"El crunch no es sostenible". Esto, que debería ser una obviedad, fue el titular que Mike Morhaime dejó durante su última charla con Gamereactor, en un Gamelab al que acudió para recoger el Premio de honor por toda su trayectoria. El expresidente de Blizzard ha estado desde entonces trabajando entre las sombras y por fin ha salido a la luz lo que estaba montando. Nace Dreamheaven.
No es una compañía pequeña la que va a dirigir Morhaime. Esta organización aglutina dos estudios de desarrollo en los que su nombre no es el único reconocible, que son Moonshot Games y Secret Door. Con él se han ido varias personas que estuvieron bajo su mando en Blizzard y que tienen en su currículo puestos de relevancia en proyectos como Hearthstone: Heroes of Warcraft, Starcraft II, Heroes of the Storm e incluso Warcraft 3.
Con tales veteranos de plantilla, Dreamhaven nace con un enfoque en la "confianza", tanto en términos de la forma interna de trabajar, como con respecto a los jugadores. Porque su plan es hacer juegos al estilo Blizzard, la de siempre, la de antes de que Activision entrara en su mismo grupo.