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Análisis de Slain

Nos internamos en las pixeladas torres del nuevo título de plataformas de Wolf Brew.

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Para empezar, Slain es un juego de plataformas hack 'n slash en 2D. Uno de sus principales fortalezas es su estilo artístico, que se muestra con gran aplomo, algo lógico en un título cuyos atractivos son sus adorables píxeles y su banda sonora de heavy metal.

Por otra parte, la experiencia es muy difícil y los desarrolladores son conscientes de ello, como se observa por los logros que obtendrás al morir por primera vez y al morir 500 veces. Desde luego, es un título en el que morirás a manos de un simple esqueleto o del jefe demonio más grande de todos. Es general, es bastante duro, pero, por desgracia, no es tan guay como nos gustaría.

En la historia, te pondrás en la piel de Bathoryn, un héroe muerto que vive en un mundo gótico y pixelado, que ha sido despertado por los espíritus para salvar al mundo de los demonios. Puede que no sea muy original, pero la historia da el pego (aunque el guion es bastante malo en algunas partes). Tu principal objetivo será avanzar por las siete tierras y, al final de cada una, tendrás que subir por la torre que gobierna cada zona, enfrentándote a enemigos esqueléticos, demonios y demás horrores. Aparte de todo el aspecto hack 'n slash, también tendrás que resolver los puzles de plataformas, necesarios para hacer enfrente al jefe que te espera en lo más alto de la torre.

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El principal punto positivo de la experiencia es la atmósfera. Wolf Brew ha hecho un gran trabajo con la música que, aunque sea un poco repetitiva, le sienta como anillo al dedo al pixelado estilo gráfico. Es muy agradable a la vista y ese uso de azules con otros colores más claros enfatiza el toque gótico, además de que el estilo visual combina genial con la banda sonora de heavy metal que Çaglar Sahin ha compuesto para el juego.

No obstante, es justamente en el diseño del sonido donde el juego empieza a flojear. Aunque la música de fondo es pesada y con chicha, los efectos de audio del combate son justamente lo contrario: siendo clementes, parece como si tu personaje estuviese pegándoles a los enemigos con la parte plana de la espada, en vez de abrirse paso a tajo limpio. Lo cierto es que esto afecta al título de manera muy negativa y disminuye la sensación de presencia en el mundo, de forma que parece que el personaje no influye en él. Al saltar parece como si Bathoryn flotase, sus ataques son débiles y, con solo tocar a un enemigo, el prota se queda KO. Básicamente, no es tan épico como su pixelado avatar da a entender.

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También nos quejamos de los controles. Al principio del juego, no hay tutorial alguno y tendrás que ir descubriéndolo todo a fuerza de ensayo y error. Sin embargo, una vez lo entiendes, tienes que acostumbrarte al pequeño retraso que hay tras cada ataque. En fin, el combate se reduce a golpear botones sin ton ni son y, aunque Slain te permite esquivar, ese pequeño retraso no te dejará confiar en tus reflejos para salvarte en situaciones peliagudas. De hecho, no creemos que ese retraso en el movimiento sea una decisión de diseño, sino, más bien, un problema de input lag. Ahora bien, Wolf Brew ha prometido que lo arreglarán en el próximo parche (pequeño consejo si te compras el título: juega con mando, el lag es menos perceptible).

Aunque tu personaje también podrá utilizar ataques mágicos, esto se reducen principalmente a un aturdimiento a distancia y a una habilidad en área que se cargará a la mayor parte de los enemigos en pantalla. Ten en cuenta que estos ataques utilizan maná, que es limitado pero que se recupera al decapitar enemigos o al recoger cosas a medida que progresas. De nuevo, creemos que es algo que podrían desarrollar bastante más.

Por desgracia, la dificultad que mencionamos antes no viene de la habilidad, sino de un mal diseño de niveles, de forma que algunos están demasiado llenos de enemigos que te impiden moverte a menos que lo hagas todo a la perfección. Si combinamos esta situación con las trampas que se esconden en el escenario, el usuario recibe un gameplay frustrante en el que se sentirá constantemente traicionado. Puede que los desarrolladores quisiesen lograr una curva de dificulta brutal, como la de Dark Souls, pero lo que han conseguido es crear un desafío que le juega malas pasadas al usuario, como bajar los techos para que los saltos entre plataformas sean innecesariamente peligrosos.

En definitiva, Slain es un juego que se centra en tener un estilo gótico-metal y, como puedes ver en las imágenes de este análisis, pinta absolutamente genial. Wolf Brew sabe cómo crear una buena atmósfera, pero, por desgracia, no podemos decir nada más positivo de la experiencia. Para nosotros, es un título con muchísimo potencial, que se ve empeorado por un engorro de controles y un diseño de niveles absolutamente frustrante. Es el ejemplo perfecto de cuando unos desarrolladores deciden primar el estilo por encima del contenido, lo cual nos parece una pena, porque podría haber sido genial. En una entrada de blog en Steam, los desarrolladores han reconocido que el juego tendría que haber entrado en Acceso Anticipado y han asegurado que el juego estará mejor dentro de dos o tres meses, pero si tenemos en cuenta que ahora no lo está y que le están cobrando al usuario el precio completo por un juego lleno de fallos, no tenemos más remedio que darle la puntuación que ahora mismo se merece.

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04 Gamereactor España
4 / 10
+
Pinta genial y la atmósfera es muy buena.
-
Los controles son incómodos y la experiencia es repetitiva y frustrante.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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