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Xenoblade Chronicles 2: Torna - The Golden Country

Análisis de Xenoblade Chronicles 2: Torna — The Golden Country

Monolith Soft. vuelve a Alrest con una expansión que vale su peso en oro.

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La guinda del Pase de Temporada de Xenoblade Chronicles 2 ya está aquí. Tras varios meses en los que Monolith Soft. ha ido lanzando contenidos con cuentagotas para dar de comer al juego con el que se estrenó en Switch a finales de 2017, ha llegado el momento de cerrar un ciclo con la expansión final. Torna - The Golden Country es el adiós de la compañía a Alrest, y es una despedida por todo lo alto.

Disponible desde el pasado 14 de septiembre en formato digital, y disponible ya también en formato físico, esta expansión, que más bien podría llamarse precuela, nos llega de una forma poco usual en esto de los materiales descargables. El equipo nipón tras ella y Nintendo se han sentido lo suficientemente seguros como para lanzar este capítulo extra de forma completamente independiente, como si de un nuevo juego se tratara, aunque siendo consecuentes con el contenido a la hora de establecer su precio.

A pesar de ello, podemos decir sin miedo que la historia del país dorado bien podría valer su peso en oro. Monolith se ha aventurado en este capítulo del mismo modo que un elefante en una cacharrería, yendo a por todo y sin mirar; y lo mejor es que en lugar de escucharse un desastre, el resultado es toda una armonía que suena incluso mejor que el juego del que proviene.

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Xenoblade Chronicles 2: Torna - The Golden Country

En algunos puntos, Torna - The Golden Country no solo logra igualar, sino que supera a lo que hacía y sigue haciendo Xenoblade Chronicles 2. Puede que en cifras sí palidezca un poco en comparación con este, puede que lo haga en aspectos como la duración y la cantidad de localizaciones a visitar; pero a pesar de los límites impuestos y de la reducción en cuanto a cosas por hacer, sitios que ver, personajes por conocer o incluso duración de la historia, consigue algo mucho más impactante que la aventura de Rex.

De hecho, no necesita siquiera al Xenoblade 2 original para entenderse. Aunque es cierto que conocer esa extensa historia que tenemos disponible desde diciembre de 2017 es un buen punto a favor para zambullirse aquí con total conocimiento de la situación, no es problema alguno hacerlo sin saber quién es Pyra, Mythra, Rex o incluso Addam o Jin. El puzle de Torna se hace perfectamente sin las piezas del juego base, aunque recomendamos encarecidamente acceder a este episodio solo después de completar el juego original, si realmente queréis disfrutar ambos capítulos al máximo. No obstante, esta propuesta tiene un doble filo: saber cómo acabarán las cosas desde el primer minuto.

Conocer el desenlace habiendo disfrutado el juego completo tiene como motivo el hecho de que este episodio transcurre 500 años antes de la historia que protagoniza Rex. Aquí, el protagonismo se divide entre Lora, Addam y Hugo; aunque realmente podríamos reducir el peso de la trama a la primera, su blade Jin, y Mahlos, el mismo antagonista que aparece en el juego original. Huelga decir que no vamos a destripar nada de la trama para aquellos que lleguen totalmente desorientados, pero para los que ya sepan algo, la Guerra de las Égidas se convierte en el punto central de todo, tanto por sus precedentes como por su desarrollo y su desenlace.

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Acontecimientos aparte, a nivel narrativo se ven las mismas virtudes y los mismos defectos que aparecían en Xenoblade Chronicles 2 una y otra vez. Los personajes han sido cortados por patrones que responden a diferentes arquetipos. La ruda y solitaria, el frío y silencioso, la amable y aguerrida... Las casillas de estereotipos nipones se van marcando consecutivamente a medida que conoces a todo el reparto de personajes. Pero no por ello deja de ser algo bueno, ni tampoco impide que se conecte con alguno de ellos.

De hecho no es un problema, siempre y cuando estés familiarizado con la idiosincrasia de la narrativa japonesa, del mismo modo que tampoco lo es el ritmo de las secuencias cinematográficas (a veces horrorosamente lento y otras totalmente frenético). Son las cosas que hacen a Xenoblade ser lo que es, y que demuestran que los japoneses sabían muy bien a lo que iban cuando hacían este capítulo, o quizá que no saben hacer las cosas de otra forma.

Quizá lo que más nos ha llamado la atención en este plano sea la concatenación de secuencias, algo que en ocasiones puede ser bastante frustrante por salir de una, dar dos pasos y entrar en otra. Entendemos que para eventos importantes puede ser necesario, y que incluso cuando se habla de lo mal que cocina Mythra se hace con el fin de darle un toque más humano a uno de los seres más poderosos de ese mundo. Podemos hasta dejarlo pasar en ocasiones porque hay mucho que contar en un paquete de tamaño reducido, pero se corre el riesgo de romper el ritmo del juego en más de una ocasión.

Xenoblade Chronicles 2: Torna - The Golden Country

Esta sensación de querer contar mucho en muy poco tiempo es algo que se puede extrapolar a prácticamente todo. Torna - The Golden Country coge la fórmula de Xenoblade Chronicles 2 y se queda con lo esencial, añade un gran toque propio y lo aprieta todo para que quepa en un DLC. Así, lo que tenemos es un descargable que lejos de sentirse como un añadido banal, logra aportar mucho. Las apariencias engañan, dicen.

