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Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

Análisis de Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

Francis York Morgan y Zach están de vuelta con una investigación todavía más sórdida y esperpéntica.

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Hay una línea muy delgada entre la genialidad y la locura, y eso es algo que Hidetaka "SWERY" Suehiro debe tener bastante asimilado. El excéntrico creativo japonés nos pilló a todos con el pie cambiado al lanzar Deadly Premonition, un juego al que la palabra divisoria se le queda corto, una obra de culto que causaba fascinación y rechazo a partes iguales. Desde luego, un legado difícil de aguantar para una secuela.

Aun así, la tenemos. Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise llega esta misma semana en exclusiva a Nintendo Switch, y lo hace con muchos ojos puestos sobre su espalda. ¿Logrará ese loco de SWERY superar aquello que hizo grande al primer juego? ¿Traerá a Switch una obra de culto al nivel del anterior? Nosotros todavía no logramos tenerlo claro, pero lo que sí hemos podido deducir es que la nueva historia de York y Zach es una que no deja indiferente a absolutamente nadie.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

Un asesinato cuyo caso se había cerrado vuelve a abrirse tras la aparición de un cadáver. 14 años después, el FBI decide tomar cartas en el asunto para aclarar qué sucedió, e interrogar a su principal sospechoso, el ex-agente Francis York Morgan, el mismo que había resuelto el caso en su momento.

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El punto de partida es chocante, aunque más lo es su puesta en escena. Y es que, desde el primer segundo, DP2 deja muy claro que no es ni mucho menos un portento técnico, que juega a su aire y que se desentiende de ofrecer gráficos sorprendentes o tan siquiera una experiencia fluida. Tenedlo claro desde el primer momento, no os acerquéis a lo nuevo de SWERY esperando una gran factura técnica, porque os vais a estrellar contra un muro del tamaño de Le Carré.

Este pueblo del sur estadounidense, por cierto, es el que lleva casi todo el peso de la trama y donde realmente pasamos más horas durante nuestra partida. En esta ocasión, el desarrollo de la historia se divide sobre todo entre los interrogatorios al protagonista, en los que encarnamos a la agente Aaliyah Davis en 2019; y la reconstrucción de los hechos y la investigación original, en la que manejamos al propio York en Le Carré durante 2005.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

Un continuo, aunque ordenado, flujo de saltos temporales entre pasado y presente que sirve para ir enlazando y deduciendo una historia que pierde la cordura desde el momento en el que entras al apartamento de un demacrado York. Su hada imaginaria y su amor por los opiáceos ya crean una estampa inolvidable nada más empezar. Aunque esa palabra, "inolvidable", es una que podríamos usar para todos y cada uno de los minutos invertidos en este juego.

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Eso es bueno, y al mismo tiempo es malo. Deadly Premonition 2 no tiene término medio en nada de lo que hace, es esperpéntico tanto en el sentido positivo como negativo de la palabra. Sus personajes son caricaturescos, sus conversaciones pueden pasar de la seriedad absoluta a un absurdo que siempre te pilla por sorpresa. Es un toma y daca incansable, que puede conectar contigo desde el primer momento y engancharte, pero también causar un rechazo inmediato.

Visto desde fuera, es feo, es torpe y puede parecer incluso aburrido. Mientras exploras Le Carré recabando pistas para saber qué está pasando realmente en este aparentemente relajado pueblo sureño, se ven absolutamente todas las costuras del juego. Su optimización es desastrosa, con unas caídas de fotogramas imperdonables en exteriores, sus animaciones tosquísimas incluso en secuencias cinematográficas, y todo eso luego choca con unos interiores en los que todo va con una fluidez sorprendente.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

Es ese ir y venir, esa cutrez que salta tan a la vista que parece impostada, lo que más nos ha llamado la atención con Deadly Premonition 2 junto con su atmósfera. Su historia principal trata la muerte y asuntos paranormales con tintes de terror, pero también deja un poco de aire al jugador para que conozca un chef/botones/conserje en el hotel en el que se aloja el protagonista, o para jugar a los bolos, cazar cocodrilos o perseguir ardillas mientras pasea por las calles subido en un monopatín para conseguir algo de dinero con el que poder seguir pagando su habitación..

