Análisis de Mega Man Zero/ZX Legacy Collection

Ese chico cibernético con melena rubia, armadura roja y espada en la mano llamado Zero debutó en 1993 como parte de la serie Mega Man X. Apareció en aquellos juegos que daban un giro al estilo y la personalidad del héroe azul de Capcom con mucha presencia, y se ganó las simpatías del público antes de ser jugable. No fue hasta 1997 cuando se dejó controlar por primera vez en la cuarta entrega de esta línea temporal. Pero desde ese momento se quedó para siempre; primero acompañando a Mega Man y finalmente como protagonista, aunque tuviera que ser en juegos de Game Boy Advance.

Un pasado que ha quedado recompuesto gracias al recopilatorio que Capcom estrena ahora en Nintendo Switch, PS4, PC y Xbox One. Mega Man Zero/ZX Legacy Collection incluye los cuatro títulos originales y las dos secuelas que llegaron a Nintendo DS, es decir, Mega Man Zero, 2, 3 y 4 más Mega Man ZX y ZX Advent. Desde su estreno, ninguno había vuelto a salir de Japón y menos en sobremesa, así que es la primera vez que mucha gente tiene la oportunidad de conocer esta otra versión de la historia creada por Keiji Inafune.

En general, la serie Zero comparte muchos elementos con la serie X, pero ese elemento diferenciador tan visible lo cambia todo. Es su Z-Saber, que combina con su propia versión del cañón Mega Buster. Tampoco repite esa estructura de niveles a escoger con un jefe final al que enfrentarse y del que obtener un poder para después utilizar contra otro, sino que hay una trama según la cual este personaje debe ir a varios lugares del mundo a completar misiones. Este concepto fue aún más allá en los títulos ZX al añadir un mundo interconectado y abierto, bastante metroidvania.

El estilo y la variedad de sus jefes es otro punto fuerte con respecto a los Mega Man y Mega Man X. Todo, con un nivel de dificultad semejante o incluso superior al de estos títulos, si hablamos de los dos primeros. La apertura que los videojuegos vivieron en la era de Nintendo DS sirvió para rebajar un poco el drama y en el recopilatorio aún es más accesible. Capcom ha añadido un modo principiante y un sistema de guardado asistido que además hace las veces de vidas infinitas. No solo viene muy bien para quienes tengan miedo a estos títulos, es que el guardado original era un rollo que te obligaba a ir y volver adelante y atrás antes de afrontar dificultades reales como un jefe si no querías echar a perder todo tu progreso.

Quienes piensen que estamos ante una remasterización que se vayan olvidando porque visualmente seguimos ante juegos de portátil de principios de siglo, a lo que apenas se les puede trastocar con un par de filtros. Así que cuando proyectas esas imágenes en una tele grande los pixelacos son escalofriantes. Lo peor no es que sea difícil de mirar, es que además es molesto a la hora de jugar en un título que exige tanta precisión y anticipación de lo que va a ocurrir. No es tan terrible con los Mega Man ZX y ZX Adventure, mejor preparados para el salto.

La banda sonora sí es buena, con esos matices tan reconocibles. Al igual que los controles, que responden como deben siempre y cuando se tenga bien en mente el timing. Dadas estas circunstancias técnicas, la mejor opción es Nintendo Switch, y eso significa que de nuevo es volver a su origen portátil al que parece estar anclado Zero.

Mega Man Zero/ZX Legacy Collection responde a ese plan de Capcom de relanzar todo su catálogo de series importancias y también a lo bien que han ido funcionando los recopilatorios anteriores. No son solo más niveles al estilo de juego de acción 2D intensa de Mega Man, Zero aporta una forma de jugar algo distinto y, en un par de cosas, un mundo distinto y más abierto. Lo que pasa es que los Legacy Collection anteriores estaban más trabajados y respondían mejor al salto a la televisión grande. No es tan bueno, pero es más Mega Man, con espada.