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Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan

Análisis de Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan

Platinum Games es un estudio fiable, pero también tiene derecho a fallar, sobre todo si no tiene tiempo suficiente para pulir su trabajo.

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Hay mucha gente que defiende que nunca vas a aprender nada jugando a videojuegos. No podemos estar más en desacuerdo, especialmente tras completar Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan. Hasta que pusimos las manos encima a este machacaenemigos de Platinum Games no teníamos ni idea de la cantidad casi infinita de laberintos hechos con alcantarillas idénticas que hay bajo las calles de Nueva York. En realidad, hay tantas y son tan largas que en algunas ocasiones llegamos a perdernos.

Pasamos una media hora recorriendo los túneles de esa misión tan particular de Halo: Combat Evolved de la biblioteca y nos pareció todo un logro diseño de niveles. Este caso es justo el contrario y tenemos la sospecha de que aquí el problema es que Activision ha urgido a los desarrolladores para que tuvieran el videojuego listo con el estreno de la película Las Tortugas Ninja 2: Desde las Sombras.

No es que tengan mucho que ver el uno con la otro. Como siempre han dicho, este juego está dedicado a la vieja serie de IDW y no al film, pero la relación entre ambos estrenos es un hecho y en estos casos sale rentable aprovechar el marketing de Hollywood para vender más copias. Por mucho que queramos entenderlo, es frustrante porque el resultado es un título confuso y estresante y no un gran beat'em up como los que suele hacer este estudio. Y lo es aun más por lo bien que encajan las piezas a primera vista.

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TMNT: Mutants in Manhattan está completamente enfocado al multijugador cooperativo, y si puede ser a cuatro personas aun mejor. Para hacerlo divertido pone en frente un buen repertorio de enemigos distintos a los que dar guerra. Conceptualmente lo tenía todo para haber redefinido el género, de una forma parecida a cómo Rocksteady dio un giro a los mata-mata solitarios con la serie Batman Arkham. Pero, sin embargo, este nos mete en un túnel tras otro para acabar con tantos rivales que lo único que se te pasa por la cabeza es cuándo llegará por fin algo distinto.

Dicho esto, durante los primeros minutos del modo entrenamiento estábamos fascinados. Por sus buenas animaciones y sus dobles saltos, su sistema de control bien afinado y su potencial de combate. Si embargo no tardamos demasiado tiempo en empezar a olernos la tostada. El sistema de combate en dos botones que Platinum Games suele emplear y que también ha aplicado a Transformers: Devastation no acaba de funcionar del todo, e incluso hay batallas que terminan con un simple machacabotones.

Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan
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Peor aun funciona el sistema de contraataque, muy a pesar de todos los esfuerzos que pone el Maestro Astilla en explicártelo paso a paso. Tienes la posibilidad de dar la vuelta a un golpe rival si pulsar un gatillo en el momento adecuado, pero es muy difícil saber cuándo hay que activarlo. Hemos jugado muchos títulos de pelea y ya tenemos experiencia en este tipo de acciones, desde Street Fighter III: Third Strike a Soul Calibur V e incluso WWE 2K15, y en ningún caso nos ha ocurrido algo así. Una mala decisión, especialmente para un título que se supone que va dirigido a todos los públicos.

Da la sensación de que Plantinum Games ha construido unos buenos cimientos, pero después no ha tenido tiempo para edificar sobre ellos y se ha limitado a cumplir. Una buena prueba es que han logrado un sistema de coordinación entre los cuatro personajes nunca antes visto en este género. Por ejemplo, una buena estrategia invita a empezar con el súper ataque de Donatello para rebajar un poco la vida de todos los enemigos presentes, después seguir con los potentes ataques directos de Raphael para cargarse a los más duros, cambiar rápidamente a Leonardo para rematar a los que queden y terminar con Michellangelo, especialista en rellenar la barra de poder para así tenerla lista de cara a la siguiente oleada.

Es un sistema complejo y que funciona, en el que se nota que han puesto tiempo y recursos. Precisamente esos recursos que después no se ven por ningún lado a la hora de construir las pantallas, o de dar vida a los enemigos o de diseñar situaciones intensas que puedan transmitir algo especial.

También ocurre con los jefes finales de Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan, que han sido reutilizados una y otra vez por todo el título. En realidad están bien ejecutados, tanto técnicamente como por su inteligencia artificial, pero todos y cada uno de ellos aparecen más de una vez y acaban por diluirse en la partida cuando vuelven a aparecer, cada vez un poco más enfadados y peligrosos. Es cierto que eso era así en los clásicos de los 90, ¿pero había que emplearlo aquí también? Los miembros más famosos del Clan del Pie como Bebop y Rocksteady aportan una buena dosis de nostalgia.

Aunque hay algunos elementos clásicos de las Tortugas Ninja que aparecen para deleitar a los fans, al final lo único con lo que te encuentras es con un puñado de elementos conocidos listos para llevarse un buen meneo. Lo mismo ocurre con la trama, con esas travesuras por todo Manhattan a las que nos tienen acostumbrados estos malos tan inocentes, que al final se queda en poco más que una breve aparición de unas cuantas caras familiares.

La duración también tendría que ser un problema a la hora de valorar el título, pero se hace tan pesado que casi acaba siendo una bendición. Se tardan unas seis horas en completar la historia principal y después poco más, a excepción de la repetición del juego para lograr subir todos los niveles posibles a las tortugas ninja. Aun más grave es la ausencia del multijugador local, ya que la única forma de cooperar es con otras personas online. Es inconcebible que este clásico del beat'em up con amigos se haya quedado sin esa opción.

Otra mancha en el currículum de Platinum Games es el framerate. Nos gusta el estilo gráfico y nos gustan las animaciones, pero no es común encontrarnos títulos de este estudio por debajo de los 60 fotogramas por segundo cuando les hemos visto lograr cosas increíbles con una Wii U en Bayonetta 2.

Por tanto, no hay forma de que salvemos este juego del suspenso. Ni las batallas contra los jefes, ni las animaciones, ni el grueso del sistema de combate sirven para justificar todo lo que se ha quedado sin hacer. Especialmente los niveles, porque sin escenario no hay donde aplicar de forma decente todo lo demás. Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan es un desperdicio por todo lo que pudo llegar a ser y no ha sido.

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04 Gamereactor España
4 / 10
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Animaciones bonitas, control decente, buenas peleas contra los jefes
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Contenido reciclado, diseño de niveles frustrante, sistema de contraataque inútil, falta de contenido y de variedad.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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