Análisis de Danganronpa: Another Episode - Ultra Despair Girls

Un vistazo al género de las Visual Novel

Antes de entrar en detalle, debemos ponernos en antecedentes con Danganronpa. Como introducíamos, pertenece al género Visual Novel originado en Japón, con títulos conocidos que han triunfado en el panorama consolero como 999: 9 hours, 9 persons, 9 doors, Virtue's Last Reward (ambos de la trilogía Zero Escape) o la más reciente Steins;Gate, que a su vez proviene del mundo PC. Seguramente, aunque no hayas jugado a ninguno de los títulos anteriores, habrás leído u oído hablar al menos sobre uno de ellos.

Las Visual Novels son una especie de novelas interactivas, que nos permiten escoger nuestro propio camino en varios momentos y estas elecciones afectarán, en un mayor o menor grado de profundidad, al transcurso de la historia desembocando en uno o decenas de finales. Más allá de esta descripción de diccionario, no hay que confundirse: este género no es sólo una lectura de la que somos espectadores. En los títulos realmente cuidados hay puzles como aderezo y nos encontramos con auténticas joyas de guiones capaces de emocionar, aterrar e incluso excitar en aquellos que tengan alguna escena más picante. En definitiva, buscan mover nuestras emociones y sumergirnos en la acción.

Regresando a Danganronpa

Danganronpa, como decíamos, pertenece a este género. O al menos pertenecía, como veremos un poco más adelante. La primera entrega nos ayudaba a entrar en la historia, una distopía en la que 15 estudiantes habían sido misteriosamente encerrados en su academia y, para escapar, se enzarzaban en un peligroso juego en el que la fe entre los miembros del grupo y las ganas de escapar se veían puestas a prueba. Puedes averiguar más sobre Danganronpa: Happy Triger Havoc en nuestro análisis disponible aquí

En su segunda entrega, Danganronpa Goodbye Despair análisis, el juego profundizaba aún más en la base argumental que había establecido anteriormente, repitiendo el mismo estilo de juego que ya pudimos ver pero encerrando un tremendo secreto de fondo. Se permitía jugar con el conocimiento de los jugadores que ya habían disfrutado de su primera entrega para engañarles. Al mismo tiempo, utilizar la misma base jugable servía para familiarizar a los nuevos jugadores con las peculiaridades de la saga, así como para darles tantas sorpresas y referencias para que quisieran jugar a la primera parte para ponerse al día.

Abriendo un nuevo camino

Tras todo este esfuerzo enlazando argumentalmente estas dos entregas, nos encontramos con que sus creadores han tenido la fantástica idea de crear un Danganronpa 1.5, una entrega situada en el tiempo entre la primera y segunda parte que aclare qué pasó entre ambos juegos. Es, para los que disfrutaran los anteriores, algo tremendamente agradecido y necesario en un universo tan cuidado como el planteado por esta obra. Y sí, argumentalmente todo encaja y da esos datos que tanto gustan a los fans: ¿por qué el mundo ha decaído aún más? ¿Qué lazos establecieron los personajes? ¿Cómo se pusieron las bases para los hechos que vivimos en la segunda entrega?

Pero ahora viene la sorpresa: Danganronpa ha demostrado ser una serie a la que no le gusta seguir reglas. ¿Y esto qué quiere decir? Que no debemos esperar una entrega al uso ya que la saga abandona el tradicional formato de aventura y Visual Novel y en Danganronpa: Another Episode - Ultra Despair Girls estrena un nuevo género, el shooter en tercera persona. Eso sí, sin olvidar en ningún momento ninguna de las características que lo hacen tan especial, como su peculiar aspecto gráfico o los continuos detalles que entrelazan la historia.

Intentando sobrevivir

El inicio del juego nos traslada, con las animaciones y estilo de personajes ya acostumbrados en la saga, a un apartamento en el que vemos cómo la que parece ser nuestra protagonista lleva a cabo su vida diaria. Una vida rutinaria aparentemente normal hasta que descubrimos que realmente está encerrada y totalmente aislada del exterior desde hace un año. ¿Quién o quiénes son sus captores y cuál es su objetivo?

Justo cuando la desesperación empieza a hacer mella, la puerta del apartamento es repentinamente destruida por un invasor de tamaño humano y afiladas garras. ¿Un Monokuma? No hay mucho tiempo para pensar con nuestra vida en peligro, pero al menos podemos huir por la puerta recién destrozada. Sin embargo, fuera nos esperan más Monokumas dispuestos a acabar con nuestra vida.

Descubriendo la locura que colapsa el mundo

Justo cuando parece que no tenemos salida, cual caballero andante aparece Byakuya Togami, un conocido de las otras dos entregas que ahora se encarga de salvarnos. Ante la cantidad abrumadora de robots Monokumas, Byakuya nos proporciona una Hacking Gun especial para deshacernos de ellos y escapar mientras él los distrae. ¿Estaremos a salvo? Pues no por mucho tiempo.

