Análisis de Dynasty Feud

¿Qué ocurriría si se encontraran una banda de piratas con un grupo de vaqueros, y aparecieran unos robots asesinos seguidos de una banda de vikingos rockeros? Exacto, nada bueno.

En Kaia Studios, un joven estudio de videojuegos afincado en Bilbao, han decidido que las cosas se solucionan a mamporros, disparos, hachazos y poderes sobrenaturales, pero Dynasty Feud añade algunas características propias que lo hacen tremendamente adictivo.

Nos ponemos en situación. Existen ocho guardianes en el mundo, y cada uno pretende demostrar su supremacía sobre los demás. Para ello cuentan con un equipo (o dinastía) de guerreros particulares que luche a su favor frente a los equipos de los demás guardianes. Una premisa simple que nos lleva directamente a la acción y el combate.

Cada dinastía cuenta con unas características generales comunes a sus miembros más allá de la estética (como vida extra, daño a distancia o poderes especiales) y unas características individuales para cada personaje. En total hay 40 de ellos (cinco por dinastía), con armas singulares y estilos de lucha diferentes. A pesar de poseer unos controles a priori sencillos, la velocidad de las partidas hace que nos acostumbremos pronto a dominar saltos, tiempos de recarga de armas o a esquivar los ataques enemigos. Alcanzar la maestría con una dinastía nos llevará un tiempo, y hay algunas que requieren un entrenamiento considerable, y que se desbloquearán sucesivamente en función de las partidas que hayamos jugado.

En el aspecto artístico de su diseño hemos agradecido los pequeños guiños y referencias populares al cine y los videojuegos, como que un luchador sea bastante similar a Honda, de Street Fighter, o que en la dinastía de los caballeros del rey Arturo, un caballero tenga más puntos de vida, pero con cada punto perdido pierde parte de su cuerpo, hasta quedarse como cierto personaje de Los caballeros de la mesa cuadrada de los Monty Python.

Habrá que tener en cuenta también el orden de aparición de los combatientes de la dinastía según las características de los oponentes. Por ejemplo, no conviene sacar a un guerrero de melé si el contrincante está usando luchadores de media y larga distancia. Solo cuentas con un golpe (en la mayoría de los casos) antes de morir, así que la estrategia también cuenta.

Pero la muerte no es el final. Una vez todos nuestros personajes hayan muerto y aún queden jugadores no somos expulsados de la partida, si no que manejaremos a los guardianes, líderes etéreos de las dinastías y que, a pesar de no poder ejercer daño real a los contrincantes, sí podrán molestar creando efectos sobre la pantalla de juego (o pequeños empujones a los personajes vivos), y favorecer así la victoria de alguno de los jugadores restantes.

Hacía mucho tiempo que una experiencia de combate a 4 en la misma pantalla no resultaba tan divertida. Dynasty Feud es juego ideal para pasar una tarde estupenda de risas con amigos.

Es imposible no acordarse de clásicos como Super Smash Bros, y se nota la inspiración de la franquicia de Nintendo. Pero además tiene ese sabor indie que recuerda a títulos como Nidhogg o Duck Game. El diseño de escenarios dinámicos también nos puede traer a la mente juegos como Flat Heroes. En este último aspecto debemos estar bien atentos, ya que es tremendamente fácil morir por los peligros del entorno (con el que incluso podemos interactuar a nuestro favor en el combate), un escenario que poco a poco va reduciendo el espacio de batalla y agiliza mucho las rondas de juego.

Con el transcurso de las rondas hemos ido echando en falta algunas características que creemos embellecerían la experiencia jugable. Una de ellas sería la posibilidad de combinar en una misma partida tanto a amigos por invitación como a jugadores desconocidos. También añadir ítemes consumibles por los escenarios que te obliguen a desplazarte y asumir algún tipo de riesgo/recompensa, como bonificadores de escudo o de ataque, colocación de trampas, o recargas extra para el ataque especial.

En este sentido, a pesar de la aparente gran variedad inicial de personajes y estilos de lucha, pronto se echan en falta más opciones que añadan contenido, como nuevos personajes o escenarios. Quizá podamos esperarlos en una futura actualización.

Por último, lo único que ha parecido oscurecer la experiencia de juego han sido los problemas de rendimiento y latencia del servidor en los días que hemos podido probarlo, y algunos bugs que te sacan de la partida. Esperamos que esos problemas desaparezcan con el lanzamiento del juego hoy, 23 de mayo, en Steam.