Quien encienda su Nintendo Switch para echarse una partida a Fortnite sin haber leído estas líneas quizá se lleve una sorpresa después de instalar la actualización obligatoria por la que debe pasar. Porque Epic Games ha logrado optimizar aún más el código de esta versión y ha sacado dos ventajas: un aumento de la resolución tanto en sobremesa como en portátil, más estabilidad de fotogramas por segundo y, además, una reducción del tamaño de almacenamiento de unos 140 MB.
En modo portátil, la resolución sube de 1000x560 a 1170x660, lo que supone un 38% más de píxeles. También hay expansión de la calidad de imagen para quienes juegan en televisión, pues sube de 1390x780 a 1560x880. En ambos casos sigue siendo dinámica, así que habrá momentos en los que baje de ahí. No hay detalles numéricos sobre cómo afecta a la tasa de refresco de imagen, pero sí menciona por encima que "la actualización también proporciona una frecuencia de imágenes más estable, con menos tirones, que permite una experiencia más fluida."
En la web oficial hay un par de imágenes de un árbol para comparar el antes y el después de este parche con el que se ve mejor Fortnite en Nintendo Switch.
Thanks, IGN.