Análisis de Bioshock: The Collection

"Siempre hay un faro, siempre hay una ciudad, siempre hay un hombre" dice con dulzura y misterio Elizabeth en Bioschok Infinite y justo en ese momento nos dimos cuenta de que es cierto. Fue una obra maestra; grande, lioso y a veces incoherente pero intrínsecamente complejo, reflexivo y evocador. Como toda la trilogía, diamantes en bruto con fallos de diseño y otros errores que son fáciles de perdonar. Por eso mismo parecen unas candidatas perfectas para esta nueva ola de remasterizaciones. 2K Games por fin ha dado el paso y a nosotros nos toca volver a Rapture y a Columbia para ver si se han conservado como deberían.

Bioshock: The Collection incluye los tres títulos originales con todos los descargables que se han puesto a la venta después para el modo un jugador, presentados a resolución 1080p y con una aparente tasa de refresco de 60 fotogramas por segundo. Si nunca te has dejado atrapar por esta serie parece el momento más adecuado para hacerlo por cómo se presenta. Al fin y al cabo estamos ante una de las series que ha marcado el videojuego moderno. Pero no parece que esa sea la audiencia que la editora está buscando con este recopilatorio sino al usuario encantado con este diseño que quiere recordarlo aun mejor.

El paso a los 1080p no dice demasiado de la calidad visual del título, no se aprecia demasiado por sí solo aunque seguro que tiene su gancho como estrategia de marketing. Pero afortunadamente han aplicado un montón de mejoras técnicas a cada juego para que cambie realmente. Parece que han enredado con todo para que parezca más expresivo y brillante, desde las estancias oxidadas de Rapture a las nubes de Columbia. Por otra parte han retocado multitud de texturas de los fondos que hacen los escenarios encajen más en la escena. El grado de detalle del agua y del viento en un sitio y otro no tiene comparación.

Todo esto se mueve "hasta los 60fps", dice la propia 2K, una frase que no da muy buenas sensaciones. La razón es que hay caídas en varios puntos que nunca llegan a molestar en la experiencia pero que se dejan notar demasiado cuando hay momentos de acción intensa, que es precisamente cuando mejore deben llevarse. Es una pena porque este frame-rate inestable puede pasar mas desapercibido en un título corriente que uno que aspira a ser una mejora de lo mejor, especialmente cuando hablamos de un salto a unas máquinas mucho más potentes. Aun así, con el refinado de las texturas, el aumento de resolución y el resto de mejoras sigue siendo una gran carta de presentación para quienes están llegando al mundo de Bioshock.

Tampoco es una mala propuesta para los viejos fans, pero además estos se van va ver recompensados por una serie de extras de calidad. Empezando por el Museo de los conceptos descartados, presente en los tres títulos, que permite viajar desde dentro del juego a través de ideas que se quedaron sin terminar o que nunca pasaron de la fase conceptual. Es una forma de conocer un poco más a Ken Levine, creador de la serie y uno de los diseñadores actuales de mayor prestigio.

También está muy presente en la nueva sección de comentarios del equipo, un añadido que en ocasiones es muy aburrido pero que aquí ha quedado gracioso e interesante. Y por último está la serie "Imagine Bioshock", unas pequeñas entrevistas en vídeo al propio Levine y otros diseñadores que hay que ir desbloqueando poco a poco mediante algunos objetos coleccionables escondidos en los títulos. Aun así, son más útiles los anteriores.

Tras lanzar cada juego, Irrational Games fue lanzando algunos mapas adicionales de mayor dificultad que servían para poner a pruebas las habilidades de combate sin preocuparse demasiado por la trama. Están incluidos en el recopilatorio y además se puede acceder a ellos desde el menú principal, sin tener que haber avanzado antes el modo historia. No faltan tampoco las expansiones Minerva's Den y Panteón Marino.

Hacer un juicio de valor de una colección como esta es una tarea compleja porque tienes que tener en cuenta al mismo tiempo la calidad de los títulos originales y lo que han evolucionado con el salto técnico. Creemos que es importante juzgar su capacidad para satisfacer a los fans que ya lo jugaron y de servir como puerta de entrada para nuevos curiosos. En este sentido, Bioshock: The Collection no es nada impresionante. Ni algún tipo de contenido que sea relevante o invite a rejugarlo ni tiene ese factor 'wow' que produce ver algo sorprendente gráficamente. Aun así, eso no rebaja el valor de los juegos originales, que siguen siendo obras maestreas como el día de su lanzamiento.