Escape Plan

Durante las cuatro horas después de su anuncio en la conferencia de Sony, el stand de Escape plan preparado en la sala posterior estaba hasta arriba con periodistas que deseaban probar la novedad de la PS Vita. Para que os hagáis una idea: había más gente que los pendientes del nuevo juego de Resistance.

Escape Plan está programado para ser un juego de lanzamiento de la portátil de Sony. Ha sido un año de desarrollo para Fun Bits, el estudio que os ofreció Fat Princess, una idea básica que fue creciendo con los aspectos de control únicos de la PS Vita.

Si queréis una posible mezcla, podría salir de Limbo, Lemmings y, como indicaba el estudio, Lost Vikings.

Controlas a Laarg o a Lill, o a ambos, mientras intentas ayudarles a escapar de su contención hacia la libertad.

Pero no tienes control directo sobre ambos, sino que sugieres la dirección mediante un deslizamiento en la pantalla táctil. De hecho, el juego se maneja casi exclusivamente con los sensores táctiles del frontal y de la trasera de la máquina.

Cada personaje tiene una habilidad especial. Pasar tu dedo hacia abajo o sobre Laarg hace una grieta en el suelo o en una pared, para atravesarla a lo bestia. Lil puede inhalar aire de las tuberías para hincharse y flotar a través de salidas en el techo, y si le pinchas entre tus dedos usando ambas pantallas sacarás una pedorreta con todo el aire, literalmente.

Durante su vuelo también puedes inclinar la consola para indicar la dirección en lugar de deslizarlo, pellizcando la pantalla para hacer zoom o alejarte y ver mejor las salas y las trampas mortales que contienen, cada vez más grandes y complejas. Habrá más de cincuenta en total en el lanzamiento, divididas entre entornos, de la prisión a la fábrica, de las cloacas al taller.

Están repletas de trampas y esbirros. Aunque el juego parece un plataformas 2D, presenta una profundidad de campo que te permite golpear objetos como las cajas, atascando puertas con un toque delante o detrás de la Vita. El juego se pone más Metal Gear cuando tocas una pared para llamar la atención de un guarda esbirro, aprovechando su confusión para hacerlo caer en una trampa. Muy necesario, porque los dos personajes son muy explosivos y fuerzan una vuelta al comienzo de la sala si les dejas morir.

Caer por el suelo a la sala más abajo requiere que golpees un colchón del fondo para caer en blandito, mientras que un piso electrificado pide a gritos que lo tapes con algo. Encontrarás ese tipo de cosas y otras como plataformas salvavidas sobre temibles ventiladores sincronizados, que te pedirán deslizamientos de dedo rápidos para ir pasando. Tu interacción con el mundo es bastante amplia: puedes romper bombillas, recolectar objetos, reprogramar la salida de cargadores de electrodos... todo con la mano.

Los personajes y el estilo artístico son la gran atracción. Los crudos grises y negros pintan muy bien en la pantalla de la portátil, y para dos que hablan más bien poco, Larrg y Lil son realmente expresivos.

El estudio ha planteado la empresa de pasarse el juego sin morir de una forma tan única que también es un corte de manga permanente para los que quieren un recorrido de principio a fin inmaculado. Cada personaje lleva estampado un número en el pecho, que va creciendo con cada muerte. Unas cuantas y ya quedará mal en la pantalla de estadísticas.

Está genial ver un título que es tan diferente en la cosecha actual de lanzamiento, más al ser un original y no un remake o una adaptación barata de una licencia. El gancho puede ser familiar, pero eso no quita que sea intrigante. Te recomendamos que lo pruebes cuando salga.