For Honor - impresiones

Habida cuenta de la gran cantidad de franquicias de peso que tiene Ubisoft y que no les da ninguna vergüenza explotarlas, a veces se nos olvido que los franceses son los que más nuevas ideas ponen en práctica de entre los grandes editores. Crear una saga de la nada es una tarea muy complicada pero ahí están sus recientes esfuerzos como Watch Dogs, The Crew o The Division. Y el siguiente, la novedad del pasado E3 2015, es For Honor, un juego de combate cuerpo a cuerpo entre caballeros, vikingos y samuráis con mucha sangre y vísceras.

En nuestro paso por Los Angeles nos invitaron a probarlo. Concretamente, pusimos las manos en un modo de juego estilo dominación (llamado Dominion) en el que dos equipos de cuatro jugadores competían por puntos concretos del mapa. Un factor curioso es el añadido de tropas controladas por la IA para cada bando. Se parecen un poco a los que hay en Titanfall, que más que un problema o un apoyo con meras comparsas decorativas. En comparación a otros juegos de estética medieval, For Honor transmite unas sensaciones más cinemáticas y una escala mayor, a pesar de que en realidad los mapas son más pequeños y que el contador del jugador está limitado.

De todos los tipos de personajes que hay solo pudimos escoger uno, los caballeros. Por el momento no eran más que soldados genéricos pero nos cuentan que cuando todo avance se convertirán en héroes (o heroínas, que también hay), tomando cada vez más peso en la historia.

También tuvimos la ocasión de probar el combate. El estilo de lucha es propio de las justas, con los caballeros intentando asestar golpes a los enemigos para anotarse puntos. Si consigues acertar el movimiento del rival y apretar el botón en el momento adecuado podrás bloquear su ataque, momento en el que se abre una ventana para hacer un contraataque. Es muy importante asestar el primer golpe porque da la opción de abalanzarse sobre el rival y, llegado el momento, finiquitarle con el toque mortal.

Eso es el combate normal, porque después están los ataque especiales, que se efectúan cuando se recarga una barra. Además de la potencia, la diferencia que pudimos apreciar con respecto a los toques normales es que uno de estos especiales era un ataque a distancia, el único con el que nos encontramos en toda la demostración.

Otra forma de evitar ser golpeado es con el movimiento de esquivar, pero nos pareció muy difícil aprovecharlo, ya fuera porque no éramos capaces de rodar lo suficientemente lejos o porque te ibas tan distante que no sacabas nada de partido. Habrá que practicarlo con paciencia para sacarle alguna utilidad.

El mapa en el que jugamos tenía como elemento principal un castillo que estaba sufriendo un asedio, con hogueras incandescentes y un patio como punto central de la batalla. El límite estaba marcado por una línea de árboles, pero no estaba nada alejado, quizá para que nunca estés demasiado lejos de los enemigos y te dediques al combate cuerpo a cuerpo, que es la base de For Honor.

Si hay que buscarle parecidos nos acordamos de Chivalry: Medieval Warfare y de War of the Roses, pero en términos de mecánicas quizá recuerda un poco más a War of the Vikings, pero sin las armas a distancia.

Lo más interesante son las dinámicas del cuatro contra cuatro. A veces te superan en número, pero como hay fuego amigo y además siempre se pueden bloquear los ataques incluso en minoría si se es lo bastante habilidoso, siempre hay una ocasión de hacerse el héroe y conseguir vencer. Por supuesto, habrá momentos en los que te quedas vendido, pero siempre hay que tratar de defenderse mientras haya alguna opción.

Nos gusta que Ubisoft haya decidido empezar a enseñarlo por el multijugador. Ahora nos quedamos con la duda de saber qué es lo que tienen preparado para la campaña de For Honor, o si habrá más de una en función del colectivo o la clase que escojamos. Solo podemos especular al respecto, sobre la estructura o las razones de la compañía para dar a conocerlo de esta forma, pero nos da la impresión de que la razón no es que el modo historia vaya a ser insignificante.

Lo mejor que puede pasar es que For Honor fusione ese toque de cinemáticas del Ryse de Crytek con la jugabilidad de Chivalry: Medieval Warfare. Así lo bordarían.