Análisis de Doki Doki Literature Club

Internet se ha hecho mucho eco de la novela visual Doki Doki Literature Club desde que salió a la venta el pasado mes de septiembre. Para un juego de sus características, es sorprendente la cantidad de gameplays y de demostraciones que hay en todo tipo de canales de vídeo. Al final hemos decidido echar un vistazo para ver por qué se ha hecho tan popular, si en realidad probar no cuesta nada porque es free-to-play.

La verdad es que si has visto o leído mucho de este título antes de arrancar la partida, ya tienes demasiada información. Y eso también lo aplicamos a este mismo texto, en el que debemos escribir sin contar nada, pero tampoco es la primera vez que lo haremos. No vamos a decir concretamente por qué llama tanto la atención este trabajo de Team Salvato, pero sí hay que avisar de que, aunque parezca el típico juego de citas japonés en el que camelarse a un par de chicas de instituto, la primera frase ya te dice que antes con ojo. Es: "este juego no es apto para niños o para quienes se perturben con facilidad".

Empiezas siendo un chico con nombre al gusto que tiene que apuntarse a un club del instituto. Tu amiga de la infancia Sayori te convence que lo hagas al de literatura, y ahí conocerás a Yuri, Monika y Natsuki. Llegas sin muchas ganas ni interés por el tema, pero encontrarte de repente rodeado de mujeres te cambia la perspectiva y al final acabas pasándote por allí cada día después de las clases.

Una tarea consiste en escribir un poema al día usando unas palabras clave y después se los enseñas a ellas. Cada una tiene unos gustos distintos, y mientras que Yuri disfruta con cosas de terror, Natsuki es mucho más dulce. Una vez pasado el trámite se presenta el texto al club en una sección que sí se juega como una novela visual en la que la dirección de la partida cambia dependiendo de qué estilo hayas escogido.

A las tres o cuatro horas de partida, porque esto no es así para siempre, llegamos al punto a partir del que la advertencia sobre sensibilidades empieza a ser efectiva. No se puede explicar, es algo que tenéis que vivir. Lo que podemos decir es lo que Team Salvato ha hecho tan bien: trastocar las expectativas del jugador. Avanzas sabiendo que algo muy fuerte va a pasar, y aún así te da un buen bofetón, y eso que te va adelantando algo y tratando de prepararte.

En Doki Doki Literature Club no te las ves venir. Cuando las cosas empiezan a cambiar, lo hacen a mejor y a partir de ahí ya no puedes dejar de pensar qué es lo próximo que va a pasar, porque es impredecible. A la mierda con la narrativa tradicional, esta forma de relatar es única y va a sorprender a los fans de las novelas visuales y todo tipo de juegos narrativos.

Dada la importancia en el diálogo y en las conversaciones, los personajes tienen muchísimo valor. Vale que no haya nada especialmente original en ninguno de ellos, pero Team Salvato también se ha guardado algunas cartas. Para que os hagáis una idea, poneos en la mente de un estudio Occidental metiendo mano a los tópicos del anime desde fuera para reflejarlo con sátira y reconvertirlos. De hecho, el creador, Dan Salvato, ha reconocido que no tiene una opinión clara sobre el tema.

Lo importante es que estos personajes son, sobre todo, muy interesantes por sus pensamientos y presentan un comportamiento que te atrapa mucho más de lo normal en el tipo de juego del que proviene. Tampoco sabes por dónde van a salir y, por si fuera de poco, cada uno esconde una capa de misterio que tienes que explorar si quieres saber de dónde vienen y a dónde van. Por supuesto, hay multitud de finales a los que llegar, así que habrá que jugar varias veces para ver cómo acaba la cosa con cada chica.

Lamentamos si este análisis no os convence del todo, pero os aseguramos que es la mejor forma de no estropear el juego. Doki Doki Literature Club es tan interesante que os invitamos a probarlo. Puede que no sea la mejor historia ni la más original, pero la forma de contarla os dejará de piedra. Con lo falto que está el sector de originalidad y de sorpresas, qué menos que alabar a quienes sí lo ofrecen. Y cuanto lo acabéis, contadnos vuestra experiencia.