Análisis de Eagle Flight

Ubisoft ha mantenido su tradición de apoyar las plataformas nuevas con este lanzamiento muy seguido del de PlayStation VR. En este caso, ya que Eagle Flight no es un juego completo, además con un precio acorde a su contenido.

El juego es simple: después de que la humanidad dejara atrás nuestro maravilloso planeta por razones que parecen inexplicables, los animales conquistaron las grandes ciudades, en este caso, París. Aquí asumimos el rol de un águila que se está preparando para tomar los cielos. Desde el papel del narrador, nacemos en una realidad virtual, emergiendo de un huevo digital y volando, desde entonces, a través de los cielos, sobrevolando los restos de la ciudad francesa.

Los controles son muy fáciles de asimilar. La dirección del vuelo se controla con el movimiento de la cabeza mientras que los giros más bruscos requieren también la inclinación desde el cuello. Podrás notar que los desarrolladores se lo pensaron mucho, tanto la mecánica como cómo evitar el mareo con los movimientos. El hecho de que te veas obligado a imitar los giros con la cabeza previene las náuseas, y en el caso de giros rápidos, los bordes del campo de visión están oscurecidos. Esto es muy importante para disfrutar del juego sin náuseas ni mareos, permitiéndote explorar París de forma intuitiva y sin la sensación de que vas a vomitar.

Los gráficos son como de dibujos animados, y el diseño del mundo recuerda a juegos como The Last of Us y Crysis 3, al menos en el aspecto de que todo está en ruinas y cubierto de plantas. Los animales que una vez estuvieron cautivos ahora andan sueltos por la ciudad, y los edificios más famosos de la ciudad tienen muchos puntos de acceso los cuales podrás utilizar para volar sin interrupciones. Sin embargo, esta águila solo puede aterrizar en su nido y una colisión te manda inmediatamente a volar a una pantalla negra y a volver a empezar, algo que llega a ser molesto. Además, en la exploración libre puedes encontrar coleccionables, como, por ejemplo, plumas. También hay misiones de todo tipo, como misiones de búsqueda, carreras e incluso batallas aéreas.

En las carreras tienes que pasar volando a través de anillos distribuidos por toda la ciudad. Y aunque no es exactamente el diseño original del juego, como reto funciona. Desde los tiempos del Commodore 64, títulos como Master of the Lamps y Aliens nos han entretenido de esta manera. Más tarde Nintendo dio más popularidad a la mecánica con el clásico Pilotwings, y qué decir de Nights into Dreams. En Eagle Flight funciona parecido, pero con una curva de aprendizaje mayor. En seguida descubrimos que estamparte contra las paredes del metro de París en Realidad Virtual casi duele. Pero aun es más doloroso que cuando te la pegas cerca del final de la carrera, tienes que volver a empezar desde el principio, lo que puede ser frustrante. No hay puntos de control (checkpoints), pero si terminas con éxito el desafío te recompensan con tres estrellas.

Las batallas aéreas tratan sobre sacar a otros pájaros mediante "ondas de sonido de águila". Más o menos, son como misiles y los oponentes se defienden utilizando minas de aire y, más tarde, escudos protectores. Sabemos que esto es muy inverosímil, pero es muy divertido, especialmente cuando enchufas una bien. El juego cuenta también con un montón de buenos efectos de sonido en estas batallas, recordándonos de vez en cuando a los Caza estelares TIE de Star Wars.

Pero este modo también puede ser frustrante ya que los oponentes pueden lanzar misiles hacia los lados, habilidad que tú no podrás desbloquear hasta completar el modo historia. Además, el detector de impactos es un poco inconsistente, así que un disparo que crees que te ha pasado de largo puede acabar matándote. También escucharás los disparos enemigos pero tendrás que averiguar su posición exacta para defenderte bien. Además de eso, durante el fragor de la batalla, al no darte cuenta, a veces chocarás contra torres o colisionarás contra minas de aire. Si pasados estos momentos complicados consigues seguir jugando te darás cuenta de que al final puedes dominar todos los movimientos en cuanto practiques un poco e incluso las misiones más difíciles pueden parecer sencillas con el tiempo, aunque la curva de aprendizaje es muy alta.

La historia es bastante rudimentaria; por ejemplo, te pinta una típica carrera oval como el cortejo entre dos futuros compañeros. Las calidad gráfica de las secuencias que aparecen de vez en cuando después de estas misiones es, desafortunadamente, poco nítida. Y es sorprendente porque los gráficos del juego en sí son mucho mejores, algo que no suele ocurrir en la VR. Por supuesto, debido a sus orígenes, en el juego se pueden apreciar ciertas características típicas de los juegos de Ubisoft y París y su icónico paisaje nos recordó inmediatamente a Assasin's Creed: Unity.

El modo campaña dura tres o cuatro horas, sin incluir los desafíos opcionales y los coleccionables. Puedes sacarle más provecho al modo multijugador con sus emocionantes retos multijugador de quiebros y regates. En el modo 3vs3, los jugadores luchan por recoger la presa para luego llevarla a su respectivo nido y sumar puntos. Para poder ganar, tienes que volar peligrosamente bajo a través de calles y entre árboles, lo que no es una tarea fácil. Esto añade mucha emoción, pero también aumenta las posibilidades de marearse.

Por otra parte, el sentimiento de paz al sobrevolar París junto la música de fondo y los sonidos de diferentes animales alrededor tuyo es simplemente genial. Una vez hayas interiorizado los controles, es divertido zambullirse en el río como un águila real desde grandes alturas hacia un pez que está saltando fuera del agua o para deslizarse a través de los diferentes edificios, que además varían en cada capítulo. Sus distintas ambientaciones y efectos climatológicos ayudan a cambiar el rollo y a evitar que sea repetitivo.

Sin embargo, hay una decisión en el diseño que no logramos entender. En el modo "Vuelo libre", que está disponible desde el principio, puedes mirar a tus alrededores presionando el botón X, todo mientras el vuelo se mantiene. En cambio, en el modo historia, esto lo obtienes después de haberla terminado; y hubiera sido muy útil desbloquearla de antemano.

Con todo, Eagle Flight es un juego agradable que hace muy buen uso del headset VR y de sus posibilidades a la par que evita alguno de sus problemas. Es bueno ver que Ubisoft ha invertido un valioso tiempo de desarrollo en este nuevo entorno de juego. Incluso volvimos a jugar más a menudo de lo que pensábamos solo para recoger más plumas, ganar algunos trofeos y para relajarnos con la sensación de volar libremente con una banda sonora tranquilizadora. Muy buen síntoma.