Análisis de Hearthstone: El bosque embrujado

Blizzard sigue ampliando su juego de cartas inspirado en Warcraft, esta vez con el lanzamiento de El bosque embrujado. La llegada de esta expansión marca también una cambio de año, porque hemos pasado del Año del Mamut al Año del Cuervo. Eso significa que las tres expansiones que dejó 2017 han sido retiradas, es decir, que hay más de 400 cartas inutilizadas (excepto en algunos modos) y llevan tres nuevos paquetes de 135. La primera, con estas brujas que van a dar un buen meneo a los mazos.

Estos naipes también trae al juego dos nuevas mecánicas, Eco y Embestir. La primera se usa solo con los esbirros y con los hechizos, y son cartas que pueden ser jugadas más de una vez en un solo turno. Milicia Fantasma, por ejemplo, es una criatura 2/4 con Provocar que cuesta tres cristales de maná. Eso significa que, quien tenga nueve cristales, puede lanzarla tres veces en un mismo turno. ¡Tocad las campanas! es un hechizo que cuesta dos cristales de maná y ofrece +1/+2 a un esbirro, así que en el cuarto turno podemos aplicarlo dos veces sobre una única criatura o sobre varias.

Eco nos parece una mecánica interesante, versátil, que se puede aplicar en varias situaciones. Tomando la criatura de antes como ejemplo, si en el tercer turno el enemigo ya tiene varios esbirros encima del tablero, tal vez tengamos que jugar Milicia de inmediato para intentar bloquearlos, aunque así renunciemos a su habilidad especial. Del mismo modo, podemos escoger jugarla dos veces en el turno seis. Este es el tipo de estrategia que hay que plantearse con este tipo de cartas en la mano, obligando a ponderar si es mejor usarla menos veces, pero antes, o esperar a que libere todo su potencial.

Embestir es una mecánica más sencilla y también es menos interesante. En esencia, los esbirros que la poseen solo consiguen atacar a otros de su nivel cuando entran al campo de batalla. Hay algunas criaturas prometedoras y ya hemos visto otro concepto curioso en mazos dedicados como era Carga, pero en la práctica van a quedar en segundo plano. Por lo menos por ahora son pocos los mazos que se basan en esa mecánica, y los que tienen esbirros con embestir, los suelen tener como carta de apoyo, sin mucho impacto en la partida.

Hearthstone: El bosque embrujado se inspira en los elementos sobrenaturales y, por tanto, aparecen los Worgen, los hombres lobo del universo Warcraft. Esto permite presentar un nuevo tipo de cartas curioso que se basan en la capacidad de estas criaturas de pasar de bestia a humano y viceversa. El Cultivador de calabazas, por ejemplo, es una 2/4 con Robar Vida que cuesta tres cristales de maná. Pero, como es un Worgen, en el siguiente turno se transforma en una bestia 4/2 con Robar Vida. Siempre que está en la mano de un jugador, el Cultivador de calabazas u otras cartas semejantes van cambiando entre dos estados, por lo que son dinámicas. El jugador puede decidir cuál es el estado que más le beneficia dependiendo del contexto de juego.

Entre las 135 cartas hay una que se ha convertido en la ama de las partidas: Baku la Devoralunas, una legendario 7/8 que cuesta nueve cristales. Por sí sola, parece que no aporta nada, pero su efecto especial es muy atractivo. Cuando el jugador tiene solo cartas de coste impar en su mazo, su poder heróico mejora. Esto significa que un Guerrero puede equipar cuatro puntos de armadura, un Paladín puede invocar dos esbirros 1/1 o un Cazador puede causar tres puntos de daño al adversario, por poner unos ejemplos.

Este tipo de habilidades que se activan desde que comienza la partida suponen una ventaja que muchos jugadores no van a tolerar. La opción de dejar de lado cartas pares no es muy agradable, es cierto, pero las estadísticas de victoria están demostrando que sigue siendo una ventaja hacerlo. Así que Baku se está convirtiendo, en estos primeros días, en un monstruo recurrente, aunque también nos hemos cruzado con mazos muy buenos en los que no está presente.

Además de todos estos naipes, la expansión también introduce Caza de Monstruos, un modo para un solo jugador. Cada vez que comenzamos una aventura, tenemos que escoger entre cuatro héroes especiales y, con él a la cabeza, derrotar a ocho enemigos que son cada vez más duros. Sin perder, claro está, porque en este caso acaba la partida, aunque a cambio se obtiene una recompensa. Como es de esperar, será mejor cuanto más lejos hayamos llegado. De momento es teoría, no sabemos cómo funciona, porque llegará en unas semanas mediante actualización.

El bosque embrujado es una expansión de calidad para Hearthstone, y si se mira en perspectiva con todo el cambio de año, supone una renovación total de las barajas. De momento existen muchos mazos iguales, algo normal, pero hemos comprobado que hay potencial para algunas "invenciones" interesantes una vez que empiecen los experimentos y aparezcan las sinergias. Nos quedamos algo decepcionados con Embestir, pero la mecánica Eco sí tiene futuro. Y solo el hecho de que una mecánica tenga pinta de haber llegado para quedarse ya es un éxito para una ampliación.