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Análisis de Nail'd

Pese a conseguir levantarnos el estómago a los que padecemos de vértigo, Nail'd no hace honor a su nombre a la hora de dejarnos clavados con la acción.

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Nail'd es algo deshilvanado, un juego ansioso por conseguir ese aire Burnout de comienzos de la última década, imitando su estilo y descaro. La jugabilidad es superficial, la música está bien alta.

En un mundo donde hasta el juego de carreras más arcade se inclina hacia el realismo para conseguir más ventas, Nail'd, con sus caídas de 40 metros y sus tranquilos saltos hacia el reino de lo ridículo consigue que cada vuelta sea novedosa de ver. Que el juego no coloque elaboradas piruetas en cada salto, o que no tenga una variante desagradable y barata del DJ Atomika de EA es un punto a su favor.

Si echas un ojo a lo que ofreció el juego de carreras ATV/MX, estarás muy cerca de la verdad. El modo carrera pasa por una cuesta de circuitos, desafíos con puntuación y demás, mientras los eventos y los torneos personalizados permiten jugar a tu gusto. Para un juego que se recrea en la desmesura de sus muros kilométricos, las opciones son bastante insulsas.

Nail'd
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Donde juega sus cartas es en la pista. Cada escenario de Nail'd serpentea sobre un abanico de montañas que ya conocen cierta acción volcánica. Las rutas múltiples son la norma, llevándote a escalar escarpados acantilados y volar en el cielo azul, hasta que caes por abajo del nivel del mar, tocando tierra con la rueda delantera, y lanzándote a esquivar arcos rocosos y árboles. Hay cierto olorcillo al clásico SSX al respirar tanto aire volando.

Nail'd flirtea con un interesante truco visual, un ángulo de cámara que se aproxima a un ojo de pez con cada salto sucesivo. Convierte cada caída en las profundidades de los cañones en lo más absurdo y placentero. Puedes imaginarte a Tak Fuji, de Konami, susurrando eso de "extreme!" cuando te sumerges en la montaña.

Sin embargo, quizás una consecuencia de ese truco sea que veas a tu piloto ATV tan espachurrado como un bicho en un parabrisas. El juego no es un logro en despliegue gráfico, pero vaya si coloca descaradamente cualquier cosa que se te ocurra encontrarte en un circuito. Y mucho más, desafiando la gravedad en cada kilómetro de tu camino.

Los circuitos van de acantilados verticales a paredes de presas con ángulos de 90 grados. Sobre puentes a medio construir o dentro de túneles de tren, con "flashazos" de Crazy Taxi cuando esquivas a una locomotora en el último segundo, o cuando esquivas grúas de construcción mediante giros en pleno vuelo o usas el turbo en el momento exacto.

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También hay un estrambótico escenario en un accidente del triángulo de las Bermudas, en el que corres entre los restos de un avión estrellado mientras otras líneas aéreas sufren graves complicaciones encima de tu cabeza. No hemos asistido a tal nivel de locura desde los juegos de carrera arcade de Midway de mitad de los 90.

Cierto es que Nail'd peca de consentirte demasiado para llamar tu atención, cada carrera demasiado larga hasta que las piezas colocadas de forma sucesiva te adormilan hasta la siguiente. En nuestra primera vuelta al juego, pensábamos que estábamos casi en el final de una carrera para descubrir en la clasificación que íbamos por la mitad. Es una mala señal para una experiencia que se supone debe coger tu adrenalina por las partes blandas y puntear con ellas como si fueran gomas elásticas.

Y considerando que los circuitos se retuercen y giran con tal agresividad, te gustaría que existiera un toque de derrape, al menos para imaginarte que hay algo de estrategia, o el éxito al esquivar una caída con la pulsación rítmica de acelerador y freno a lo DDR. Pero eso no pasa en Nail'd.

La única ocasión en la que levantamos el dedo del acelerador y el turbo fue cuando estábamos a punto de partirnos la crisma con una pared. Incluso eso supuso un tirón violento en colaboración con un feo gesto con el joystick para cambiar la dirección, y ya estábamos listos para seguir levantando el polvo en los caminos.

Nail'd

Incluso cuando lo haces adrede, el juego te manda ocasionalmente varias posiciones por delante de donde estás. ¿Quién necesita el caparazón azul cuando tienes una Inteligencia Artificial omnipotente con Alzheimer? Súmalo a los pilotos NPC que están encantados de estar ahí en lugar de canalizar su competitividad y no hace falta que te digamos que quedar primero es tan difícil como parpadear.

Nail'd es un juego de emociones fuertes, su extravagante naturaleza es tal que te recuerda aquella ex con la que tuviste una cita hace mucho. Esa que sabías que era mala para ti y tremendamente superficial y que finalmente satisfizo pocas de tus necesidades a largo plazo, pero con la que te lo pasaste genial en ratos breves. Ahora estás en una mejor posición, eres más adulto, pero ocasionalmente tienes esos recuerdos culpables y se te escapa una sonrisa con la memoria.

Una pena que el recuerdo sea gratis y Nail'd te pida tiempo y dinero. Sería un gran regalo para jugadores más pequeños que no miran hasta el último detalle como nosotros, y se lo pasan genial con los enormes saltos, sacuden la cabeza al ritmo de la BSO y hacen el tonto con los eventos puntuables.

En el fondo (y en secreto), no podrás evitar envidiarles.

Nail'd
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05 Gamereactor España
5 / 10
+
El diseño de circuitos es de locos. Buena y sencilla jugabilidad.
-
No hay profundidad en las carreras. La IA te coloca por delante cuando te chocas.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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