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Pokémon Sol/Luna

Análisis de Pokémon Sol y Luna

El 20 aniversario de Pokémon trae a Nintendo 3DS el mejor juego de la saga.

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Monstruos de bolsillo de todas las formas, colores y gustos. Criaturas introducidas en cápsulas esféricas que conviven con los humanos en su día a día y se enfrentan espectaculares combates. Ya han pasado 20 años desde el nacimiento de una de las mayores franquicias de los videojuegos. Pokémon puede presumir de haber llegado a una edad más que aceptable en una industria tan joven y, sobre todo, de envejecer manteniendo una fortaleza cada vez mayor entre todo tipo de públicos.

Pokémon Sol y Pokémon Luna debutan en la portátil de Nintendo con ganas de pegar fuerte y desmontar muchas de las normas no escritas de sus juegos principales. Ya os trajimos un adelanto con nuestras impresiones tras las primeras horas de juego, lo extendimos en las horas previas al lanzamiento de la Demo Especial y ahora, tras habernos sumergido por completo en la edición Sol, podemos lanzarnos a desgranar por completo lo bueno y lo malo del videojuego con el que la franquicia se aplica a sí misma el concepto de evolución.

Nota: antes de empezar, queremos recordar las diferencias que hay entre versiones. Por un lado, Sol transcurre a la misma hora establecida en la consola, mientras que Luna funciona con 12 horas de diferencia. Además, ambas ediciones cuentan con una serie de criaturas únicas y pequeñas diferencias en algunas de las pruebas del Recorrido Insular.

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Pokémon Sol/LunaPokémon Sol/LunaPokémon Sol/Luna

De todas las novedades que incluye este juego, debemos empezar por la región de Alola. Este archipiélago formado por cinco islas (cuatro naturales y una artificial) justifica gran parte de los cambios que cualquiera que haya jugado anteriormente a una entrega principal nota nada más ponerse a los mandos. Aquí las cosas son muy distintas, los humanos y los Pokémon conviven de una forma mucho más natural que lo que se podría ver en regiones como Kanto o Johto; es algo normal ver a una persona caminando acompañada de uno de estos monstruitos en el día a día, o incluso toparse con algún pobre Pokémon pidiendo limosna (como cierto Hypno que te mira mal si 'racaneas' a la hora de donar). Quizás parezca un detalle tonto, pero el hecho de mostrarse este aspecto con tal naturalidad ayuda a sumergirse en la atmósfera del videojuego y a fortalecer la sensación de que los Pokémon no son sólo unos bichos que aparecen para pelear entre sí o para ser capturados en la hierba alta. Forman parte de la sociedad y su convivencia con las personas es algo totalmente natural.

Por supuesto, aparecer en una región nueva implica también que haya criaturas nuevas y, a pesar de lo que muchos puedan creer, esta vez han hecho una selección genial a la hora de elaborar los diseños de los monstruos. Todo se siente acorde a lo que cabe esperar de un conjunto de islas tropicales. Los nuevos Pokémon gozan de una apariencia que casa perfectamente con un hábitat que, en una clarísima llamada a la nostalgia, también influye en muchos de los vistos en la primera generación. Sí, nos referimos a las Formas Alola, esas mutaciones de clásicos como Meowth o Grimer causadas por la adaptación de estas especies a unas condiciones de vida totalmente distintas a aquéllas donde los hemos visto durante estos 20 años. A juicio de cada uno queda debatir si estas últimas son acertadas o no, pero, de lo que no cabe duda es que las nuevas apariencias otorgan un cambio de perspectiva que logra convertir algo conocido en algo nuevo. Un ejercicio de renovación que, dicho sea de paso, envuelve al juego en todos sus niveles.

La historia es otro de esos componentes que mantiene un recuerdo del pasado de la saga. De nuevo, encarnamos a un joven y precoz aventurero que abandona su hogar para explorar un nuevo continente y descubrir todo lo relacionado con los Pokémon mientras se enfrenta a una asociación malvada y es tutoreado por el profesor de turno (un descamisado Kukui en esta ocasión), sin embargo, hasta ahí llega todo lo que asemeja la trama de Sol y Luna con la de cualquier juego principal de la franquicia. No hay líderes de gimnasio que abatir ni tampoco hay una Liga Pokémon presente desde el principio. En su lugar se encuentra el Recorrido Insular, una serie de pruebas que todos los jóvenes de Alola tienen que realizar al llegar a determinada edad y que se divide en los retos de los Kahuna (algo así como el líder de cada isla) y las pruebas de los capitanes (entrenadores un rango por debajo de estos líderes). Lo mejor de esto es que ninguno de estos retos implica un enfrentamiento directo contra un entrenador; hay todo tipo de desafíos a cumplir para poder ir avanzando, ya sea encontrar a una serie de Pokémon, recopilar ingredientes o incluso responder a algún que otro cuestionario con bastante guasa. Esto ayuda a que el juego se sienta más como un RPG, deja a un lado la que hasta ahora parecía una mecánica inamovible y da pie a una amplia variedad de situaciones que enriquecen bastante la experiencia.