No tardan en abducirnos un grupo de 5 niños autodenominado "Warriors of Hope", responsable de la enorme cantidad de Monokumas robóticos que inundan la ciudad y que van asesinando a todo adulto que se cruza en su camino. Pretenden que nos unamos a su causa en el exterminio de los demonios (los adultos). Al negarnos, nos convertimos automáticamente en sus enemigos y somos lanzados sin piedad a la ciudad sumida en el caos, para luchar por la superviencia... ¿sin ayuda?

Las chicas son guerreras

Aunque suene a tópico, aquí se convierte en realidad. Kamoru Naegi es la joven adolescente a la que hemos acompañado hasta ahora y hermana de Makoto Naegi, al que conoceremos si hemos jugado previamente a Danganronpa. Miedosa, perdida, joven y muy preocupada por su familia, Kamoru no parece tener las cualidades para ser una heroína de acción. Sin embargo, eso es porque nos falta la otra mitad.

Decimos esto porque durante el juego, en realidad, tendremos dos protagonistas. La segunda jovencita dispuesta a dar cera a los monokumas es otra fémina que también recordaremos de entregas anteriores. Se trata de Toko Fukawa, también conocida por su otra personalidad Genocide Jill. Y cada una de las dos chicas tiene su propio estilo de combate: mientras Kamoru utiliza la hacking gun para un enfrentamiento más a distancia aunque con munición limitada, Toko es más de combate cuerpo a cuerpo con sus tijeras y puede dar tantos golpes como quiera, aunque en un plazo limitado de tiempo.

Esta interesante combinación entre estilos de combate tan diferentes, aunque algo compleja al principio, se ajusta como anillo al dedo a la atmósfera y estilo de Danganronpa. Por un lado, a tiros pero con cautela y escogiendo el mejor tipo de bala para superar el desafío que tengamos delante. Por otro, los combates con tijeras cual katana, atacando frontalmente y sin piedad, machacando botones y sudando adrenalina para terminar con cuantos más enemigos mejor antes de que se acaben las "baterías" que ejercen de medidor de tiempo controlando a Toko.

Shooter, pero con mucha estrategia

Está claro que el cambio jugable va a sorprender al fan de Danganronpa durante los primeros minutos. Ya no escogemos balas de la verdad como en entregas anteriores para rebatir argumentos, sino que directamente disparamos a todos los robots Monokuma que se cruzan en nuestro camino. Pero no nos confundamos, el cambio de género no es total.

Pensar es una habilidad premiada (y requerida) en Danganronpa. Lo era durante los juicios y, ahora, lo será durante nuestra exploración de los escenarios. Aunque estemos "armados" (realmente llevamos un dispositivo de hackeo no letal para seres humanos), si queremos avanzar en la historia debemos avanzar con precaución y guardando munición. Y usando nuestros ataques más letales cuando la ocasión realmente lo requiera.

Y, aunque el "dispara-a-todo-lo-que-se-mueve" no sirve en absoluto en este juego, los desarrolladores se han querido lucir con los jugadores más sesudos. Ellos serán los que recibirán con los brazos abiertos las secciones especiales precedidas por recreativas Monokuma. Estas secciones implican un uso mucho más especializado de la munición de nuestra hacking gun (paralizante, control remoto...) para eliminar a los diferentes tipos de monokuma desplegados (normales, explosivos...) en un escenario generalmente dispuesto para complicarnos la vida al máximo. Ah, sí, y deberemos eliminarlos de una forma determinada si queremos obtener la máxima puntuación al terminar cada episodio del juego.

<b>Personalidad propia sin importar el género</b<

Danganronpa como franquicia es, como otras Visual Novels magistrales, una propuesta única y diferente. Un cuidado argumento que se va revelando poco a poco no sólo nos sumerge en la historia, sino que además nos convierte en cómplices de la misma llegando a establecer lazos con los otros personajes sin darnos cuenta. Por suerte y con acierto, esta fórmula se repite con éxito en Ultra Despair Girls pese a cambiar el género Visual Novel por shooter.

Aquí dejamos a un lado el point-and-click aventurero y entramos en un juego de tiros y suspense que en ciertos momentos nos recuerda a Resident Evil Revelations, pero cambiando zombis por monokumas y sin perder el aspecto gráfico, los toques de humor y la narrativa que lo caracteriza. Hacer un cambio de tal magnitud en una serie que ha lanzado con éxito dos juegos parece una maniobra suicida, pero hay que tener en cuenta que los hechos narrados mediante este cambio de jugabilidad serían imposibles de contar mediante la tradicional interfaz de aventura/visual novel. O, al menos, no con la misma intensidad que se transmite de esta forma.

En sus dos primeras entregas, Danganronpa ha sido sinónimo de originalidad, de capacidad de sorprender constantemente al jugador. Con la tercera, sus autores se han dado cuenta del riesgo de entrar en la repetición y perder este rasgo tan característico. Pero no ha ocurrido: han sido capaces de poner remedio, dar un giro a la serie y continuar ampliando la historia y el universo pero para que los fans disfruten de una forma totalmente nueva. Así da gusto jugar una 'secuela'.