Análisis de The Golf Club

Al jugar al simulador de golf Rory McIlroy PGA Tour (antes conocido como Tiger Woods PGA Tour), tienes la opción de desbloquear, desarrollar o simplemente de comprar equipamiento para ser un mejor golfista. The Golf Club pasa de todo este planteamiento y te presenta un panorama en el que vas a ser tan bueno como puedas, sin ayudas accesorias.

La única forma de convertirte en un golfista mejor en The Golf Club es jugando y jugando todo lo que puedas. Durante toda la partida vas a controlar a tu propio personaje, creado con el editor, y no con un profesional como pueden er Rory McIlroy o Rickie Fowler. Y el personaje no va a llegar más lejos por llevar más tiempo jugando ni por tener unos guantes o unos zapatos mejores. Si quieres dar un buen efecto al tiro, lo único que necesitas es ser preciso. No hay ningún atajo para mejorar el rendimiento más que la propia habilidad.

Habrá quienes digan que esto hace que el título sea plano, pero no hay nada más que ponerse con él para darse cuenta de que así es como debe ser. Es verdad que también puede ser divertido jugar con el mismo equipo que pueden tener en la vida real, y que no hay una lógica que diga que eso siempre tiene que ser equivalente a una mejora del rendimiento del personaje. Pero si meter licencias es solo por decoración, todo el dinero que el equipo de HB Studios tendría que dejarse por el camino para tan poco beneficio sería más bien poco rentable. Sobre todo, porque al quitarse de todo esto han podido presentar un título más barato para el cliente. The Golf Club se centra en un único elemento: el golf.

Como muchos sabréis, no es un estreno. Lleva ya un tiempo perdido entre la multitud del catálogo multiplataforma y por eso son ya varios los parches, mejoras y añadidos que sus creadores han podido introducirle. El juego ha ido mejorando con el tiempo y efectivamente han logrado que ahora sea más divertido que cuando se lanzó. Por ejemplo, al principio solo podías jugar rondas sencillas, ya fuera en solitario o contra el fantasma de amigos o desconocidos. No todo era malo, también había cientos de circuitos disponibles desde entonces. En estos momentos eso se puede combinar con un modo de temporada bastante reciente que da bastante vida a un jugador solitario. Es un modo carrera de toda la vida en el que empiezas como un novato y tienes que ir abriéndote paso hasta el Pro Tour, por lo que es cada vez más difícil.

Como íbamos diciendo, hay multitud de recorridos en los que echarse unos tiros. Esto es así gracias al editor de niveles diseñado por Greg Normam que permite a cualquier crear campos de golf a su gusto con facilidad y después compartirlos online con el resto del mundo. Además, todas los diseños funcionan en cualquiera de las plataformas para las que está disponible el juego (PC, PS4 y Xbox One).

Lo que sí es cierto es que ninguno de ellos es oficial, ya que tampoco han comprado estas licencias, por lo que hay que despedirse de recorridos como St. Andrews en Escocia o TPCscottsdale. Pero, sinceramente, son los mismos que hemos probado una y otra vez en todos los títulos de este deporte, año tras año. Es cierto que el Augusta National es precioso, pero algunos ya estamos cansados de jugar en él una y otra vez. Nuestra valoración es que, con este sistema, lo que te aseguras es la posibilidad de seguir jugando horas y horas sin preocuparse de repetir localización.

En cuando a la jugabilidad en sí, es donde hay que hacer un esfuerzo mayor porque puede llevar un tiempo adaptase a sus mecánicas. Como en la vida real, tienes que medirlo todo en cada golpe que vas a pegar: el viento, la caída de la bola o incluso la altura del pin, algo esencial para preparar bien el golpeo. Tiene algún elemento que escapa a la simulación, que es la posibilidad de darle un poco más de efecto mientras vuela camino del green. Ya no está el súper-drive que podías sacar si lograbas la concentración requerida pulsando el botón X. Así que ahora tú le das como creas que debes y a partir de ahí ya está fuera de tu alcance poder controlar lo que ocurre. Como en la vida real, en The Golf Club no empiezas siendo un profesional pero puedes convertirte en ello si mejoras.

¿Y cómo puedes medir si se está dando ese progreso? Pues exactametne igual que ocurre en la vida real, mediante el handicap. Todo jugador tiene su tarjeta de puntuación, que se activa tras cinco rondas. Como no hay ningún tipo de potenciadores ni cambios en el personaje, a partir de ahí lo que digan los números es sencillamente mérito propio. Esto también aplica cuando se trata de compararse o batirse con un amigo porque todos partís de la misma base.

The Golf Club te ofrece horas de diversión casi infinitas en entornos preciosos para que te sientas siempre cómodo y relajado en la pegada.