Análisis de Mario vs Donkey Kong 4

Era un día estupendo, día de fiesta. El nuevo parque de atracciones de Mario abriría sus puertas ante una gran expectación. Pero si has estado al tanto de los 30 años de Mario en el sector, ya sabes lo que ocurrió a continuación. El malote de turno secuestra a la compañera de turno. En esta ocasión se trata de Pauline, y por tanto el malo no es otro que Donkey Kong. Todo se ha nintenficado y el fontanero no sentirá ningún rencor por el culpable, sino que simplemente pensará "qué gorila más cruel", y se echará unas risas. Una jornada más en el trabajo de Mario.

De hecho, Mario parece casi demasiado relajado con todo el aprieto. Está contento de volver y dejar a los pequeños robots que se parecen a él y a sus colegas hacer el trabajo sucio. La persecución al gorila y la damisela en peligro nos lleva a través de entornos variados dentro de la temática del parque de atracciones, incluyendo una noria, pinchos letales y bolas de fuego. La premisa es básicamente la misma para cada nivel: asegurarse de que los pequeñazos alcanzan la meta. Para un jugador veterano, Lemmings viene a la mente inmediatamente. La tropa de Mini Marios camina directa a la muerte a no ser que los ayudes.

Para hacerlo hasta el final de cada nivel, manipulas el entorno con tu lápiz táctil. La interfaz es estupenda para que cualquiera la entienda y maneje. Construirás puentes, tirarás paredes, te colarás en tuberías y pondrás trampolines intentando, siempre al límite, ir un paso por delante de los pequeños. Porque una vez que comienzan a andar no paran, así que siempre es mejor que prepares el plan de antemano. Más de una vez perderás unos cuantos robots antes de dar con la solución para conservarlos a todos hasta el final.

En ocasiones es pan comido completar el nivel una vez has confeccionado tu plan, aunque en otras el nivel exige gran sincronización y precisión. Se pone aún más difícil si quieres hacerte con todos los trofeos entregados al final de la pantalla al obtener los objetos extra o terminar en un tiempo límite. Los trofeos sirven para liberar aún más niveles, lo que permite a los jugadores que no quieran más desafío seguir adelante hasta completar el juego.

Para los que están preocupados por si el juego no ofrece dificultad suficiente, no hay más temores. Cierto es que, incluso con los trofeos, la dificultad no es demasiado alta para un jugador experimentado, pero llegué a disfrutar hasta con los rompecabezas más sencillos. Simplemente, es un placer sentarse a mirar cómo corren los pequeñines, cómo escalan y saltan a través de los escenarios.

Sin embargo, no hay tiempo para relajarse cuando te pones con los niveles extra. La dificultad es considerablemente más alta que en la campaña principal, y te verás volviendo a la tierra de los Mini Marios para intentar dominarlos. Estos desafíos de bonus, junto al flexible editor y la comunidad activa de "constructores" ayuda a incrementar la durabilidad del juego considerablemente. También refuerzan la variedad de un título que en ocasiones puede resultar monótono.