"Su encanto reside en su exageración, en su capacidad para hablarte de lo enormemente realista que es Terminator para luego citar a Nietzsche"

Coge y ofrece mucho de todo sin profundizar en nada. Es cierto que se ha limitado bastante en comparación con el primero, que incluso ha eliminado ciertas mecánicas para mejorar otras. Por ejemplo no permite conducir vehículos ni repostar, tampoco controlar la respiración o coger objetos para golpear a los enemigos. Ha prescindido de eso para volcarse en otras cosas y, aunque poco, la mejoría se nota.

No lo hemos dicho, pero la trama evoluciona a medida que cumplimos ciertos objetivos que se imponen de forma lineal. Tareas que nos llevan de un punto a otro de Le Carré para hablar con sus habitantes, visitar sus diferentes garitos y conocer un reparto excéntrico a más no poder. Ahí reside su principal encanto, en lo exagerado que es en todo, en su capacidad para hablarte de lo enormemente realista que es Terminator para luego citar a Nietzsche. No hay por donde cogerlo porque es ridículamente impredecible, y nos encanta. Aunque quizá lo que realmente nos encante sea York, porque no hay un protagonista de videojuego que se le acerque en carisma y excentricidad.

El problema es que, aunque ha mejorado respecto al primer juego, el gameplay en general no está a la altura del magnetismo que derrochan sus personajes, especialmente su protagonista (mucho más interesante si conocéis la historia completa del primer juego: jugadlo antes de lanzaros a este). Tenemos un ciclo día/noche muy importante para poder visitar lugares y establecimientos diferentes, tenemos muchas tareas secundarias que acaban siendo misiones de recadero, útiles solo para conocer más sobre Le Carré y su gente, tenemos también criaturas de ultratumba y momentos en los que disparos y puños son el verbo que manda. Tenemos mucho, insistimos, pero todo se siente obsoleto, todo resulta torpe y nada innova realmente.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise

No lo hemos dicho, pero no solo se recorre Le Carré en la dimensión real. Como bien dictaba el primer Deadly Premonition, la investigación nos lleva a entrar en los presagios de muerte, portales que van a una dimensión alternativa que nos sirve para recabar más pistas cruciales del caso y donde se concentran los enfrentamientos contra enemigos y jefes. Aquí es donde saca a relucir un poco más su acercamiento al terror y la acción, pero lo hace sin exigencias. No faltan recursos para tener siempre salud y munición al máximo y los enemigos, además de poco variados, son bastante facilones.

A pesar de todas las pegas que tiene, Deadly Premonition 2 está rodeado de un aura muy especial. No podemos quitarnos de encima la idea de que ese pésimo rendimiento que tiene y su pobreza a nivel visual es algo que el equipo ha perseguido adrede como guiño a unos fans deseando volver a una experiencia tan tosca y surrealista como la del primero. Es un juego verdaderamente único, con un guion digno del esperpento patrio, pero con giros de lo mas inesperados que coquetean con lo paranormal.

Su gameplay casi resulta algo tangencial a lo verdaderamente interesante de la experiencia de juego, que no es más que su historia y su mundo. Las anécdotas que cuenta York, sus referencias al cine más underground, su manía de hablar de otros con su amigo imaginario Zach en público y delante de ellos, poder conocer a todos esos habitantes de Le Carré que tienen nombre y apellidos, o preocuparte por darte una buena ducha y tener dinero para pagar la habitación de hotel a cada día que pasa.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise, casi haciendo honor a su nombre, no se preocupa por ofrecer unas mecánicas divertidas, ni por deslumbrar con un apartado técnico exuberante. Es un juego torpe e incluso chapado a la antigua en sus mecánicas, pero ya nos gustaría ver a otros muchos capaces de reunir un reparto, una historia y unos detalles tan inesperados como los que tiene. A veces parece la obra de un genio, a veces la de un loco, pero, sin duda, es una experiencia inolvidable.

Deadly Premonition 2: A Blessing in Disguise
06 Gamereactor España
6 / 10
+
Un guion absorbente, conversaciones absurdamente divertidas y una atmósfera de lo más interesante.
-
Rendimiento pésimo, desfasado a nivel técnico y de gameplay.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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