Análisis de Contrast

Había visto suficiente como para sentirme atraído por el estilo artístico evocador, había echado un vistazo a las citas que respaldaban su marketing -otro prometedor título digital descargable- pero no había querido ver mucho más hasta probarlo en persona.

Unas horas después estoy contemplando pasar los créditos, insatisfecho. Principalmente con el final de la historia, que me deja con aún más preguntas en el aire y sin una sola respuesta clara. Pero la sesión de tarde con Contrast también me había dejado desazonado porque su gran premisa, narrativa y mundo de juego se vieran afectados por una colección de problemas que erosionan el acabado del título.

El juego ya está disponible en varias plataformas, pero como parte de la incentiva de juego gratis de PS Plus (que también incluye el citado Resogun de Housemarque) y como excusa para seguir probando la PS4 de nuestra redacción de cara al análisis de lanzamiento de la consola mañana o pasado, me senté con un DualShock 4 entre manos justo después de comer.

Contrast es un juego de puzles y aventuras en tercera persona, que te coloca en la piel, tacones y medias de una silenciosa protagonista cuyo nombre no conocemos y de cuya identidad sabemos todavía menos. ¿Es la amiga imaginaria de la niña a la que acompaña constantemente? ¿Una pillina inter-dimensional que puede viajar entre dos planos existenciales? ¿Un ángel disfrazado y manchado de maquillaje? ¿Una versión alternativa muy rara de la Elizabeth de Bioshock (nota: no lo es)?

Mientras dejas que tu teoría se vaya cociendo en tu cabeza, deambulas por una versión onírica de una ciudad europea (aquí diseñada artísticamente como una serie de calles y zonas distribuidoras construidas entre islas interconectadas) y ayudas a tu pequeña espía con el tema de sus padres por el camino.

El diseño de juego bebe del género 'noir' o de cine negro, con todo su repertorio. La madre es una cantante de club con las curvas de Jessica Rabbit, el padre un timador que no tiene un duro, trajeado para -al parecer- ejecutar una última estafa. Un mago de gira también entra al trapo, así como un par de matones, pero la historia va principalmente sobre la esperanza perdida y los romances agridulces. Todos los tropos del género cinematográfico que imita, salvo por una excepción; aparte de ti y de tu pequeña amiga, sólo se pueden ver las siluetas de los personajes.

Se trata de una elección de diseño agradable a la vista, aunque se pueda cuestionar su singularidad. Pero este aspecto casi voyeurista también es el centro de las mecánicas de juego principales de Contrast: los aspectos interactivos de las luces y las sombras. Tu personaje (quien eventualmente descubrimos que se llama Dawn) puede fusionarse con cualquier pared o superficie plana que tenga una luz directa proyectada con tocar un botón, y usar las sombras del escenario como plataformas para alcanzar niveles más altos, coleccionables o partes de la historia de otro modo inaccesibles. Pulsando de nuevo vuelves de una sombra 2D a un personaje 3D.

El truco aparece en el primer minuto de la apertura del juego, con sus creadores añadiendo florituras poco a poco a partir de ahí; un movimiento de lance te permite atravesar sombras delgadas, o cambiar la fuente de luz (como proyectores, lampas o focos) para dilatar, alargar o simplemente cambiar la posición de la sombra y así crear nuevas plataformas. Pronto podrás llevar contigo objetos al mundo de las sombras.

Estos trucos se usan con moderación, para que la interpretación de las marionetas de sombra siga impresionando durante el transcurso del juego. Una linterna tras una bicicleta boca arriba proyecta una serie de enormes piezas giratorias (sus ruedas) y plataformas (sus pedales), mientras que una maqueta del sistema solar sirve para exprimirse los sesos cuando intentas alinear las sombras para mover un objeto de un piso a otro.

Existen otras elaboraciones igual de singulares que no merece la pena destripar aquí, principalmente porque dada la brevedad del juego, mencionar cualquiera de ellas estropearía gran parte de la experiencia. Y es un juego que merece la pena experimentar, aunque no se pueda recomendar por completo. Hablemos ahora de ese acabado y de otras cosas.

El control de Dawn no está falto de fallos. Se siente tan ligera como una pluma. En las sombras, eso está bien casi siempre, pues salir de una zona iluminada te devuelve a la forma original. Pero nunca estás tan convencido y seguro de aterrizar bien con un salto como ocurre en cualquier otro juego de plataformas 2D. Parece que Dawn lleva patines. Cuando está en el mundo "real", se muestra nerviosa, sin sensación de peso en sus movimientos o saltos. No es un problema demasiado grave al no ser el plataformeo lo más extendido en este mundo. Sin embargo, cuando tienes que agarrarte a salientes, notas que se congela en la animación y entonces está casi imantada a la cornisa; es cuestión de una fracción de segundo, pero se nota.

Aún más casos se dieron en los que intentaba dejar caer una caja que llevaba, sólo para que la caja se arrastrara por su cuerpo, pues Dawn estaba pillada, flotando en el mismo punto. Puedo perdonar el algo errático framerate, pero bugs como estos le quitan el lustre a un juego que por todo lo demás es muy bonito.

¿Y es demasiado corto? Si estamos en una era digital en la que una experiencia breve pero fantástica se valora más que una más larga pero menos estimulante, entonces no. Aun así, encontramos menos pinitos con las sombras de los que nos habría gustado; casi como si los desarrolladores sólo hubieran tenido tiempo para inventar un puñado e intentar que cada uno fuera una pieza preparada. Los puzles nunca proponen un reto endiablado, mientras que los coleccionables se encuentran con demasiada facilidad, exigiendo muy poco en términos de exploración.

Contrast termina tan ambiguo -y ambicioso- como empieza, pero sin el tirón emocional que han alcanzado otros de sus contemporáneos digitales. En vez de asombrado, te quedas preguntándote "¿esto y ya está?" Y cuando los créditos terminan y vuelves al menú principal, con sólo unos pocos Trofeos para completar el juego, te das cuenta de que así es. Si levantas la mano con un control poco fiable y prefieres un misterio abierto o de libre interpretación en lugar de un cierre con respuesta clara, entonces Contrast merece una partida, por mucho que su concepto central no llegue a ser tan ingenioso como habríamos deseado.