Análisis de Blair Witch

El concepto de la Bruja de Blair se presentó por primera vez en 1999 a través del fenómeno "de metraje encontrado" en el que se convirtió El Proyecto de la Bruja de Blair. Tanto la película como la idea tuvieron un éxito innegable, pero desde entonces la franquicia no siempre ha tenido tanto éxito. En el año 2000 salió una secuela en el cine, en 2016 una adaptación moderna de la película original y a principios de los 2000 algunos videojuegos, pero ninguna de estas obras provocó el mismo impacto que la primera entrega. Con el fin de recuperar su legado, llega Blair Witch para PC y Xbox One.

Bloober Team, conocidos por títulos como Layers of Fear y Observer es el estudio encargado de probar suerte de nuevo con el terror que aguarda en el bosque de Burkittsville, Maryland. Al igual que sus títulos anteriores, se trata de un juego en primera persona. En esta ocasión nos ponemos en la piel de Ellis, un hombre con un traumático pasado y un perro llamado Bullet que decide adentrarse en dicho bosque en busca de un niño perdido llamado Peter Shannon. La historia tiene lugar en 1996, dos años después de los acontecimientos retratados en la película de 1999. Y tal como imaginábamos, en este bosque no todo es un camino de rosas.

En la introducción del juego empezamos directamente con Ellis aparcando el coche y preparándose para emprender la búsqueda. Se encuentra completamente solo (a pesar de que hay otros coches aparcados cerca) y asume la responsabilidad de iniciar la búsqueda junto a Bullet. A lo largo del juego vemos flashbacks sobre su pasado y cómo han llegado a esa situación, pero puesto que una partida normal solo dura alrededor de cinco horas, no vamos a revelar mucho más de la historia para no hacer spoilers.

Todo lo que hay que saber es que nos encontramos solos e indefensos en un bosque que ya se ha cobrado muchas víctimas. Decidnos si no es la mejor premisa para un juego terror... El escenario es posiblemente la parte más efectiva del miedo que evoca Blair Witch. En las casas y pasillos estamos acorralados y podemos protegernos de ciertos ángulos, pero el bosque es una enorme extensión que llega a todas direcciones, por lo que nunca sabemos con certeza quién puede estar observándonos ni qué nos espera, lo que da lugar a una experiencia realmente escalofriante.

Aunque no nos limitan el movimiento, tienen el detalle de guiarnos por el bosque durante casi todo el juego. Técnicamente el mapa es abierto, pero mediante el uso de muros, montones de troncos y otras medidas sutiles se delimita el camino que debemos seguir, aunque esto no evita que perdamos el tiempo algunas veces. Esto último nos pasó en contadas ocasiones y la mayor parte del tiempo pudimos explorar sin problemas, e incluso descubrimos algunos secretos escondidos fuera de la ruta habitual.

A la luz del día el escenario resulta inquietante y perturbador, pero esto se magnifica cuando proseguimos nuestra búsqueda al caer la noche. Puesto que para guiarnos en la oscuridad solo contamos con una linterna y el modo de visión nocturna de una cámara de vídeo (muy limitado), todo se vuelve muy agobiante, y es entonces cuando nos topamos con uno de los elementos del título que más ha dividido al público: los monstruos.

Son invisibles y se manifiestan como figuras borrosas que solo son tangibles por unos segundos, pero teniendo en cuenta que el encanto de la película de 1999 reside precisamente en que no vemos nada, este detalle no gustará a todo el mundo. La buena noticia es que se usan con moderación y no nos persiguen de forma muy agresiva. Además, cuando esto ocurre solo tenemos que escuchar los gruñidos de Bullet y encender la linterna para que se marchen. También hay algunos momentos muy espeluznantes en los que las criaturas son totalmente visibles y debemos usar la pantalla de la cámara, que muestra sus contornos en color rojo, para identificarlas y esquivarlas.

