Análisis de Toukiden: The Age of Demons

Pulso un determinado botón y entierro mis afilados puñales en el cráneo de la gigantesca araña por última vez. La criatura ruge mientras se desangra a borbotones y exhalo un grito de triunfo que asusta a la señora mayor que va sentada a mi lado en el autobús. Pocas cosas se comparan a la sensación de éxito que transmite tumbar a un demonio colosal después de 15 minutos de intensa batalla en un bus. La señora se levanta y se sienta al fondo del autobús, en un sitio alejado de rufianes matademonios. Se me pasó mi parada hace ya un rato.

Pero poco importa, ya que hemos salvado a nuestro pueblo de otra horda de bestias del averno y hemos conseguido materiales suficientes para forjar una espada gigante que pronto utilizaremos para matar a escorpiones gigantes. Hace ya ocho años que esas criaturas empezaron a invadir nuestro mundo. El Japón Feudal se ha convertido en un infierno llameante a medida que los malvados Oni (demonios japoneses) han ido apareciendo y, desde entonces, nuestra misión ha sido siempre cazarlos y eliminarlos.

Son a estos guerreros, los llamados Slayers, a los que conoceremos en la carnicería de monstruos que es Toukiden: The Age of Demons. Al principio, eres un novato de esta noble y orgullosa orden y pronto aprenderás a luchar contra el mal que amenaza tu pueblo. Este mundo de fantasía creado por Omega Force (famosos por Dinasty Warriors) está inspirado en la rica mitología japonesa. Los samuráis luchan con sus espadas sagradas, los espíritus usan sus poderes mágicos y todas las criaturas malvadas tienen cuernos y alas en la espalda. No es muy original pero está muy bien diseñado y ha sido elaborado con destreza.

Los entornos de este título también son muy interesantes, por lo menos desde lejos. Hermosos bosques, altas montañas e impresionantes cascadas inundan la pantalla, pero las apariencias engañan, ya que el juego no ofrece más que pasillos lineales y paredes invisibles. Cada lugar consiste en una selección de escenarios de batalla cerrados y sin unión entre sí que están poblados de enemigos. Cuando los eliminas a todos, avanzas al siguiente escenario y, si acabas todas las arenas, vuelves al pueblo. No hay exploración alguna, lo que dificulta la completa inmersión del jugador en el mundo y en la historia.

El diseño minimalista de los niveles es una cosa, pero es que los entornos se reciclan a menudo. La campaña se divide en un determinado número de capítulos y cada uno de ellos tiene alrededor de una docena de misiones en una misma zona. Eso significa que empiezas una misión, matas algunos monstruos, vuelves al pueblo para empezar otro reto y luego vuelves al mismo bosque, aunque en esta ocasión tienes que recolectar aguijones de escorpión venenoso. No hay mucha variedad y tampoco es demasiado emocionante.

Sin embargo, el título se centra en el combate, porque lo que matas y por qué lo matas no es tan importante. Y, afortunadamente, el combate es el punto fuerte de este juego. Al principio, como novato, puedes elegir entre seis tipos de armas: la gran espada a dos manos, el rápido par de espadas gemelas, los gigantescos guanteletes, la lanza larga, el preciso arco y la elegante kusarigama. Estas armas son únicas, lo que permite que haya mucha variedad.

Todos los enemigos tienen puntos fuertes y puntos débiles que hay que explotar para salir victorioso y tienes que averiguar qué herramienta usar para cada trabajo. Por ejemplo, aplastar a un grupo de duendes con los guanteletes nunca se vuelve aburrido, pero cuando te enfrentas a una serpiente venenosa es mejor que haya cierta distancia entre ambos, por lo que usarás tu kusarigama. Las armas tienen peso real y el combate es muy divertido gracias a las buenas animaciones, a los impresionantes efectos y a la lujosa pantalla de la PS Vita. La geometría plana no es algo que te moleste cuando cuatro coordinados samuráis saltan a través de las pantallas aniquilando todo lo que se atreve a interponerse en sus caminos.

También hay un montón de elementos típicos de los RPG que le dan forma al combate. Puedes crear nuevas armas a partir de los huesos, caparazones y cuernos de los enemigos que has derrotado, lo que implica que habrá más atributos a tener en cuenta, y, cuando empiezas a provocar verdaderas masacres, te encuentras a tu primer mitama. Un mitama es una alma que quedó atrapada en un Oni y que has conseguido liberar al matarlo. Lo bueno que tienen es que puedes enlazarlo con algunas armas para darles poderes sobrenaturales como, por ejemplo, el poder vampírico para robarles la vida a tus enemigos.

En el momento en el que te encuentras con los gigantescos jefes es cuando Toukiden: The Age of Demons se muestra en todo su esplendor. Estas bestias colosales están muy bien diseñadas y son extremadamente mortíferas, por lo que tendrás que utilizar todo el conocimiento que hayas acumulado y dominar el sistema de combate si quieres sobrevivir. Normalmente, las épicas batallas contra jefes duran alrededor de diez minutos con varias fases en las que tendrás que enfocarte en un punto débil en concreto hasta que el miembro se caiga y el patrón de ataque del jefe cambie.

De hecho, hace falta experimentar un poco para encontrar una táctica eficaz y hacerlo con los miembros del grupo de la historia termina siendo frustrante. Por eso, podemos elegir la opción de jugar con hasta tres amigos y, desde luego, lo recomendamos encarecidamente. Encuentra a un par de amigos con gustos similares y que complementen tu estilo de juego y conseguiréis tener unas peleas contra jefes muy entretenidas donde se pondrán a prueba vuestra paciencia y vuestras habilidades y, cuando crees un arma nueva a partir de los enormes cuernos de un monstruo al final de la pelea, la sensación de victoria será aún más satisfactoria. De esta forma, aprendes a valorar constantemente tu progreso.

Este ciclo constante de eliminar el mal y usar los restos para crear armas mejores es algo que ya hemos visto antes (se nos vienen a la mente Monster Hunter y God Eater). Esta clase de títulos, a diferencia de Toukiden, se desarrollan en espacios abiertos y ofrecen actividades complementarias para ayudar al usuario a sumergirse en el juego, pero, incluso, si Toukiden: The Age of Demons, no consigue ofrecer este tipo de diversión, al menos entretiene mucho con sus fantásticas batallas. No solemos enfrentarnos a unos peleas tan ambiciosas ni tan bien elaboradas en una consola portátil, por lo que si tus gustos tiran más hacia el combate, entonces The Age of Demons puede ser tu juego.