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Ayuda, ¡estoy enganchado a Cobra Kai!

Seis días, cuatro temporadas. Lo reconozco, Cobra Kai se ha convertido en una de mis series favoritas.

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Hace unas semanas ya desde que se estrenó la cuarta temporada de Cobra Kai, la serie de artes marciales de Netflix. Con la tonta rivalidad entre Johnny Lawrence y Daniel LaRusso todavía vigente, ya desde 1984 en Karate Kid, y la de sus respectivos dojos, la serie ha conseguido catapultarse al éxito desde que sus primeros capítulos llegaron a la plataforma en 2018. A pesar de eso, y de ser una de las series de TV con mejor calificación de todos los tiempos en IMDB, nunca me había subido al carro de Cobra Kai hasta ahora, y me arrepiento muchísimo porque, seis días y cuatro temporadas después, estoy totalmente enganchado.

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Ayuda, ¡estoy enganchado a Cobra Kai!

La serie, desde fuera, no tiene derecho a ser tan buena. Puede parecer duro decirlo, pero, si tratas de convencer a alguien para que vea una serie en la que los dos protagonistas de Karate Kid tienen ya una edad y no pueden superar la rivalidad que les sigue enfrentando desde hace 40 años, probablemente te cueste. Creedme, he intentado convencer a gente así, como también tengo a gente que lleva tiempo intentando convencerme de que le diera una oportunidad. Por desgracia, han tenido que insistir mucho, porque he cedido este mes para ver de qué iba tanto jaleo, y vaya con lo que me había perdido.

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Aunque el núcleo de la serie es tan mezquino y tonto como se ve a simple vista, incluso más a medida que avanzan los capítulos, los creadores y el equipo de guion de la serie han hecho un trabajo realmente notable para convertir a un par de personajes de los 80 en individuos definidos, profundos y muy redondos, con unas historias tan apasionantes que toda la serie podría recaer solo sobre sus espaldas. El LaRusso de Ralph Macchio es la encarnación de las enseñanzas de su dojo, el Miyagi-Do. Es sereno, tranquilo, compasivo y, en general, el personaje más sensato. En la otra cara de la moneda está el Lawrence de William Zabka, que irradia las costumbres del dojo Cobra Kai. Es malhumorado, hipermasculino, duro y está atascado en los 80. La clave es que ambos tienen muchísima personalidad, en gran parte gracias a las geniales interpretaciones de Macchio y Zabka. Tienen tanta química que nunca querrás apartar la vista de la pantalla cuanto aparezcan juntos.

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Lo más destacable es que, aunque ambos son geniales, la serie ha podido reunir a un brillante elenco de estrellas jóvenes que hacen también de protagonistas en todo este relato de artes marciales. Entre el Miguel Diaz de Xolo Maridueña, el Roobie Keene de Tanner Buchanan, la Samantha LaRusso de Mary Mouser, el Halcón de Jacob Bertrand y la Tory Nichols de Peyton List, tenemos un carismático grupo de personajes que insuflan una nueva vida a esta emblemática franquicia. Sus historias se entrelazan y chocan y, en la pantalla, hay momentos en los que comparten intimidad, pero la mayoría de veces acaban discutiendo (o más bien, dándose cera, no al estilo Miyagi) por alguna pequeñez que suele estar relacionada con la rivalidad entre el Miyagi-Do y Cobra Kai.

El equipo de guionistas también ha hecho un trabajo notable a la hora de hacer que las historias y motivaciones de los personajes sean interesantes y entretenidas. Uno de los mejores ejemplos es el arco argumental de Tory Nichols ya que, hasta la temporada 4, parecía simplemente una antagonista creada para rivalizar con Samantha LaRusso y, a partir de estos últimos capítulos, ha ganado en profundidad y vulnerabilidad, rando razones para apoyarla. Conocer su vida, ver cómo se desarrolla a medida que conecta con Keene y cómo transcurre el dramático evento final de la T4 (si has visto la serie, ya sabes a qué me refiero), es algo que te parte el corazón, hasta el punto de desear que las cosas se le arreglen en la Temporada 5.

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Pero el caso es que esto es solo un ejemplo de una serie que sigue sorprendiendo. Sigue evolucionando significativamente y sin perder su toque cautivador, a la vez que amplía lo que empezó como una insignificante rivalidad hace ya muchos años con nuevos personajes y otros viejos conocidos (sí, hablo de ti, Terry Silver) para mantener vivos el conflicto y la acción. El concepto es de lo más tonto, es más, se centra en poco más que un conflicto territorial de lo más absurdo, pero también es extraordinariamente entretenido y encantador, más aún cuando ves al reparto interactuando fuera del rodaje. Parece que formen parte de una gran familia.

Todo esto me lleva al punto de partida: estoy absolutamente enganchado a Cobra Kai. Sea por la serie en sí, por las tomas falsas o por las entrevistas en YouTube, no me canso de este universo y me revuelve las entrañas pensar que la quinta temporada probablemente no llegará hasta 2023 (si me guío por las anteriores). A simple vista, es fácil pasar por alto a Cobra Kai y hasta dudar de esa popularidad que tiene. Pero te prometo que, si le das una oportunidad, no te va a decepcionar. Puede que te pase como a mí, que en menos de una semana se ha convertido en mi serie favorita.

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