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CrossfireX

Análisis de CrossfireX

El shooter que firman en colaboración Smilegate y Remedy ya está disponible en consolas Xbox y tenemos mucho que decir sobre su turbulento lanzamiento.

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Tengo un superpoder para detectar el olor a juego fétido a kilómetros de distancia. Normalmente, su penetrante aroma a sosainas no se puede camuflar ni con tráilers prerrenderizados ni con relaciones públicas de los que solo te quieren vender la moto. Sin embargo, me ha sucedido algo un poco distinto con CrossfireX, ya que se dijo que el estudio finlandés Remedy estaba involucrado en el desarrollo y que creó la campaña para un solo jugador.

Al tener en cuenta lo buenos y originales que suelen ser los juegos en solitario de Remedy, además de que están rematadamente bien escritos (ahí están Max Payne, Alan Wake, Quantum Break, Control...), tenía ganas de ver lo que iban a ofrecer. No andamos escasos de juegos de acción de temática militar, pero sí de los que cuentan con una buena historia de las de verdad, quitando el Call of Duty anual. No obstante, no puedo esperar más para deciros que este juego es malo, pero malo con ganas. No hay ni un único aspecto, a excepción del diseño, que se pueda salvar. Dicho esto, vamos a hacer un recorrido por sus numerosos problemas.

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Lo primero que me sorprendió al empezar el juego es que no sabía ni dónde comenzar. El menú está dispuesto de forma completamente absurda, y no te dan ninguna ayuda en ningún lado para explicarte qué es cada cosa. Por otro lado, a veces hay múltiples sistemas de menús al mismo tiempo en pantalla, y por todos ellos se navega de forma distinta, como algunos en los que parece que hayan incluido los cursores del ratón por las risas, y que no funcionan; otros por los que navegas con los botones de la parte superior del mando; y algunos otros con submenús que no se parecen en nada a los anteriores.

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Básicamente, CrossfireX es una copia cutre de Counter-Strike: Global Offensive, con un puñado de modos de juego en equipo que, sobre todo, se asemeja al colocar y detonar las bombas. Esta es la premisa básica en la que se ha basado Remedy para crear una campaña. Pero coger un título multijugador y crear una aventura a partir de ahí es más complicado de lo que parece, porque da la impresión de que Remedy ha puesto a un pobre becario al mando para que crease la campaña y le generase dinero rápido a Smilegate.

Esto me duele, en vista de que la premisa fundamental no es tan mala. Aquí tienes que jugar a través de la historia de dos formas, llamadas Lista Negra y Riesgo Global, que son los dos ejércitos privados que están en guerra. En teoría, esto hubiera podido dar como resultado perspectivas interesantes y añadirle un montón de zonas grises a la historia, en lugar de tener únicamente a dos facciones beligerantes. No obstante, en realidad no nos dan nada de esto y se ha tirado por la borda cualquier elemento potencial interesante, porque la dinámica de juego es tan anticuada que choca, además de que podríamos sacarle defectos para aburrir.

CrossfireXCrossfireX

Solo basta con mencionar el hecho de que es mucho más fácil disparar armas en la vida real que en CrossfireX. Muchas veces, hasta yo mismo he disparado pistolas y alquilado rifles en Estados Unidos. Estoy bastante versado en el arte de dar balazos para hacerles la vida imposible a objetivos de cartón, pero en CrossfireX el enemigo puede ir campando a sus anchas. Hay una zona muerta enorme alrededor del stick analógico, lo que quiere decir que no pasa nada hasta que lo inclino mucho, después de lo cual tiene un efecto total. Me sentí un poco como cuando jugaba con la cruceta, mientras la mirilla iba revoloteando por toda la pantalla.

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Gracias a Dios, el enemigo es más tonto que Abundio y, sin razón aparente, a veces va corriendo delante de mí en lugar de matarme de un disparo. En ocasiones me siento como si les estuviera disparando a objetivos de mentira más que a gente de verdad. Otra cosa es que los controles del juego prácticamente ofrecen la misma finura que los de Call of Duty 2 en 2005, y los retos a lo largo de los niveles hiperlineales y totalmente faltos de inspiración nunca van más allá de que, a veces, pueda hacer clic en el stick analógico para agacharme a través de algo. Aproximadamente, el tiempo de juego de ambas campañas es de seis horas, pero no os puedo recomendar a ninguno que lo hagáis, aunque aquí quiero destacar el sistema de combos a cámara lenta que nos da la oportunidad de quedarnos más tiempo matando tantos enemigos como sea posible a velocidad ultrarrápida. Podría haber estado muy guay si el juego fuera mejor.

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Por desgracia, el componente multijugador tampoco lo mejora. La franquicia de Crossfire tiene una gran legión de seguidores en el este de Asia, y me picaba un poco la curiosidad de descubrir por qué allí la serie había sido un exitazo, cosa que ahora me pregunto incluso más que antes. De hecho, no hay por dónde coger el juego. Es hasta espectacular lo incompleto que está, los efectos de sonido podrían pasar por un trabajo extra del instituto y los controles del juego también son una chapuza. Sumado al hecho de que el diseño de nivel tiene cuellos de botella perceptibles, que hace que, desde el principio, aquellos que hayan jugado más lancen granadas de mano a estos lugares para hacer volar por los aires a los principiantes, incluso antes de que estos tengan una oportunidad para ver siquiera al enemigo. El equilibrio también es un desastre lo mires por donde lo mires, ya que hay gente que abusa del sistema y pueden ser tanto invisibles como medio inmortales. Lo peor de todo es el modo Nano, en el que luchas infectado, y la configuración está tan mal concebida que, en varias ocasiones, no pude ni completar las partidas, pero me tuve que esperar a que acabase el tiempo. Además, hay solo un nivel por cada modo de juego, seis en total, que son sorprendentemente pocos.

A pesar de que gráficamente es más bien rudimentario, lamentablemente los desarrolladores todavía no se las han arreglado para optimizarlo. En realidad, esto quiere decir que los fotogramas por segundo suelen pasarlas canutas con Xbox Series X, y los objetos se suelen ver borrosos incluso cuando los tienes delante de tus narices, antes de que se carguen correctamente. Por suerte, por lo menos el diseño es bueno, tanto en los uniformes como en las armas, y hasta en los escenarios. Por otro lado, CrossfireX incorpora en ocasiones una paleta de colores llamativos, y me gusta el contraste de abrirme paso disparando en un juego que no es solo marrón, como suele pasar con muchos otros juegos de la misma temática. Al fin y al cabo, no le puedo recomendar CrossfireX a nadie, ni siquiera a los que tengan Xbox Game Pass y lo puedan probar sin coste adicional. De verdad que no merece la pena y que toda la gente implicada debería mandar un comunicado pidiendo perdón, Remedy incluido, que ha mancillado su marca con semejante mojón.

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03 Gamereactor España
3 / 10
+
Diseño curioso. Interesante sistema de cámara lenta en la campaña.
-
Controles desastrosos. Rendimiento bastante pobre. Pésimos entornos. Enemigos estúpidos. Sonido terrible. Menús inútiles.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Jonas Mäki

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