Análisis de Story of Seasons

Story of Seasons es el simulador agreste de esta temporada para Nintendo 3DS. A priori podría caerse en el error de la comparación fácil con la serie Harvest Moon de la que procede, pero por suerte este título renombrado posee algunos giros propios que lo hacen muy entretenido, con carácter y lo que es mejor, reduce el tedio de realizar tareas repetidas veces. Pero, ¿recoge lo que cosecha, o sufre la falta de lluvias de los últimos meses?

Los primeros pasos en Story of Seasons nos llevan a crear nuestro granjero o granjera. El elenco de opciones no es vasto pero es el suficiente para dar algo de color a cada partida. Una vez con nuestro título de agricultor en mano nos dirigimos... hacia un tutorial que nos va a llevar de la mano durante unas cuantas horas. Este es probablemente el punto más gris de este juego. Es algo natural querer explorar un título con gran intensidad sobre todo al comenzar, y Story of Seasons atrapa al jugador en interminables conversaciones, vídeos y tutoriales de todo tipo. No es algo que arruine totalmente el título, pero sí hay que abordar cada nuevo elemento con mucha paciencia. Una vez superado este hito de varias horas de juego, la experiencia es mucho más divertida y llevadera.

El sistema de agricultura agiliza algunos elementos en los que Harvest Moon caía en el tedio. Por ejemplo, es posible arar, regar y recolectar varias porciones de tierra a la vez con una sola pulsación de botón en lugar de tener que estar caminando, pulsando y repitiendo. Hay decenas de tareas que hacer, desde cultivar nabos hasta cuidar a las vacas, pasando por incubar huevos para obtener gallinas. También se puede disfrutar de otras actividades fuera de la granja como la pesca o incluso la minería.

La experiencia general de juego busca generar una 'rutina', que lejos de la de la vida real es muy divertida. Esto se explica fácil al decir que, por ejemplo, tienes que acostarte pronto si quieres tener energía cuando madrugues. Cada golpe de regadera o de azada drenará algo de la resistencia del personaje, y como a nadie le gusta perder la consciencia trabajando es mejor asegurarse de echar un sueñecito cada vez que el cansancio se acumule. Este sistema da mucho valor a la elección del jugador de lo que quiere hacer cada día, pero una vez más en los primeros compases del juego puede presentar más una traba al querer descubrir cosas y ver que la energía no da para continuar cultivando, obligando a dormir cada muy poco tiempo.

Pero sin lugar a dudas el elemento más característico y mejor trabajado de Story of Seasons es su sistema de comercio. Cada día de juego, el mercado abrirá sus puertas acogiendo a mercaderes itinerantes. Cada uno de estos compradores representa los intereses de un país diferente, con sus demandas particulares. Así habrá que jugar a ser un pequeño inversor de bolsa, esperando al momento y cliente oportunos para colocar esos tomates al mejor precio posible.

Y como no todo iba a ser estar a solas en una granja, los territorios anexos a nuestra hacienda están llenos de flores e insectos que coleccionar. Incluso hay una zona de safari que podrá ir llenándose de animales exóticos como jirafas o pingüinos. Los vecinos también tienen algo que aportar, ofreciendo pequeños desafíos al jugador en forma de competiciones.

En resumen, Story of Seasons ofrece una divertida experiencia con tantas actividades y cosas por hacer que pueden llegar a abrumar. Cultivar, cuidar animales, recoger bichos o flores, explorar el safari, ayudar al pueblo a ser una atracción turística, buscar minerales, retar a los vecinos en busca de una mejor granja o vender los productos a un mercader. Incluso abrir un puesto en el mercado para hacerse exportador de materias es posible en este juego, todo bajo la atenta mirada de una barra de resistencia que no perdona una noche sin dormir. Se trata de una experiencia general bastante satisfactoria de simulación social agrícola si logras superar unas primeras horas dominadas por el texto de los diálogos y los tutoriales cansinos.