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Del desarrollo de la trama cabe elogiar prácticamente todo. Pokémon Sol y Luna plantean una historia mucho más amplia e interesante que cualquiera de las vistas en anteriores juegos principales (salvando a Blanco y Negro). Tenemos unos malos de pacotilla que no son tan malos, los entrañables miembros del Team Skull, unos buenos que no son tan buenos, la opaca Fundación Æther, y unos misteriosos monstruos llamados Ultraentes. Hasta ahí podemos contar sin entrar en 'spoilers', pero os aseguramos que esta vez sí que vale la pena empaparse en los diálogos y sucesos del juego. Por fin se han atrevido a introducir una narrativa más seria y por fin se han decidido a desarrollarla con una puesta en escena que impacta desde el minuto cero. Por cierto, aviso a nostálgicos, hay muchas referencias a la región donde empezó todo; os va a gustar.

Lo que Game Freak sí ha querido respetar es la asociación del concepto de líder con el de combate. Superar los desafíos de los Kahuna implica vencer a los líderes, pero también hay que tener en cuenta la aprobación de los Tapu (Pokémon protectores de cada isla). Una nimiedad, dado que nunca dudan de ti, pero que recuerda que la relación con estas criaturas tiene mucho más peso que nunca. De hecho, hasta la elección de un inicial es distinta. Ahora no sólo lo eliges de una Pokéball, sino que debe aceptarte antes de acompañarte en esta aventura que implica el Recorrido Insular y que desemboca en la concepción de la primera liga de esta región y en una serie de problemas multidimensionales con criaturas de otros mundos. Pero eso último será mejor que lo descubráis vosotros mismos.

Si seguimos con los conceptos que se mantienen tradicionales en Pokémon Sol y Luna, no podemos obviar los combates. La hierba alta se presenta como el lugar de aparición de los monstruos de bolsillo, aunque ahora también es posible que se lancen a por ti bajo tierra o descendiendo en picado desde el cielo. Pero, al comenzar a luchar, te das cuenta de que la mecánica de las batallas sigue permaneciendo igual, con criaturas y movimientos de diferentes tipos con sus fortalezas y debilidades. Hay matices, como en los ataques realizados por turnos, que ahora muestran su eficacia en pantalla al seleccionarlos; o en la posibilidad de ver las estadísticas con un solo toque en la táctil. Pensábamos que esta novedad, a pesar de ser de gran utilidad para los más novatos, rompería la sensación de ensayo y error y de aprendizaje inherente a los juegos de Pokémon. Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que sigue siendo igualmente necesario aprenderse la tabla de tipos y estudiar los que posee cada criatura. No es lo mismo lanzar un golpe que inflija el doble de daño que otro que haga cuatro veces más daño al objetivo, es fundamental aprender para poder avanzar sin problemas.

¿Por qué dar tanta importancia a esto de aprenderse los tipos? Porque la dificultad es mayor ahora. Quizás no en los primeros compases, donde repunta en los enfrentamientos contra los Pokémon dominantes (jefes de las pruebas con un poder y tamaño mayores a la media), pero sí en tramos más avanzados y en la recta final. Examinar a nuestros rivales y elaborar una buena estrategia es crucial para no salir mal parados en más de una ocasión. En este sentido, es indispensable hablar de la posibilidad de los Pokémon de llamar a aliados en cualquier combate. Puede que una batalla contra un inocente Magby desemboque en una continua aparición de Magmar dispuestos a complicarte la vida. Y sí, estáis pensando bien, estas llamadas de auxilio sirven para capturar criaturas raras que acudan al rescate de las más débiles, o que incluso aparezcan para rematarlas.

