Análisis de MotoGP 19

La primera vez que probamos MotoGP 19 pensamos que nos íbamos a convertir en el próximo Valentino Rossi en un abrir y cerrar de ojos y sin apenas esfuerzo (después de todo, la leyenda italiana ya se está haciendo mayor). Sin embargo, cuando acabamos nuestra primera carrera diez segundos por detrás del último piloto, nos dimos cuenta de que iba a ser mucho más difícil de lo que esperábamos. En MotoGP 19 se nos penaliza por casi todo, y sin duda podemos definirlo como un juego fácil de aprender, pero difícil de dominar.

Al igual que en del deporte real, se basa totalmente en la habilidad, la elección del momento preciso y la velocidad. Para poder girar hasta en la curva más pequeña tenemos que trazarla en el momento justo. Como ya hemos dicho, se penalizan nueve de cada diez movimientos que hacemos, por lo que solo se permite la perfección. Puede que los veteranos en este tipo de juegos de carreras también se sorprendan, ya que al llevar una moto todo resulta diferente.

Si en una curva frenamos o nos inclinamos una décima de segundo más tarde de lo que debemos, aterrizamos de cabeza en el césped o el asfalto. Si vamos demasiado rápido, acabamos saliéndonos del circuito. Si pisamos a fondo el acelerador mientras frenamos, salimos disparados de la moto. Si nos inclinamos unos grados de más hacia uno de los lados, también nos caemos. No dejan de surgir complicaciones mientras no dominemos los controles a la perfección. Conseguir hacer una buena carrera tampoco es tarea fácil. Tenemos que practicar y repetir una y otra vez los pasos que hay que seguir para poder frenar, girar y acelerar, pero esto tiene la ventaja de que cuando conseguimos cruzar la línea de meta con un buen tiempo y sin rasguños, sentimos una enorme satisfacción. Si queremos, también podemos hacer que el juego sea más fácil bajando el nivel de dificultad o activando algunas opciones de ayuda, como la de frenar automáticamente cuando sea necesario. De todas formas, recomendamos jugar con el nivel de dificultad baja antes que nada para aprender lo básico.

Una buena manera de practicar es competir en el modo carrera. Podemos elegir empezar en la Rookies Cup, en la que todos utilizamos el mismo tipo de moto y nos centramos únicamente en la habilidad. Si la superamos, puede que un equipo de Moto3 nos fiche antes de la próxima temporada. También podemos empezar directamente con Moto3, Moto2 o MotoGP si no queremos ir aumentando de nivel progresivamente. A medida que probamos las diferentes clases, desbloqueamos contenido, como los puntos de mejora que se obtienen al superar diversos desafíos y que podemos usar para mejorar nuestra moto.

Debemos hacer un seguimiento de nuestro personaje, ya que nos pueden echar del equipo si no nos esforzamos al máximo por mantenernos en lo más alto. El modo carrera está muy bien diseñado y nos podemos pasar horas y horas con él. Por desgracia, la creación del personaje resulta superficial; a la hora de especificar la nacionalidad no hay muchos países disponibles, ni tampoco muchas caras para elegir (de hecho, solo hay dos si jugamos con el personaje femenino). Al menos podemos diseñar nuestro propio casco, lo que permite añadir algo de personalidad a nuestro avatar.

El otro modo de juego disponible para un solo jugador es el de Desafíos Históricos. En él encontramos 60 desafíos diferentes basados en carreras reales de cuatro categorías: Héroes de 500cc (1993-2001), El amanecer del MotoGP (2002-2006), Grandes rivalidades (2001-2013) y La historia moderna (2006-2013). En esta simulación controlamos un piloto e intentamos igualar sus tiempos o llegar a la meta antes que nuestro rival en la carrera. Si conseguimos completar cualquiera de los desafíos, desbloqueamos el corredor para poder utilizarlo en el resto de modos de juego, incluido el online.

Cabe decir que estos desafíos son difíciles. Si no llegamos a tiempo a la meta en la última vuelta, habremos perdido 2 minutos y medio de nuestra vida y tendremos que empezar de nuevo. Algo que nos ha desconcertado bastante es el hecho de que no exista ningún desafío que simule carreras a partir de 2013. Por otra parte, es una ventaja para aquellos que solo quieran jugar con Valentino Rossi. Existen hasta diez versiones del piloto italiano en este modo de juego y uno de ellos está desbloqueado desde el principio. Podemos jugar con Rossi en todas sus etapas, desde más joven hasta más veterano. Si preferimos el multijugador, tenemos tanto el modo online clásico como el Campeonato eSport de MotoGP.

En cuanto a lo gráficos, también estamos algo desconcertados. La mayor parte del juego tiene un aspecto genial, pero de vez en cuando nuestro ojo capta algunas cosas extrañas: neumáticos que no parecen neumáticos, motos que parecen planear... Hay varios elementos visuales que echan a perder la sensación general y las físicas del juego, que por lo general son bastante buenas. No obstante, destaca la calidad del audio y el sonido realista de las motos, aunque no podemos evitar preguntarnos por qué han escogido una banda sonora tan terrible. Por poner un ejemplo, la música del menú es una especie de canción tecno-pop genérica, que no es precisamente lo más motivador para correr una carrera de motos. Por suerte, es un detalle que pasa desapercibido a menos que pasemos más tiempo en el menú que en los circuitos.

En definitiva, MotoGP es una saga de simulación que no defrauda, pero en esta ocasión no ha conseguido subir el nivel de calidad y mantenerse fresco. El modo carrera no resulta especialmente innovador, lo que no quita que podamos pasar horas jugando sin cansarnos. Además, el juego es increíblemente desafiante y no conseguimos nada si no nos esforzamos al máximo. Por todo esto, cuando alcanzamos un buen nivel a base de practicar, ni el mismísimo Valentino Rossi puede competir con nuestro nivel de satisfacción y diversión.