Más adelante nos encontramos con uno de los aspectos más frustrantes de todo el juego, que ya nos pareció especialmente frustrante cuando apareció en Observer: las misiones de sigilo de un solo intento. Debemos seguir un rastro brillante con la pantalla de la cámara de vídeo mientras evitamos a los monstruos que hay en la habitación, pero el problema es que se encuentran acechando tan cerca del rastro que no podemos evitar que nos ataquen o nos maten automáticamente solo con rozarles el pie por un segundo. Cuando vemos al monstruo saltar sobre nosotros por quinta vez ya no nos asustamos y podríamos morir sin tener que pasar por eso todo el tiempo.

Por otra parte, aunque Bullet es muy bueno identificando posibles amenazas, en realidad es mucho más que esto. De hecho, el perro es nuestra principal herramienta en el juego. Hay toda una serie de comandos con los que podemos regañarle, ordenarle que se quede quieto, hacer que nos siga y, lo más importante, pedirle que busque. Con esta última función nos trae objetos importantes para la historia o simplemente cosas que encuentra (que también podemos encontrar nosotros mismos explorando). Por supuesto, también podemos acariciarlo y darle premios cuando se porta bien.

Puede parecer una broma, pero en realidad tratar bien a Bullet es muy importante. Bloober Team nos dijo el pasado mes en Londres que la manera en que tratamos a nuestro mejor amigo tiene consecuencias en la historia. Del mismo modo, otras decisiones que tomamos, como el tiempo que usamos el teléfono para responder llamadas y leer mensajes o la posibilidad de destruir los famosos tótems, también afectan al resultado final.

No obstante, el juego no solo consiste en explorar, encontrar objetos y dar órdenes a nuestro perro, pues también debemos resolver puzles que van desde encontrar las partes de un sistema de vagonetas para poder avanzar hasta desbloquear puertas usando la cámara de vídeo. Como giro sobrenatural, lo que vemos a través de la cámara influye en los objetos correspondientes del entorno, por lo que si vemos una puerta cerrada es posible que en algún momento de la grabación se abra y podamos cruzarla. Es un elemento extraño, pero teniendo en cuenta todo lo demás podemos pasarlo por alto. Después de todo, la bruja trata de manipular nuestra percepción de la realidad, por lo que ya no tenemos ni idea de lo que es real y lo que no.

En cuanto a los puzles, no dan la sensación de haber sido metidos con calzador ni de ser excesivamente toqueteables. Bloober Team ha hecho un muy buen trabajo contextualizando todos los elementos del mundo, y como resultado la experiencia de juego resulta agradable e inmersiva. El hecho de perdemos de verdad en el bosque mientras exploramos genera la tensión necesaria en un juego de la Bruja de Blair. No vemos muchas de las cosas que dan miedo, pero el nivel de anticipación a lo que ocurre es brutal. Los fans de la franquicia también agradecerán la aparición de la casa de la primera película. Es un verdadero placer explorarla, pues la han recreado hasta el más mínimo (y espeluznante) detalle.

De hecho, el título es una maravilla visual, sobre todo en cuanto al uso de la luz y la oscuridad. La linterna y el resto de luces artificiales se utilizan con moderación y los eventos que tienen lugar de día ayudan a mantener un equilibrio constante, puesto que no todo es abrirse paso por el bosque en mitad de la noche. Además, hay muchos escenarios aterradores que garantizan que no veamos siempre lo mismo, ya que constantemente encontramos localizaciones muy detalladas que podemos explorar, en las que también hay gemas escondidas y elementos que ayudan a construir el universo del juego.

Por todo lo que hemos mencionado hasta ahora, nos sentimos bastante decepcionados cuando vimos que la trama desembocaba en una secuencia final terriblemente larga y confusa que parecía no acabar nunca. El resto era tan claro y conciso que nos pareció que después de todo habían dado un paso en falso al intentar atar todos los cabos sueltos, echando a perder el terror psicológico que imperaba durante todo el juego. Al final estábamos deseando que se acabara, al igual que con las misiones de sigilo de un solo intento.

No obstante, a pesar del decepcionante final, sin duda recomendamos Blair Witch. Es el mejor trabajo de Bloober Team hasta la fecha y no es solo un regalo para los fans de la franquicia, sino para todos los fans del género de terror. Resulta efectivo y consigue tenernos en tensión mientras avanzamos por el bosque, justo como cuando vimos perderse a los tres estudiantes de cine en 1999.