Es realmente llamativo que, para elaborarlo, Monolith Soft. haya decidido recurrir a un motor gráfico nuevo, algo que da una ligera idea de la ambición que hay realmente tras este capítulo. El salto se nota sobre todo en el primer tramo del juego, con un paisaje en el que la diferencia gráfica es evidente con respecto al título principal. Puede que luego el impacto sea menor, y que incluso se le vean ciertas imperfecciones como ese excesivo "blur" en las secuencias; pero la notable ganancia en resolución dentro del Modo Portátil compensa, como también las ligeras mejoras en follaje e iluminación o el saber que esto puede ser el primer flirteo del estudio con un posible Xenoblade Chronicles 3.

Lo que en primera instancia sí parece un paso atrás, además de la pérdida de escala en el mundo (algo que también se le acusaba a XC 2 en comparación con el lascivamente enorme Xenoblade Chronicles X), es el sistema de combate. Dado que ahora no hay Cristales Primordiales con los que sintonizar para conseguir Blades, el abanico de opciones se ha quedado completamente reducido a un total de 6 de estos seres, dos de ellos por personaje principal.

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Sin embargo, ese paso atrás no es más que el previo para echar a correr y desarrollar todo un sistema de combate mucho más dinámico y satisfactorio que el de Xenoblade Chronicles 2. Hereda de este el ataque automático y el cambio de Blades para tener diferentes habilidades, del mismo modo que los combos con las habilidades especiales que se recargan usando las normales. Sin embargo, esta vez pasas a manejarlos directamente en lugar de hacer que cambien tu arma. Cada Blade cuenta y se suma a la batalla, permitiendo alternar en pleno combate con tan solo pulsar un botón y consiguiendo que a veces las situaciones sean más caóticas incluso que en el juego base. De este modo, puedes estar lanzando una cadena de puñetazos con Lora para aturdir al enemigo, rápidamente cambiar a Jin para que lo tire al suelo y que cualquier compañero lo haga volar por los aires.

Y decimos Lora por no decir Addam, Mythra, Hugo, Egeón o cualquiera de los 9 integrantes del grupo. Puedes manejar a todos y cada uno de ellos y alternar mientras te desplazas por este fragmento de Alrest, de nuevo, con algo tan sencillo como presionar un botón (aunque no puedes cambiar entre humanos dentro del combate). Inmediato, rápido y fácil, sin parafernalias de menús ni intrincados comandos. Monolith ha querido no recortar, sino más bien condensar las mecánicas para pegar con más fuerza en el jugador.

Esta condensación se hace tremendamente presente en el sistema de progresión. Tus personajes crecen a un ritmo bestial, hasta el punto de que en 5 horas puedes estar ya repartiendo golpes de 4 cifras cuando habías comenzado haciendo dos o incluso una. Es una de las consecuencias de empacarlo todo, se acrecenta el ritmo; pero qué satisfacción da, y qué poco consciente se es de ello hasta que en unos minutos puedes plantar cara a monstruos que antes ni mirarías por miedo.

Xenoblade Chronicles 2: Torna - The Golden Country

Porque el libre albedrío de las criaturas se mantiene, para dar una mayor sensación de naturalidad al mundo, como también las misiones secundarias vuelven, aunque mejoradas ligeramente y con más importancia que nunca (si juegas, haz todas las que puedas, es un consejo). Con ellas nace un sistema de reputación que, junto a las acampadas, plantea dos conceptos completamente nuevos. El primero es algo tan simple como ganar renombre para que más habitantes de Alrest te pidan tareas y consigas bonificaciones; el segundo es algo que mira descaradamente a Final Fantasy XV, un momento de relax para subir más niveles, cocinar o incluso fabricar objetos.

Aquí debemos hacer un inciso, porque nos sentimos en la obligación de hablar del apartado musical. El trabajo hecho por Yasunori Mitsuda y compañía en Torna - The Golden Country es absolutamente soberbio. Puede que no haya muchas composiciones completamente nuevas, pero cada nueva pieza transmite perfectamente la perspectiva que tiene este episodio: más oscuro, más maduro, mucho más contundente. Predominan la acústica y el jazz, con unas combinaciones que pueden llevarte de la celeridad de Gormott a la nostalgia de Torna con una precisión y una facilidad excepcionales.

The Witcher III tuvo a Blood & Wine. Xenoblade 2 tiene a Torna - The Golden Country. Es un capítulo extra totalmente imprescindible para quienes disfrutaran con Shulk, con Elma y con Rex, como también un juego necesario para los que disfruten con el RPG pero no tengan tiempo para largas epopeyas. Como los buenos perfumes, que vienen en frascos pequeños, este capítulo reúne lo mejor del titánico Xenoblade Chronicles 2 y lo condensa para hacer algo más llevadero, pero mucho más contundente.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Las nuevas mecánicas de combate son muy divertidas, el Modo Portátil luce mejor que el juego base, la banda sonora es magistral, condensa un gran RPG en un DLC.
-
Las animaciones y el ritmo en algunas secuencias dejan bastante que desear, sigue teniendo en las secundarias a su talón de Aquiles.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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