Análisis de Onward para Oculus Quest

En 2016, salió Onward en PC fruto del trabajo de su único desarrollador, Dante Buckley, que quería crear algo que siguiera la línea de Arma y Counter-Strike pero en Realidad Virtual. Buckley dio en el clavo y a lo largo de los años ha montado un estudio alrededor de este título. Acaba de salir la versión Oculus Quest, con cross-play entre este sistema y la comunidad de PC. Sin embargo, para que llegara a funcionar tuvieron que hacer cambios en la versión original y eso no se lo esperaban.

Resumiendo, la versión ya existente ha sido reducida en calidad para permitir que los jugadores de diferentes plataformas que compitan entre sí tengan una experiencia equiparable. Como la mayoría de usuarios de Oculus Quest van a jugar al juego sin conocer la versión de PC, este artículo considerará la versión de Quest como un producto aparte.

Nada más comenzar, un tutorial te introduce al campo de batalla. Como en muchos títulos de VR, tu equipamiento está pegado a tu cuerpo y por tanto, tienes que coger el rifle de asalto que está delante de tu pecho físicamente. Enseguida aprendes que debes sujetar el arma con las dos manos para aumentar tu precisión. Tras haber vaciado algunos en un par de rondas con muñecos de entrenamiento, tiras el cargador pulsando un botón, coges uno nuevo, lo metes con delicadeza en el arma, tiras del percutor con la mano que te queda libre y ya estás listo para recibir órdenes.

Enseguida queda claro que estos gestos y movimientos hacen que las acciones más simples se sientan realistas. Este feeling es aún mayor al usar granadas, donde primero tienes que tirar de la anilla para luego lanzar la carga explosiva. Es un poco agobiante porque el miedo a que te explote en la mano lo hace de algún modo más real. Sujetar una pistola, que la llevas equipada en las caderas o en el pecho, te da la misma sensación cuando coges un rifle.

Otra cosa a destacar es cómo usas tu transmisor de radio. Puedes comunicarte con tus camaradas poniendo tu mano junto a la oreja y presionando el botón correspondiente. Obviamente, también viene acompañado de unos apropiados efectos de sonido. Sin embargo, si tus compañeros están muy cerca, puedes escucharlos hablar sin tener la radio activada. Igual que en la vida real.

Otra importante característica táctica está relacionada con tu tablet. Puedes sacar este dispositivo para ver un mapa en directo del área de operaciones donde están marcados tus objetivos, por ejemplo. Esto también se siente mucho más realista que tener todo en el HUD e intensifica el componente táctico del juego, ya que al estar usando una tablet apenas puedes defenderte. Dicho sea de paso, algo similar ocurre al usar equipamiento médico.

Para detener el sangrado cuando estás herido de gravedad, necesitarás un tratamiento apropiado. Por tanto, puedes curarte a ti mismo o a tus camaradas heridos con una inyección. Mientras lo haces, serás un objetivo ideal para cualquier oponente que se encuentre acechando en los alrededores. Por eso es importante tener a mano grandas de humo para generar una cobertura temporal o tener a tus compañeros cubriéndote durante un fuego cruzado. En general, el juego premia un enfoque cauteloso en el que la estrategia y la comunicación con el resto del equipo son las claves del éxito.

En una partida individual los jugadores pueden elegir entre cuatro clases: el Rifleman, el Specialist, el Marksman y el Support. Todos los soldados tienen acceso a una gran variedad de armas y accesorios, que los consigues por un sistema de puntos. Normalmente, los huecos para ciertas clases están limitados para que ningún equipo puede elegir la misma configuración. El siguiente paso es elegir el modo de juego, y en PvP, que consiste en dos equipos de cinco que compiten entre ellos, hay otras tres opciones entre las que elegir:

El clásico modo Asalto consiste en eliminar al equipo contrario. En Escort, uno de los defensores es un VIP, que solo va armado con una pistola y debe ser protegido por los demás a toda costa. En Uplink, los atacantes tienen que alcanzar una estación de satélite y enviar un código. Este es especialmente divertido, ya que solo puedes acceder al código cuando llegas a tu destino a través de la tablet. Tienes que introducirlo manualmente en el campo numérico sin poder ver el código mientras tecleas, así que lo más importante es recordar brevemente la secuencia de números (aunque el fuego enemigo puede hacer que esta sencilla tarea se vuelva extremadamente complicada).

En general, este es el principal punto fuerte de Onward, el sentimiento constante de que estás en peligro durante los tiroteos. Debido a que el Oculus Quest no lleva cables, puedes cubrirte o asomarte desde detrás de las paredes más libremente que nunca. Cambiar un cargador en mitad de la batalla también puede hacerte sudar, ya que tienes que hacer movimientos complejos en vez de simplemente pulsar un único botón como harías en un juego "normal".

El Oculus Quest puede llegar a calentarse a veces, pero es normal teniendo en cuenta que está moviendo un shooter táctico de cuerpo entero con 10 participantes con un procesador del tamaño de un teléfono móvil. Es un verdadero logro. Por supuesto hay que dar algo a cambio, y es que los gráficos a veces son un poco básicos en lo que se refiere a las texturas, el follaje, e incluso las paredes, que a veces te aparecen en la cara perturbando la imagen en general. Hasta que la tecnología sea mejor (y quizás más cara), estas son limitaciones que probablemente debamos aceptar al jugar en un sistema independiente relativamente barato sin usar cables.

Otro aspecto técnico negativo por desgracia es la IA, que no es muy lista que digamos. Los pocos modos de un solo jugador o cooperativos no vale mucho la pena mencionarlos. Después de todo, puedes probar las armas y los accesorios en el campo de tiro y explorar los variados mapas sin enemigos. Sin embargo, el juego es claramente un shooter PvP, exclusivamente diseñado para el multijugador.

La conclusión de mi veredicto es clara, si tienes un Oculus Quest y te gustan los shooter tácticos debes comprar Onward. Si juegas con normalidad, preferiblemente con un grupo estable de amigos, podéis pasarlo genial y divertiros con las opciones tácticas y de equipamiento (que también incluye drones, por cierto). Los jugadores más ambiciosos pueden incluso llegar hasta la Virtual Reality Master League, donde los mejores reciben premios en efectivo.

Sin embargo, debemos tener en cuenta que Onward no es solo un juego de Quest, ya que en un principio salió en PC. Estos dos mundos se han unido para crear un producto compatible con cross-play, y eso puede terminar siendo un error. La idea original ha sido rebajada gráficamente y la IA también se ha retocado para coincidir. Y por si fuera poco, dos mapas, así como la opción de usar otros mapas diseñados por la comunidad han sido eliminados. El estudio está intentando salir de la situación con la excusa de que Onward (versión 1.81) está aún en periodo de acceso anticipado, a pesar de que no exista oficialmente el periodo de acceso anticipado en la plataforma Oculus. Todo lo que podemos hacer es esperar que las características que faltan vuelvan en un futuro, pero hasta entonces, los jugadores de PC tienen todo el derecho del mundo a estar cabreados.