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Pokémon: Detective Pikachu

Pokémon: Detective Pikachu

Al final Pika. Pika, para que vayan a verla grandes y pequeños.

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Parece mentira que hayamos tenido que esperar tanto para ver el primer largometraje de imagen real dedicado al mundo Pokémon. Ya hace dos décadas que los monstruos de bolsillo irrumpieron con fuerza en nuestras vidas. Pokémon marcó a toda una generación de niños, haciéndonos vivir una inolvidable aventura por un mundo fantástico poblado por criaturas de ensueño. Sí, fuimos la primera generación Pokémon, pero en absoluto fuimos la última. Durante estos veinte años le hemos pasado el testigo a otros muchos jóvenes que han disfrutado de esta fantasía en todas sus formas, ya sea con las siguientes entregas para consola, con Pokémon GO, a través de sus interpretaciones en manga y anime o su juego de cartas coleccionables.

Sorprende así que Hollywood haya tardado tanto en dar el paso de adaptar esta franquicia. Es cierto que desde muy temprano, The Pokémon Company y sus socios se afanaron en crear largometrajes animados aupándose en el tirón del anime televisivo, pero lo que ha logrado Pokémon: Detective Pikachu es todo un sueño hecho realidad para los fans de la saga. Este es un film que rebosa amor y respeto por la franquicia. Con otras adaptaciones de videojuegos mucho menos inspiradas muy presentes en la memoria, sorprende gratamente el buen uso que se le da a la licencia. El mundo Pokémon está representado con todo lujo de detalle, incorporando referencias a sus regiones, su cultura, y por supuesto su peculiar fauna. Todos estos elementos no hacen más que aportar riqueza visual y un estilo único a la fotografía de la película, al mismo tiempo que sirven de excelente guiño a los aficionados.

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Photo: IMDb
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Sin duda, los auténticos protagonistas de la cinta son los Pokémon. Las criaturas se muestran con un estilo realista que no choca con su desbordante carisma. Resulta imposible no enamorarse de un Pikachu que parece estar más vivo que los actores que le rodean. Ryan Reynolds presta su voz y sus gestos a un personaje que resulta extraño en su concepto pero que funciona perfectamente en pantalla gracias a su encanto. Sin duda, el Detective Pikachu (que, recordemos, debutó con su propio juego antes de llegar a la gran pantalla) es el protagonista absoluto de la película, aunque los otros Pokémon no se quedan atrás. Criaturas como Psyduck o Mewtwo roban la cámara en cada plano en el que aparecen. Y no lo hacen sólo mediante el humor o la simpatía. Los artistas detrás de esta película han logrado transmitir todo tipo de emociones a través de los Pokémon; desde el asombro por descubrir un nuevo mundo en sus primeros compases, a la intriga que rodea al legendario Mewtwo, o incluso al abierto terror o repulsión que provocan ciertos monstruos a lo largo de la trama. Vemos a los Pokémon en su hábitat natural, pero también cohabitando con los humanos en una ciudad que se distancia de los parajes futuristas y utópicos del anime y los juegos, para acercarse a algo más mundano, más parecido a la realidad.

Las bondades de Pokémon: Detective Pikachu son muchas, y sin duda los aficionados más acérrimos a la franquicia saldrán del cine más que satisfechos. Sin embargo, la cinta atraviesa graves problemas que la alejan de la excelencia. Si bien los Pokémon aportan vida y color a su universo, los personajes humanos lastran la narrativa con diálogos para el olvido y actuaciones poco inspiradas. El guion avanza de forma forzada y a trompicones, con escenas y diálogos que poco o nada añaden a la historia, hasta que en sus últimos minutos el misterio da paso a un apresurado desenlace que, en sus excesos, arranca al espectador de la película. La trama se tambalea con personajes poco construidos, escenas sin sentido y un ritmo irregular. ¿La parte buena? El conseguido humor gráfico de los Pokémon consigue distraer lo suficiente de sus fallos para dejarnos con un buen regusto.

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Porque aunque falla a la hora de desarrollar una narración consistente que nos permita disfrutar mejor del conjunto, en Pokémon: Detective Pikachu hay muchas cosas dignas de elogiar. Desde su arranque cargado de emoción por descubrir las maravillas de este mundo fantástico, hasta esos créditos finales que son todo un golpe a la nostalgia, la película se esfuerza por convertirse en una de esas divertidas películas de misterio para todos los públicos que recordamos durante años. Por momentos intenta ser Roger Rabbit, aunque le falta el riesgo y el carácter. Incluso como anécdota, cabe decir que se atreve a coquetear con el terror monstruoso tipo Alien, la acción desbordante de un blockbuster de Michael Bay o la aventura superheroica más clásica (esa escena que parece robada del Batman de Tim Burton).

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Sin ser ninguna obra maestra, Pokémon: Detective Pikachu tiene el gran mérito de ser la película basada en un videojuego que mejor respeta el material original. Y simplemente por esa hazaña, ya consigue que deseemos más entregas. Queremos volver al mundo de los Pokémon en la pantalla grande.

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07 Gamereactor España
7 / 10
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