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Gran Turismo 7

Análisis de Gran Turismo 7

El juego de coches que lo es prácticamente todo menos "el auténtico simulador de conducción" encantará a los fans de siempre y convencerá al público general.

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Desde el momento que arranca, Gran Turismo 7 demuestra lo que veníamos imaginando: es la mayor carta de amor al automovilismo que se puede escribir en formato videojuego. Este valor, enorme por sí solo, debería ser suficiente para que cualquier jugador de PlayStation -sobre todo en PS5- que sea amante del mundo del motor, deba plantearse su compra de forma inmediata. Ningún otro juego presenta cada marca, cada modelo, cada circuito con el mimo de Polyphony Digital y Kazunori Yamauchi. GT7 es, en sí, un documento histórico, una obra a caballo entre el documental televisivo, la revista del motor y el coleccionismo de modelos.

Gran Turismo 7
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Con la elegancia que caracteriza a los nipones, los datos que en otro juego habrían quedado relegados a una fría ficha informativa o a una frase corredera, aquí se convierten en un completo aprendizaje, en una constante fuente de información que agrada ver, leer y escuchar para descubrir desde lecciones de historia hasta sorprendentes decisiones de diseño, pasando por tendencias y por supuesto mil y una curiosidades.

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Esa es una de las cosas que se pide a una entrega principal de la serie, y PD ha echado el resto. Lo hace, además, con el tipo de progresión de campaña que esperan sus seguidores, con esa pausa entre actividades y esos momentos de relajación fuera de las pistas. Para alguien que entre ahora en Gran Turismo este estilo puede resultar por un lado lento y anticuado, flirteando con el aburrimiento, pero por otro también es increíblemente accesible, algo que falla en la mayoría de los juegos de coches realistas.

De hecho, respecto a la accesibilidad, y antes de entrar al trapo con el tema de la simulación, otro aspecto increíblemente encomiable es el énfasis que pone GT7 por enseñar a conducir y pilotar. Repito, esto es antes de hablar de hasta dónde llega como simulador porque, incluso jugando con mando, el título es capaz de transmitir las claves tanto de la conducción básica como del pilotaje avanzado. Puede que a las Licencias (sacarse el carnet en varias categorías) le pase lo que a la presentación/progresión en general y parezcan del siglo pasado, pero estoy seguro que conductores noveles y también experimentados las apreciarán. (Y, por cierto, genial ese guiño a Coque López y a otros campeones de GT Championship). Las indicaciones de los circuitos también son muy claras, y la guinda la pone la Experiencia en Circuitos, un genial entrenamiento pormenorizado por sectores para aprender a encarar cada tramo y memorizar trazadas.

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Está bien, por tanto, que Gran Turismo 7 sea fiel a la serie manteniendo sus formas, su finura y su gran personalidad desde la preciosa intro. A los nuevos o que vengan de otros juegos realistas, el agobio de empezar con un Toyota Aqua y ver todo muy bloqueado se les pasará con un poco de paciencia. Donde vienen los baches más criticables es a la hora de transmitir la emoción, el espectáculo o la competición que se ven reflejados en esa introducción.

El principal problema tiene que ver con la sensación de velocidad y con las señales y respuestas cuando se usan volante y pedales como método de control. Respecto a lo primero, es evidente ya desde los compactos y coches clásicos que se usan al comienzo de la campaña. Todos sabemos cómo se siente un coche a más de 100 Km/h, y no hace falta subirse en un Ferrari para reconocerlo. Ha mejorado bastante la cámara interior, mientras que la de persecución aún tiene algunos movimientos erráticos y la de capó resulta muy ridícula por la escala en comparación con la interior, por lo que no queda mucha más opción en primera persona que la vista limpia sin coche. El caso es que PD no ha conseguido que 150 Km/h parezcan 150 Km/h, ni siquiera si doblamos las cifras. Las curvas, las frenadas, las vibraciones deben ayudar a todo esto combinando lo que hace la cámara con lo que hace el coche, pero todavía no consiguen la clave.

