Análisis de ReCore

En cuanto ReCore arranca ya se le nota toda la solera que tiene detrás. Tres gigantes del desarrollo con perfiles muy distintos se han unido en este proyecto financiado por Microsoft para que sea exclusivo de sus plataformas, Xbox One y Windows 10 PC. Ahí está esa secuencia de vídeo en la que Joule y Mack empiezan a explorar un gran desierto, esa que tanto tiempo llevo esperando a probar. ¿Conseguirá cumplir con todo lo que promete la unión de Keiji Inafune, Mark Pacini y Joseph Staten?

La historia va fluyendo casi como lo hace en Metroid Prime, es decir, que no está presente en todas las fases de la partida a no ser que el jugador lo vaya buscando. Hay secuencias de vídeo para seguir la trama básica, pero la auténtica narrativa está en unos audiologs que hay que encontrar por los parajes de este vasto terreno. El equipo ha escondido este pequeño tesoro, porque es muy buena, en pequeñas porciones que hay que ir coleccionando por todo el mundo de juego, una tarea que merece la pena completar.

Joule, la protagonista humana, se ha despertado de una fase de "cryo sueño" voluntario. Quedó congelada en su camino al planeta, Far Eden, una zona desértica que debe convertirse en el paraíso esperado. No es su tierra natal, lo dejó atrás porque las condiciones de vida empezaban a ser imposibles. Ella forma parte de una expedición que se ha lanzado al espacio junto a un equipamiento de robots para encontrar nuevos hábitats para el resto de la raza. La idea era muy buena, los Terra bots se encargarían de construir y de plantar mientras que los humanos tan solo tendrían que preocuparse de la planificación y de su mantenimiento. Pero algo está saliendo mal y toca ponerlo todo en orden en esta aventura más allá de la colonización.

ReCore es un juego dividido entre este escenario principal, abierto y disponible para la exploración, y una serie de mazmorras cerradas que tiene cierto toque a lo que propone un The Legend of Zelda moderno. Los escenarios están repletos de fases de plataformas en las que hay que utilizar las habilidades específicas de cada robot. No solo para avanzar, también para encontrar los planos escondidos con mejoras de cada uno de ellos que permiten acceder a puntos nuevos del escenario. Evolución, exploración y coleccionismo van de la mano y siempre de forma proporcionada, por lo que cada acción tiene su recompensa.

Sin embargo, la representación de todo esto no ha quedado tan bien. No estamos ante un gran estudio desarrollando un juego triple AAA sino ante una unión entre Armature y Comcept, dos equipos bastante nuevos y no demasiado grandes. El resultado se aprecia en su precio, 39,99 euros, y también se nota en que gráficamente está por debajo de lo que esperas en este generación, tanto en impresión inicial como en animaciones. Lo peor está en el mundo exterior, ya que en las mazmorras, zonas más acotadas, la calidad de las texturas sube hasta el nivel suficiente.

Pero toda esta confusión también un lado positivo. Joule se mueve de forma tosca y nada realista, como un arcade, pero eso hace que sea mucho más fácil controlarla, tanto en el combate como en las fases de plataformas. Cuando presionas un stick sabes perfectamente cómo va a reaccionar en pantalla y si lo sueltas se detiene en seco. Es lo opuesto de títulos como Red Dead Redemption, en el que cada paso es tan creíble como difícil de gestionar por todo ese realismo y esa inercia en el movimiento.

También transmite esa sensación arcade su sistema de combate. La predisposición es parecida a la de Metroid Prime, basada especialmente un sistema de autoapuntado que sigue automáticamente al blanco hasta que lo destruyes o cambias a otro. Lo importante no es la puntería sino saber cuándo atacar, cuándo esquivar y con qué munición golpear en cada caso. Juega con una secuencia de colores que indica qué tipo de balas o golpes cargados serán más efectivas.

En segundo lugar, también tienes que tener en cuenta los ataques primario y secundario de cada robot acompañante. Joule empieza su viaje con Mack, una especie de perro explorador, pero después se irá rodeando de otros tres que ofrecen cambios en la jugabilidad interesantes. El nivel de personalización es muy elevado, tanto en equipamiento como en diseño, pero todos ellos conservan siempre su habilidad principal intacta, ya sea facilidad para encontrar tesoros, escalar o seguir raíles. Son formas de ir abriendo más y más mapa en zonas ya visitadas que demuestran el saber hacer de Pacini y los suyos en el diseño de niveles.

El sistema de mejoras y evoluciones de Recore es sencillo y está bien explicado: defensa, ataque o energía. En función de la forma de afrontar los combates tendrán que decantarte por uno o por otro, y es realmente efectivo para satisfacer los gustos de cada cual.

Trama, diseño de niveles y personajes, sistema de control y de combate. Todo funciona bien en este juego, aunque sea sobre unos gráficos anticuados. Pero hay algo que técnicamente no está bien, los tiempos de carga. En la versión que hemos probado para analizar son larguísimos, incluso cuando estás entrando a la batalla con un jefe. Microsoft nos ha dicho que habrá un parche disponible el día de lanzamiento, así que esperamos a ver qué efecto surte o tenemos aquí un problema grave, sobre todo en una zona en la que mueras muchas veces.

Pero si consiguen arreglarlo, o si eres capaz de convivir con ello, aquí tienes un buen título para la exploración y las plataformas con miga bien salpicadas por combates intensos pero no agobiantes. Además, ReCore forma parte del programa Xbox Play Anywhere así que por 40 euros te llevas el juego dos veces, en Xbox One y en PC. Unas 18 o 20 horas de entretenimiento a un precio muy competitivo.