Análisis de Trolls vs Vikings

Trolls vs Vikings es lo último en llegar a los servicios de descarga del mercado de tablets (hoy mismo se estrena en la App Store de iOS), pero ¿en qué consiste exactamente? Los juegos para este tipo de plataformas suelen consistir en un elenco de factores sencillos pero efectivos, unidos para generar una experiencia ligera de juego, pero muy divertida y/o adictiva. ¿Funciona esto en Trolls vs Vikings? Veamos qué es lo que tiene que ofrecer.

Trolls vs Vikings presenta su concepto a través de una simplísima historia. Esto es acertado porque este juego se define por su jugabilidad y la narración es una mera excusa para lanzar al jugador de una pantalla a otra. Cuando pasa al primer tutorial, es muy difícil para el usuario (experiencia propia) no esbozar una sonrisa de oreja a oreja que mezcla picardía e incredulidad.

Y es que cualquiera que eche un vistazo rápido a Trolls vs Vikings lo primero que va a pensar son otras tres palabras: "Plants vs Zombies". El modelo de juego que defiende el título se basa casi en su totalidad en el concepto del famoso juego de PopCap, con ciertas sutilezas que detallamos más adelante y que aportan a Trolls vs Vikings (de Megapop) el carácter propio que necesita.

Para aquellos que desconozcan el esquema, Trolls vs Vikings se basa en un sistema de "defensa" de un territorio. El campo de juego es una pradera verde y las hordas de vikingos tratarán de atravesarla para atacar las tierras de los trolls. Para evitar esto, el jugador hará uso de la piedra lunar como moneda para comprar y colocar distintas unidades trolls en el campo y acabar con los barbudos pelirrojos. Cada unidad tiene una función distinta, desde generar más piedra lunar hasta atacar a distancia o a puñetazos. La estrategia se basa en colocar obstáculos con presteza y habilidad ante los vikingos para que fracasen en su empeño.

Al final de cada pantalla se premia al jugador con un nuevo tipo de troll. Cuando tiene demasiados, debe elegir antes de cada misión el "mazo" de unidades que va a usar, adaptando la estrategia a los distintos tipos de vikingos que atacan de diferentes maneras y patrones. El juego dispone de un mapa del mundo para elegir la fase que a jugar, y cada una cuenta con una calificación final y una puntuación con respecto a la habilidad del jugador, lo que permite disfrutar la rejugabilidad.

Aparte de todo esto, Trolls vs Vikings propone ciertas fases especiales que cambian la mecánica del juego por otra diferente, como usar hechizos directamente contra los enemigos en lugar de invocar unidades. Estas pantallas están dispuestas de una manera inteligente para que el ritmo de juego no se haga tedioso o repetitivo. También existe una tienda donde se puede gastar el oro que sueltan los vikingos en distintos elementos de juego.

Aunque no todo es rosa para Trolls vs Vikings. El mayor defecto del que se puede acusar al título es recurrir de una manera bastante evidente al sistema de Plants vs Zombies, llegando casi a calcar las funciones de las unidades o de los enemigos. Cierto es que otros trolls añaden funciones propias y novedosas, pero esto no quita que la base al completo del título recuerde tanto a un juego que le saca varios años de ventaja. En un título con un despliegue en pantalla tan básico a priori como es Trolls vs Vikings hubiera sido de agradecer una banda sonora o unos trolls más memorables por su aspecto o forma. Todo se presenta de una forma corta de carisma. Finalmente, mi última crítica personal al juego es un factor habitual en este tipo de juegos, y es la existencia de tienda con dinero real para avanzar más rápido, aspecto que considero reñido con el simple concepto de jugar (precios desorbitados aparte).

En definitiva, Trolls vs Vikings no reinventa la rueda de los juegos para dispositivos móviles, aunque no tiene pretensiones de hacerlo. Se trata de un titulo más para tablet, una experiencia ligera de juego que aunque procede de una base jugable que ya existía le imprime un carácter propio que puede satisfacer a algunos usuarios.