente sobre la tensión, el misterio y la historia y, como tal, nosotros nos lo pasamos genial, saboreando cada rato que pasamos en esta pesadilla submarina. Os lo aseguramos: hay momentos de puro miedo y secuencias que querréis que acaben pronto, pero que jugaréis hasta el final de todas formas. En otros términos, la historia tiene un toque filosófico que lo eleva por encima de los demás y, aunque le falte sutileza de vez en cuando al respecto, sigue siendo un 'shock' cerebral que agita la mente y los sentidos. No os equivoquéis, Soma es un título de terror tremendamente bueno y si no habéis jugado a Alien: Isolation desde hace un tiempo y queréis un título que os ponga en tensión durante las interminables y grises tardes de otoño, esta experiencia es sin duda para vosotros.