Respecto a lo segundo, hay que reconocer que el control con DualSense es curioso y decente, con los gatillos indicando la pérdida de tracción o el bloqueo de frenos. Los que vayan a jugar así pueden saltar al siguiente párrafo, pero sabemos que muchos empezaron en el simracing gracias a Gran Turismo en PS3, una cultura que se ha visto consolidada con el notable Gran Turismo Sport y sus competiciones oficiales, por no hablar de los que vengan de otros simracers dispuestos a exprimir GT7 más allá de su 'lore'. Pues bien, siendo comprensible que la simulación no pueda ser igual de precisa para más de 400 coches en varias categorías y clases, el caso es que GT7 no arriesga ni avanza demasiado en este sentido tan importante para los pilotos más exigentes. Al volante y pedales, a veces parece que no se sienten las ruedas, como cuando se te duermen los pies. Otras, el subviraje toma el control, arruinando esa trazada que habías planeado. Con esto contrasta la indulgencia general, la permisividad surrealista cuando tienes fallos de calibre. Se nota, además, que el control por volante es un añadido, algo casi paralelo, desde que arrancas el juego, pues no aparece por ningún lado (pero sí tres modalidades para el mando). Sus menús, su calibración, todo viene de GT Sport sin mejorar ni facilitar prácticamente nada, y da la impresión de que hay cosas aprendidas con y para el DualSense que no habrían venido nada mal para mejorar el feedback en el volante. Así, queda bastante insípido, lo que resta precisión y emoción, sobre todo en comparación con simuladores sobre asfalto más puros, como Assetto Corsa Competizione o Automobilista 2.

Si esto no es un problema para ti -de hecho, te lo puedes tomar como una experiencia más relajada y casual al volante- tendrás contenido para muchísimo tiempo, y no porque el sistema de progresión arranque algo lento, sino porque en verdad se trata de un juego descomunal. Hay muchas cosas que hacer, nuevas formas de desafío en los más de 30 circuitos y una dinámica interesante para ir picoteando desde los distintos espacios del Mapa de mundo. Puede sonar raro que haya que ir al Café para que te den un menú de desafíos, pero son esas ocurrencias del estudio que añaden carácter. Además, tener que dar un paseo largo para hacer algo -por ejemplo, para cambiar de coche cuando ya habías preparado una carrera arcade y tienes que volver al garaje- es completamente soportable en PS5 gracias a su velocidad de carga varias veces más rápida que en PS4. Me atrevería a decir que todo el sistema de menús y la forma de presentación funcionan solo por eso, porque sería increíblemente tedioso tener que esperar entre menús, repeticiones o reintentos de carreras.

Como apunte final, y aunque veo lo que querían hacer, no me convence demasiado la novedad del Rally Music. La técnica funciona para hacer las repeticiones más vistosas y rítmicas, pero correr en esta especie de karaoke es una idea un poco demasiado estrambótica, incluso para Gran Turismo. Tampoco ayuda que la banda sonora, por mucho esfuerzo que hayan puesto contando con grupos y bandas de distintos géneros, casi siempre se sitúa entre la música de ascensor y la de los menús de los PES de los 90. Suele desmerecer la belleza en pantalla, por lo que apetece hasta silenciarla.

Llegados a este punto, vaya por delante que Gran Turismo cumple 25 años haciendo un gran honor al legado de la serie y al automovilismo en general, si bien no evoluciona en aquello del Real Driving Simulator. Es una gozada como fuente de información y coleccionismo para amantes de los coches, a la vez que una experiencia bastante tranquila y accesible, tanto al volante como a los mandos. Así, se hace ideal para todos los públicos y casi obligatorio para los locos del motor a modo de enciclopedia. Dicho esto, se ve todavía frenado por su origen en PS4 y por buscar un punto dulce entre el arcade y la simulación, aspectos ambos que empañan su fundamento realista.

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07 Gamereactor España
7 / 10
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Su increíble amor por el automovilismo y su valor documental. Que sea fiel a su personalidad y a sus ritmos. Su enseñanza y accesibilidad. Preciosos modelos, alucinante Modo Foto, mejores repeticiones. Aquí sí está Abarth.
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La sensación de velocidad sigue siendo pobre. Las opciones de vistas son cortas e irregulares. Simulación muy tímida con volante y pedales. Música de ascensor en su mayor parte.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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