Análisis de Gibbon: Beyond the Trees

Amé el último juego de Broken Rules, Old Man's Journey. Un pequeño proyecto indie conmovedor y atmosférico que caminaba sobre la fina línea del género de aventuras mientras contaba una historia sobre la vida, la muerte, el duelo y el amor. El pequeño estudio indie está de vuelta con una aventura para iPhone llamada Gibbon: Beyond the Threes, en el que asumimos el rol de un brillante mono gibón rosa.

Los gibones son una especie en peligro de extinción, el Fondo Mundial para la Naturaleza ha estimado que solo quedan 30 monos salvajes de esta especie en el planeta. El gibón solo vive en la Península Hainan a las afueras de China y han sido amenazados con la extinción durante los últimos 20 años debido a la degradación medioambiental, deforestación, desastres naturales y la caza furtiva, y con este juego, Broken Rules quiere que seamos conscientes de que estamos a punto de extinguir otra especie de nuestro planeta.

Gibbon: Beyond the Threes empieza en lo alto de unos árboles que forman el bosque más bonito que he visto en años, en unos segundos de introducción conocemos a la madre Gibón, su recién nacido y a su hija mayor, que será la que controle el jugador. Las mecánicas del juego son súper simples, pero requieren mucha práctica. Cuando pulsas la pantalla con los pulgares, la mona corre. Si los sueltas salta y, si pones el pulgar derecho en la parte de abajo de la pantalla mientras está en el aire, se agarra a la rama más cercana y se balancea hasta que lo levantas. Todo consiste en mantener pulsado lo suficiente para que la mona no pierda el agarre y se caiga al suelo, pero no demasiado porque si no pierde velocidad y no puede llegar hasta el siguiente árbol o rama. La clave es el ritmo y la sincronización, me costó al menos unos 35 minutos comprender completamente las mecánicas de balanceo, que se parecen a cosas como Marvel's Spider-Man o Bionic Commando.

Durante la primera media hora me balanceé a través de exuberantes e impolutos entornos de selva verde que pasaban volando a una velocidad vertiginosa, mientras que la siguiente media hora está marcada por destrucción medioambiental y fuego. En el fondo, encuentras excavadoras y lugares de construcción, hay árboles en llamas y la mona se quemará hasta la muerte si llega a tocar el suelo. El ritmo no sube, pero la intensidad sí. A través del entorno, y sin usar diálogo, texto o escenas cinematográficas, Gibbon consigue atrapar al jugador muy rápido. Igual que en el extraordinario Old Man's Journey, Broken Rules cuenta una historia a través del gameplay, y sus entornos descaradamente bien diseñados, que resulta increíblemente desgarradora.

Después de las secuencias del fuego y las excavadoras vaciando la selva, llegas a áreas donde la gente habita y donde los árboles han sido cortados y convertidos en madera. Mi gibón no tiene donde agarrarse o balancearse, obligando al jugador a lanzarse a través de torres eléctricas. Mientras pasa esto, aparecen cazadores furtivos que empiezan a disparar al mono, la clave aquí es no perder velocidad ni altitud porque, si lo haces, te disparan y mueres.

Gibbon: Beyond the Trees no es muy largo. Dura más o menos una hora, pero eso está bien. O mejor, es suficiente. En ese tiempo el jugador ha viajado a través de muchos lugares preciosos, cada uno contando una historia que deja marca. Sé cosas acerca de los gibones que no sabía hace un día y he aprovechado para leer un poco sobre la especie y sobre la falta que hace protegerla. En ese sentido, la última aventura para iPhone de Broken Rules acierta de pleno, lanzando un mensaje sensible e importante sin tratar de forzárselo al jugador.