Seguimos a la espera de que Valve se decida a crear un videojuego con el que arrase como solía hacerlo en los viejos tiempos, antes de centrar todos sus recursos en Steam. Los de Gabe Newell prometieron volver a centrarse en el desarrollo y desde entonces su único lanzamiento ha sido Artifact, el juego de cartas ambientado en el universo de Dota 2, que está a punto de morir con apenas tres meses de vida.
Hace justo un mes repasamos sus estadísticas de usuarios para comprobar que se estaba desangrando, pasando de unos 10.000 a 2.500 usuarios máximos al día. En estas cuatro semanas, la cosa ha seguido empeorando, y ahora sufre por conservar una cifra tan pequeña como son 1.000 jugadores concurrentes al día, como ha comprobado Dualshockers con las cifras de Steam Charts.
Y Valve sigue sin tomar las medidas necesarias para reanimarlo. La última actualización fue a finales de enero y se limitó a introducir pequeños ajustes para hacerlo más versátil y rápido. ¿Creéis que podría salvarlo reconvertirlo en free-to-play?