Análisis de Kirby's Extra Epic Yarn

Uno de las curiosidades más graciosas de Nintendo, al menos para nosotros, es que las consolas siempre 'terminan sus vidas' con un juego de Kirby. Y podemos probarlo: Kirby's Adventure salió para la NES dos años después del lanzamiento de la Super Nintendo; Kirby's Dream Land 3 salió para la Super Nintendo dos años después de la llegada de la Nintendo 64; Kirby 64: The Crystal Shards salió para la Nintendo 64 un año antes de la GameCube; Kirby Tilt'n Tumble salió para la Game Boy Colour el mismo año que la Game Boy Advance; Kirby y el laberinto de los espejos salió para la Game Boy Advance el mismo año que llegó la Nintendo DS; y Kirby's Dream Collection salió para Wii el mismo año que la Wii U. ¿Cómo os quedáis?

Ahora, con Kirby's Extra Epic Yarn, han remasterizado el mismo juego de 2011 pero con un nombre menos excéntrico. Este remake ha llegado a la Nintendo 3DS en un 2019 que muy probablemente será el último año de esta consola con apoyo first party. Vamos a pasar ya de la clase de historia: ¡centrémonos en el juego!

De nuevo, estamos ante un plataforma 2D con una historia encantadora, igual que la mayoría de los juegos de la bola rosa. Un día, Kirby muerde un tomate hecho de hilo, lo que hace que se transforme en hilo y termine en el mundo del malvado hechicero Zur-Zir, mientras que este villano sale a dominar el mundo de Kirby junto con sus súbditos. Allí, Kirby conoce al Príncipe Hilván, quien está intentando arreglar el mundo que Zur-Zir ha destruido. ¿Cómo repararlo? Volviéndolo a coser, por supuesto. La pregunta es: ¿podrá salvarles y recuperar su cuerpo normal? Aunque... ¿de qué está hecho Kirby? Esa historia es para otro día...

No obstante, la historia de este Kirby no es nada nuevo, como esperábamos. Las entregas de este personaje siempre están dirigidas a los jugadores más jóvenes, y es de admirar que Nintendo cree aventuras graciosas y sencillas que enganchan tanto a los más pequeños como a los mayores. Las escenas están muy bien animadas, y un narrador nos guía a través de la historia, igual que en los dibujos de Winnie The Pooh. Eso sí, algo que no se parece a los clásicos de Kirby (y que nos ha sorprendido) es la dinámica de juego.

Si piensas en Kirby, ¿qué se te viene a la mente? Probablemente, cuatro ideas: es rosa, redondo, puede volar y come muchas cosas (succionar quizá sea más correcto, pero vamos a ser educados, ¿vale?). En este, solo se cumplen dos de esas cosas: Kirby es rosa y redondo; las otras dos características se han eliminado, por lo que ya no puedes comerte a los enemigos, ni volar o robar poderes. Como hemos dicho antes, esta vez está hecho de hilo y, si intentase comer algo, le atravesaría el cuerpo. Por tanto, tendrá que utilizar su cuerpo de hilo para atacar a enemigos, escalar y otras fechorías tirando de botones o cuerdas, o colándose por los agujeros de las prendas.

El juego da pie a la creatividad, pues el estudio se ha currado la oportunidad de ser lo más creativos como fuese posible. Aun así, hay alguna transformación en las pantallas que te da poderes o cambia tu apariencia (nos gusta especialmente la transformación en locomotora), por lo que sigue siendo un Kirby. Estos pequeños ajustes le dan al juego una personalidad que otros como el Kirby Star Allies para la Switch no tienen.

Al margen de las plataformas 2D, puedes diseñar tu propia casa, participar en minijuegos con el Rey Dedede y Meta Knight u otras actividades entretenidas. No obstante, las plataformas son el centro de atención del juego y, pese a que es un buen sistema, es bastante simple. Controlas a un Kirby inmortal (en modo normal) que tiene que escalar por los niveles hasta que llegue al final, y el reto no está en la supervivencia, sino en recoger todos los coleccionables. Al no haber temporizador, puedes tomarte tu tiempo. Asimismo, puedes activar un modo difícil en el que una pequeña criatura púrpura intenta matarte, pero esto tampoco supone un gran desafío si has jugado a otros juegos de plataforma. Es sencillo porque está dirigido a niños, así que no es necesariamente un problema, y te deja con un buen sabor de boca.

Este juego nos ha proporcionado una experiencia en 3DS que no habíamos experimentado en años, además de que los gráficos son sorprendentes. El estilo de algodón hace que la imagen no sea una limitación, sino que enriquece el estilo artístico que puede ser el que mejor funciona en la pantalla 3DS. La música también es buena, aunque probablemente nunca la volvamos a escuchar, y el resto de la presentación está muy bien elaborada.

Si ya habías jugado al original y quieres repetir, hay algunas novedades, pero en esencia es el mismo título, así que tú decides. Lo que sí podemos decirte es que, si este es el canto del cisne de la 3DS, resulta un juego realmente creativo que encaja perfectamente entre los juegos de la consola y, probablemente, también nuestro favorito de la saga Kirby.