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That Dragon, Cancer

Análisis de That Dragon, Cancer

El durísimo y triste drama de una familia contado a través de un pequeño juego con gran intensidad.

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Parece que el sector de los videojuegos ha abierto recientemente sus puertas a ese tema que, durante siglos, ha resultado tan complicado de tratar en otras formas de arte. Gracias a las técnicas narrativas cada vez más profundas y polifacéticas que han ido influyendo a este medio durante la última década -un aspecto que ha permitido a los desarrolladores atreverse con lo que eran tabúes hasta ahora, también sorteando limitaciones técnicas de antaño- el videojuego por fin es capaz de hablar sobre algo tan complejo y doloroso como la muerte.

Pero si hasta ahora este asunto, y el daño que conlleva, se ligaba principalmente en los videojuegos a eventos excepcionales como las guerras civiles o mundiales (ya fueran reales o ficticias, como ha ocurrido con juegos recientes como el Valiant Hearts: The Great War de Ubisoft Montpellier o el This War of Mine de 11 Bit Studio), el relato se complicaba si el dolor y el desgarrador viaje que supone el luto posterior tenían que penetrar en la esfera privada, en el llamado día a día. Y eso es lo que That Dragon, Cancer, la nueva aventura point-and-click desarrollada por Numinous Games (Ryan Green, Josh Larsen) y disponible mañana en PC/Steam, intenta hacer con mucho tacto y cuidado.

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That Dragon, Cancer cuenta la dura experiencia vivida por Ryan Green, uno de los autores del juego, y su mujer Amy, quienes, como padres, vivieron en primera persona y en solo unos meses el lento y agónico viaje hasta el fallecimiento de su pequeño hijo Joel, de sólo cinco años de edad, devorado por una afección incurable. Desarrollado inicialmente como un proyecto para mantener con vida los recuerdos de los momentos más emocionantes e intensos vividos con su hijo, That Dragon, Cancer se ha ido convirtiendo con el tiempo en una especie de terapia, una aventura gráfica minimalista -con evidentes influencias cubistas- que va desplegando y recreando las dramáticas fases de una pena que va carcomiendo el alma y que, más que otras, es desgraciadamente común en muchas familias. Normalizar el dolor, hacerlo parte de nuestro día a día; ese es el noble objetivo de este pequeño gran trabajo de Numinous.

La sensación del lamento compartido, que es uno de los elementos clave del juego, también se apoya en la decisión de no caracterizar a los personajes, como procurando sugerir que da igual quién sea el protagonista de este drama, pues el sufrimiento experimentado por una familia que ve cómo va perdiendo lentamente a su hijo es el mismo que soportan otras familias. Lo que importa en That Dragon, Cancer es efectivamente el camino, el viaje, las fases de una travesía larga y agotadora, con sus recuerdos emocionantes y conmovedores, pero también con sus momentos dramáticos que, sin embargo, se relatan con gran finura y respeto.

La experiencia de juego cobra vida a través del clásico esquema point-and-click, sumado a un par de breves pero incisivas sesiones de plataformas, todo pensado para dar un descanso al jugador de la sofocante espiral de emociones que debe afrontar. Apreciamos especialmente el estilo artístico escogido, con el que los colores y las formas -combinados con una música sofisticada compuesta por Jon Hillman- recrean perfectamente un ambiente surrealista al filo de lo onírico, justo como suele ocurrirle a cualquiera que se ve sorprendido por este tipo de sufrimiento irreal.

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Aunque existen algunos bugs menores, que no llegan a afectar la fuerza emotiva que tiene el juego, That Dragon, Cancer es una experiencia que hay que tratar con cuidado, tanto para experimentar el valor de cada diálogo como para sobrellevar los esperables puñetazos en el estómago. Y con todo, lo que más apreciamos y agradecemos es la elegancia, tanto en forma como en fondo, con la que That Dragon, Cancer habla de este tema, de esa "aflicción privada", sin tirar de recursos fáciles o perturbadores. La belleza, y el drama al mismo tiempo, en esta maravillosa obra, está en la forma en que reflexionan sobre lo que es blanco y negro, sobre las luces y las sombras, la esperanza y la desgracia de aquellos que intentan soportar el dolor y ser fuertes día tras día.

Y el resultado es un producto cultural que invita a una reflexión tan humana como profunda sobre la enfermedad y la muerte, pero al mismo tiempo aporta un estimable apoyo moral a las muchas familias que tienen que vivir dramas similares. Por tanto, That Dragon, Cancer es una pequeña joya que nace del amor y que vuelve a confirmar el enorme potencial, especialmente desde el punto de vista emocional y cultural, de los videojuegos.

That Dragon, Cancer
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That Dragon, Cancer
09 Gamereactor España
9 / 10
+
Historia conmovedora e impactante. Asombroso estilo artístico. Preciosa banda sonora. Una nueva demostración de la fuerza y capacidad del medio.
-
Algunos bugs menores.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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