Análisis de Astroneer

Astroneer, el simulador espacial de System Era Softworks, se puede definir como un juego de naves espaciales sin esa parte dura de supervivencia tan típica en el género, aunque sí hay parte. Es una experiencia para perderse en los confines del espacio al amparo de su belleza y por eso ha sido todo un placer jugarlo.

Es habitual encontrar inspiraciones del arte pictórico o de los cómics en los videojuegos, y Astroneer -que tiene propiedades de ambos- lo convierte en algo precioso. Con colores vivos, personajes adorables, objetos 'cuquis' y animaciones a lo dibujos animados sensacionales, consigue que sea atractivo incluso mirar cuando juega otra persona. Gran parte de lo que se lo debe a su aspecto visual, y con su gameplay tranquilo, a veces no parece que estés jugando como tal. No porque no tengas que controlarlo como todos los demás, sino porque no sientes esa presión de tener que hacer algo obligatoriamente. Consigue arrastrarte hasta su esencia con tan solo viajar por los rincones de su universo a tu propio ritmo.

En realidad, sí que hay ciertas metas que cumplir, más para el final de la partida que al principio. También hay un tutorial al comenzar que se agradece mucho porque hace bastante falta. Pero la diversión está en ir creando tu propia aventura avanzando por el horizonte para encontrar lo que tenga que venir mientras construyes tu base de operaciones espaciales.

Volviendo a ese tutorial que tanto recomendamos hacer, te metes en la piel de un astronauta regordete que viaja por el espacio en una pequeña cápsula espacial hasta estrellarse en un planeta diminuto. Es el momento de aprender tareas elementales como recoger recursos y de utilizar herramientas para reconstruir una tubería que aporta el oxígeno necesario para moverse por ahí sin morir de asfixia. También enseña cómo buscar comida, gestionar el inventario, escavar, construir, escanear y, en el fondo, cómo sacar lo máximo de cada entorno. En caso de no hacerlo, la partida empieza directamente en una pequeña base, equipado con un pack básico con el que arrancar en la colonización en solitario de este mundo que empieza a abrir los ojos.

Así que Astroneer se resume en esas dos partes, explorar y construir. Porque la parte de supervivencia no castiga mucho. Tienes que preocuparte de enlazar los tubos de oxígeno que te permiten seguir con vida en las partes exteriores, pero es tan sencillo como utilizar un componente que se extrae del subsuelo con pulsar un botón. Ampliar la red de suministro de oxígeno es fácil y, al mismo tiempo, da un orden a la visita por la superficie del lugar. Pero no solo se puede morir por esta causa, también hay que tener en cuenta algunas amenazas del entorno, como las nubes venenosas que aparecen tras expoliar el mapa. Tampoco hay muchas consecuencias negativas por cometer algún error, porque morir solo implica reaparecer en la base.

El diseño sandbox es una prueba de que System Era Softworks quería que fuera cada jugador quien diseñase su partida. Pero también puede que haya momentos en los que no sepas qué hacer, y para eso hay muchos caminos marcados por los que tirar, como todo lo relacionado con la evolución de la base principal que logran transmitir esa sensación de progreso que buscamos a veces en los videojuegos.

Cada monte y cada colina puede quedar descompuesta a base de palazos, y cada valle puede ser alisado con los materiales recogidos antes. El mundo es tuyo en forma y color, libertad total. Construir estructura, seguir tirando de la línea de respiración y plantear más expansiones, todo requiere inspeccionar y escanear elementos y encontrar los minerales y materiales que son necesarios. Hay algunos que son más escasos y están mejor escondidos, por eso hay que dedicarle un poco de esfuerzo.

La otra parte de la tarea es hacer una gestión eficiente de los recursos. Los materiales se acumulan en una mochila de espacio limitado, aunque también han inventado una forma de guardado sencilla mediante conexiones entre el mundo y la base. Todo es muy manejable, como poder utilizar el crafteo y las construcciones para cambiar algo de aspecto si no luce como nos gusta. Como el avance depende de lo que encuentras y construyes, cuanto más vas descubriendo, más elementos tienes a tu disposición para darle variedad.

El cooperativo de Astroneer es prácticamente idéntico al modo en solitario, pero con dos jugadores haciendo agujeros en lugar de uno solo. Además aunque da la opción de hacer cosas juntos, no es obligatorio y permite que cada uno tire por el camino que le apetezca a explorar en busca de cosas más molonas. Fomenta conversar y compartir, con el acompañamiento de temas de electrónica.

Han sido partidas bastante limpias para un juego que ha estado mucho tiempo en Steam Early Access, pero hemos encontrado un error que hay que mencionar. El frame-rate en la versión PC no es bueno (jugando en ultra primero y después en alto con un PC gaming de gama media), tanto que hemos llegado a tener la sensación de estar en slow motion en algunos instantes. Además, los tiempos de cargo son elevados.

Astroneer ofrece al jugador libertad para explorar un mundo virgen que es bello y atractivo. Es un título que enamora y que te atrapa rápido por la cantidad de facilidades que te da, aunque también te expulsa de la inmersión cuando aparecen los fallos de fluidez de la imagen. System Era Softworks debe reparar este error para que la experiencia sea tan limpia como el alma de este juego, ideal para todas las edades y niveles de experiencia.