Lara Croft y el Templo de Osiris - impresiones E3

Lara Croft ha vuelto en este E3. Dos veces. A lo mejor os habéis perdido el segundo anuncio, demasiado emocionados con la presentación de Rise of the Tomb Raider. Nosotros lo hicimos, únicamente dándonos cuenta después de pasar por la zona de prensa de Square Enix y vimos a esta excelente secuela del Guardian of Light, que no sólo estaba para ver, sino para jugar a puerta cerrada. A pesar de no estar en nuestro programa, nos apresuramos a concertar una cita de media hora para ver el juego.

Ahora, muchas de las citas que se cierran para el E3 son un verdadero misterio. Es completamente diferente a lo que se vive abajo, en la feria, donde tienes que hacer colas de una hora para jugar durante diez minutos. Alrededor de todas las luces, pantallas gigantes y demás, hay pequeñas salas con una televisión y unos cuantos asientos. Esas zonas privadas es donde la prensa escogida ve cómodamente los juegos, incluso recién anunciados, e incluso colar alguna pregunta a los desarrolladores al final de la presentación.

Temple of Osiris fue ligeramente diferente. Tuvimos una cita cara a cara en la que jugamos una partida competitiva a cuatro personas con la gente de Crystal Dynamics, cervecita en mano y cómodamente sentados en un sofá. Así es como mejor se disfruta de estos juegos, tranquilos y gastando bromas con los amigos (aunque también se podrá jugar online).

Guardian of Light fue ese pequeño proyecto que el estudio lanzó después de crear la trilogía formada por Legend, Anniversary y Underworld durante la pasada generación. También sirvió para mostrar la versatilidad del motor de Underworld, con una cámara isométrica para mostrar a Lara y a Totec, el guerrero maya, mientras exploraban y disparaban mientras se abrían paso por multitud de tumbas. El juego tenía oleadas de enemigos, trampas y un claro tinte arcade, intentando conseguir todos los tesoros posibles para mejorar la puntuación de tu compañero de partida.

Temple of Osiris mantiene estos conceptos, pero amplía la experiencia a cuatro jugadores. Los compañeros de Lara esta vez son los dioses egipcios Isis y su hijo, Horus, y un compañero arqueólogo, Carter. Su objetivo es muy claro: intentar detener a una antigua deidad. Los puzles y los enemigos dependen de la cantidad de amigos que estén jugando simultáneamente, pero la mejor experiencia de todas no es en solitario.

Las dos parejas tienen habilidades únicas. Lara todavía usa el gancho para crear puentes de cuerda para el resto de jugadores o para atraer enemigos o a aliados. Los dos dioses egipcios pueden lanzar rayos usando sus bastones o crear una barrera defensiva para protegerse de los ataques o permitir a los aliados que los usen como plataforma para llegar a un lugar alto.

Pero la faceta competitiva sigue estando presente. Todos los personajes tienen un equipo inicial, pero enseguida queda claro que el que queda primero es el que se lleva la recompensa. Hay, además, un sistema de mejora para los personajes que permite desbloquear ataques especiales. Crystal Dynamics no quiere que este sea un juego de una sola partida.

Por ahora, es un juego para PC y para la próxima generación de consolas, aunque el equipo admitió después que será la respuesta de los aficionados la que les haga plantearse alguna versión más. Como ocurre con su predecesor, el punto de vista no quita méritos al esfuerzo para presentar personajes detallados y escenarios trabajados. Es un juego arcade sensacional.

Un pequeño problema que tuvimos durante la partida es que, aun a pesar de los círculos de colores que rodeaban a los personajes, había demasiado caos en las partidas a cuatro y podíamos perder fácilmente nuestra posición. Esto lo notamos especialmente en la última parte de la demostración en la que había que escapar de un pasillo plagado de trampas mientras nos perseguía una enorme bestia mitológica que iba destruyendo el camino a nuestra espalda. Entre el polvo y los escombros perdimos nuestra posición y eso significó nuestra muerte unas cuantas veces. Al menos nos sirvió para comprobar que la resurrección es muy rápida.

También notamos algunos problemas de lag en control , ya que es algo exigente a la hora de ejecutar saltos mientras los pinchos no rodean y cuando es necesario rodar por debajo de columnas caídas.
Esperemos que sea algo que se mejore en la próxima versión jugable, a lo mejor basta con algún código de color, o a lo mejor es sólo que es necesaria una partida de más de 25 minutos para adaptarnos al juego y su propuesta.

Temple of Osiris parece que haya sido concebido como un pequeño receso entre el reinicio de Tomb Raider y su secuela. Tanto el cambio de tercio como de diseño parece haber estimulado al estudio a desarrollar otro arcade en el que lo importante es la jugabilidad y que parece tan divertido como el primero. Lara Croft sigue viva y esta aventura le hace justicia.