Quizás sea por esta dificultad añadida por lo que también se haya optado por implementar otra novedad más amigable para el jugador. Ahora, justo al finalizar una pelea, es posible curar los estados alterados de los Pokémon acicalándolos. Con sólo pulsar el botón Y tras vencer se accede a una vista en primera persona en la que se les puede cepillar, secar e incluso alimentar para poder curarles y aumentar nuestra afinidad con ellos. También importante, dado que puede hacer que aumenten su evasión incluso ante ataques aparentemente infalibles.

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Al final, con todos estos matices, no se hace raro que en estas ediciones se hayan erradicado las Máquinas Ocultas. Todo está orientado a ser más natural y acorde a un mundo en el que humanos y criaturas conviven. Por eso, la mecánica de las Pokémonturas encaja tan bien y se presenta como algo tan necesario. Ahora es posible pasear a lomos de un Tauros, buscar objetos ocultos rastreando sobre tu Stoutland o incluso ir por el agua usando un Lapras de montura acuática. Los Pokémon abandonan el plano de las batallas para ayudarte también a la hora de desplazarte de una forma mucho más palpable que antes. Este sistema, aunque destruya por completo un componente tan tradicional como son las MO, funciona mucho mejor y, desde luego, ya se antoja como algo indispensable para próximos juegos.

Con todo lo que ofrecen Pokémon Sol y Luna es una lástima ver que, aunque lo pelea de forma notable, Nintendo 3DS flojea a nivel técnico. Es cierto que, salvo contadas batallas con multitud de elementos en pantalla, la portátil mantiene un buen rendimiento. Pero, por otra parte, ver que se ha tenido que prescindir del efecto 3D para conseguirlo resulta agridulce. Esta capacidad de la consola puede emplearse en el Pokévisor (modo foto), pero la tasa de imágenes por segundo en esta modalidad cae tremendamente y rompe la atmósfera que crea poder ver a los Pokémon deambulando en su hábitat natural.

Por lo demás, el despliegue audiovisual de esta entrega es más que elogiable. Las ciudades y entornos están repletos de vida y cuentan con detalles tan importantes como poder escuchar los gruñidos de monstruos cercanos mientras vas caminando. Pokémon Sol y Luna presentan unos gráficos por encima de todo lo visto en juegos anteriores y, además, lo acompañan de una variedad que afecta hasta a la apariencia de nuestro protagonista, al que podemos personalizar incluso a la hora de establecer la forma de lanzar la Poké Ball. El trabajo en este sentido es realmente destacable y está lleno de detalles que refuerzan la inmersión en la paradisíaca región de Alola.

Pokémon Sol/LunaPokémon Sol/LunaPokémon Sol/Luna

Más allá de la experiencia base de juego, hay modos orientados al multijugador. Por un lado tenemos una Conexión Rápida que permite el intercambio o la batalla directa con jugadores cercanos, y por otro la Festi Plaza, un lugar donde es posible conectar online con jugadores de todo el globo, jugar a minijuegos y hasta cotillear sobre qué han estado haciendo recientemente. Por supuesto, también sirve para intercambiar y pelear, aunque entre todo esto sobresale el Battle Royale, un modo a cuatro jugadores en el que se enfrentan todos contra todos y que podría definirse como el Póker de las Peleas Pokémon. Muy divertido y altamente recomendable si quieres probar algo nuevo y tremendamente estratégico en esto de las batallas.

Ni que decir tiene que el post-game juega un papel crucial. Por desgracia no podemos entrar en detalles sobre ello, pero sí que os podemos adelantar que hay muchas sorpresas por descubrir y mucho por hacer en esta porción posterior al final. Tanto, que alarga de forma casi infinita la duración de Pokémon Sol y Luna.

A estas alturas es fácil asegurar que esta nueva entrega supone un gran salto para los juegos principales de la serie. Pokémon Sol y Pokémon Luna son la gran evolución de Pokémon Rojo, Azul y Amarillo. Todo ha cambiado para ofrecer algo muy distinto pero, a la vez, familiar. Ya sea por su historia, por su apariencia y ambientación, por las criaturas, por los combates, o incluso por su 'fan service'; estamos ante un videojuego que se adentra un poco más en el género RPG y que funciona a la perfección tanto para gente que desconoce la franquicia como para aquellos que llevan más de una década con ella.

Pokémon Sol/LunaPokémon Sol/Luna
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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Historia más profunda, abandono de la estética caricaturesca, localización perfecta al español y mucha referencia para nostálgicos.
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Casi total ausencia del efecto 3D, algunos modelos y texturas bastante flojos
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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