Análisis de Rick and Morty: Virtual Rick-ality

Si Futurama y South Park tuvieran un hijo, el resultado se parecería bastante a Rick y Morty, la serie de dibujos animados adultos que rellata las aventuras de Rick, el taimado y superdotado científico que no para de eructar porque también es alcohólico, y su nieto Morty, que no es precisamente el más listo de la clase.

Las escapaditas emocionantes, extremadamente crueles y jamás políticamente correctas que ambos protagonizan por todo el multiverso cuentan con muchos fans en su formato televisivo, y ahora tenemos claro que entre esos fans también se encontraban los desarrolladores de Owlchemy Labs, premiados en su día por el cachondísimo y bien hecho Job Simulator. El año pasado lanzaron Rick and Morty: Virtual Rick-ality para PC, y ahora por fin llega la versión consolera gracias a PSVR y PS4.

El jugador tiene el dudoso honor de meterse en la piel de Morty, pero en uno de los clones aleatorios que ha creado Rick, para que así pueda ayudarle con sus inventos en el garaje. Desde ahí os podéis lanzar como un rayo hacia tres lugares distintos, pero también se pueden visitar otras ubicaciones con la pistola de portales. Aun así, la localización que tiene más cosas por hacer y descubrir es el propio garaje, y aquí es donde más se nota el ADN de Job Simulator.

Por todos lados hay objetos a tu alcance, para que los agarres, los contemples, los toquetees o lo que quieras con la ayuda de tus mandos PS Move. Los compartimentos de los armarios o los electrodomésticos de la casa ofrecen espacio de almacenamiento adicional, así como todo tipo de gadgets, artilugios y dispositivos para manipular otras cosas. De esta manera el desgraciado clon de Morty va resolviendo los recados de Rick. Al estilo de la serie, esto lleva a situaciones completamente absurdas, con Justin Roiland poniéndole las voces a ambos personajes como hace en la serie - y por supuesto igual de malhablado.

Los seguidores de la serie se sentirán como en casa de inmediato, pero desgraciadamente la diversión sólo da para un par de horas de juego, al menos lo que implica acabar la historia personal. Después de esto siguen quedando coleccionables por encontrar (bastante bien escondidos) y hay una sección del juego que se puede repetir en busca de la máxima puntuación, pero en líneas generales hay muy poca rejugabilidad. Otra pega es que una vez más las limitaciones de PSVR tienen un impacto negativo sobre la diversión. Da igual dónde pongas la PlayStation Camera, siempre habrá momentos en los que tu cuerpo tape la línea de visión con los mandos, porque el juego está claramente diseñado para que te gires 180º o incluso más.

Por este motivo tienes que estar todo el rato pendiente de la posición de la cámara en el mundo real, para no taparte las manos. Es algo que han intentado facilitar incluso dentro del juego, con una flecha en el suelo que apunta supuestamente "hacia la cámara". Sin embargo, realmente apunta hacia el punto en el que el juego recomienda poner la cámara. Todo esto estropea por supuesto parte de la inmersión, haciendo que algunas tareas pongan a prueba tu paciencia. Además, no se puede centrar la cámara con pulsar un botón como en otros juegos: hay que repetir todo el proceso de calibración cada vez, y el resultado no termina de convencer. Por si fuera poco, varios bugs con el sonido también cortan el punto, y en una situación todo el juego se nos quedó colgado porque no podíamos alcanzar un objeto importante de ninguna manera.

Dicho esto, Rick and Morty: Virtual Rick-ality sigue siendo un juego de VR divertido, pero hay que recordar su precio y que apenas dura un par de horas ni está optimizado al máximo para PlayStation VR, lo que hace que su compra resulte bastante cara. Una pena que esa conclusión sea todo un déjà vu respecto a lo que solemos escribir sobre otros juegos de PSVR. Si fuéramos Rick, nos crearíamos un clon de Morty que nos redactara estas mismas conclusiones todo el rato para nuestra mayor comodidad.