Análisis de NBA 2K18

Los juegos NBA de 2K Sports llevan años dominando la escena de este deporte. Venden mucho, y hasta han obligado a EA Sports a parar sus NBA Live y replantearse el proyecto. Este año vuelve el cara a cara entre ambos, pero el que primero golpea es Visual Concepts con NBA 2K18.

Este análisis parte de la experiencia previa, especialmente con la edición del año pasado, a la que hemos seguido jugando por placer y que se llevó un sobresaliente por méritos propios. Lo que peor quedó fue el modo carrera, centrado completamente en una historia que no tenía ningún atractivo. Este novela que es MiCarrera sigue esta edición y ha cambiado, pero no a mejor.

Desde la perspectiva de tu propio personaje, al que hemos llamado DJ, tienes que jugar suficientemente bien para que te acepten en la NBA y, concretamente, el equipo que quieres que te fiche, por ejemplo, los Lakers. Pero no hay que empezar la casa por el tejado, lo primero es crear al personaje. Hay dos formas de hacerlo, ya sea desde cero con el editor y sus opciones o escaneando tu cara con la app gratuita para móvil que ofrece 2K y después exportando la imagen a la videoconsola.

La gran novedad, al menos la primera, es el mundo abierto. En vez de cambiar de lugares y situaciones mediante un menú, Visual Concepts ha construido una zona urbana en torno a una cancha en la que puedes moverte con tu personaje como si fuera un simulador social. Todo lo que antes editabas o ampliabas de tu personaje mediante ventanas, ahora tiene localizaciones físicas en El Barrio, como un puesto de tatuajes, una sala de entrenamiento o una tienda de deportivas (patrocinada, por cierto). El invento ha quedado bien y además te cruzas con otros jugadores a tiempo real a los que puedes retar a jugar un partido.

Este escenario también es en el que vas a pasar la mayor parte del tiempo del modo historia. Concretamente, de la trama absurda, aburrida y dolorosamente lenta que vas a tener que sufrir para llegar a ser alguien. DJ se comporta todo el tiempo como una estrellita tonta y mimada, así que mucha suerte si queréis sentir algo de empatía y meteros en su piel. La cosa no mejora nada con el resto de personajes topicazo: la novia porque sí, el agente que al final no pinta nada o esos rivales cortados con patrón.

Pero lo peor de este modo, y prácticamente de toda la historia de NBA 2K, es algo que no nos esperábamos, las microtransacciones. No tenemos nada en contra de que se ofrezca a los jugadores la posibilidad de pagar dinero real en un juego como concepto, ni siquiera de los elementos decorativos sin valor de gameplay. Los micropagos en NBA 2K18 tienen un sentido totalmente opuesto, porque sirven para comprar puntos de experiencia que se invierten en mejorar al jugador. Y esto arruina totalmente el modo. Hasta el fondo.

Si no quieres gastar dinero real, estás jodido, porque avanzar en la historia va a ser insufriblemente lento. Un castigo que nadie se merece. Está diseñado para obligar a que la gente pague para avanzar. Y luego otra vez, y otra vez más. Por eso, nuestra recomendación es que si compráis este juego por todo lo demás, que es brillante, no toquéis esta opción, como si no existiera.

Porque las mecánicas básicas del juego, lo que son los partidos, siguen siendo tan buenos como siempre. Se mueve sobre la misma línea que roza la perfección de la temporada pasada, con algún ligero cambio que hemos notado especialmente en el aspecto defensivo. Ha mejorado tanto la parte automatizada como la controlable. Los jugadores cogen mejor la marca y aguantan sus posiciones con mejor criterio. También se ha dado un toque más personal a las estrellas, que ahora son fieles a sí mismas y a sus capacidades reales. Eso implica que vas a poder hacer jugadas de All-Star solo si sabes que estás con el personaje adecuado en la situación adecuada. Aunque también es una dificultad, una capa más de profundidad, porque ya no basta con aprender a hacer un pick and roll, debes saber cómo lo hace ese jugador. Que Marc Gasol va a recibir más cómodo de espaldas en la bombilla que posteando dentro. Es la mejor simulación de baloncesto jamás creada, de largo.

También hemos notado una ligera mejora en el dribbling, que tiene un toque al sistema Skill Stick de las series NHL. A un jugador experimentado, no hace falta que sea profesional, solo le hacen falta un par de partido para ser capaz de botar entre las piernas o por la espalda sin apuros. También se ha simplificado un poquito el tiro libre con un indicador del momento exacto de lanzamiento y una vibración en el mando. Una vez más, es una simbiosis perfectamente equilibrada entre un control preciso y complejo para expertos y una capa superficial comprensible y asumible para principiantes.

Lo bueno para dejar atrás el mal trago del principio es recordar que hay bastantes más modos de juego que MiCarrera. Ahí está MiLiga, los Playoff, todo el componente online o la Fantasy. El modo MiGM, en el que debes ser el directivo del equipo, ha progresado bastante pero sigue sin llenar porque te vas con la sensación de que muchas de las decisiones que vas tomando no cambian demasiado el resultado. Para engordarlo también han metido animaciones como las del modo historia, pero sin voces, así que no quedan nada bien. La parte de simulación y estadísticas sí es muy buena y útil, así que esperemos que se lo replanteen de otro modo para el año que viene porque tiene mucho margen de mejora.

Si como simulador es perfecto desde el punto de vista jugable, desde el técnico no hay ninguna pega. Es un espectáculo visual, con una recreación de los jugadores hiperrealista y una ambientación de las canchas y ahora de El Barrio que destila verdad. Hemos jugado en PS4 Pro y corre a 4K y 60 fotogramas por segundo perfecto que te hacen disfrutar al máximo del dinamismo del partido. La novedad este año es Nintendo Switch, que aunque baja de resolución y calidad y solo se mueve a 30 fps, tiene un aspecto más que decente. En España no faltan las narraciones del trío de artistas que lleva ya un tiempo con nosotros y le dan un buen tono.

Quienes hayan leído hasta aquí no tendrán ninguna duda de nuestras conclusiones y de la razón de ese bajón en la nota. Si has empezado por las conclusiones, déjanos que te hagamos un resumen: NBA 2K18 es un juego con una jugabilidad y un trabajo técnico brutal, pero el modo MiCarrera, el modo historia novelado con vídeos, es malo, aburrido, lento y encima está reventado con microtransacciones. Si eso te da igual y buscas todo lo demás, sigue siendo una joya.