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Ori and the Will of the Wisps

Análisis de Ori and the Will of the Wisps

Ori vuelve al bosque en busca de otra bella y desafiante aventura pero, ¿es una secuela en condiciones del juego que marcó un hito?

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Este análisis se ha redactado antes de la aplicación de un parche de lanzamiento "Day One" que corrige varios errores técnicos. Aun así, Gamereactor ha decidido publicar la crítica original porque, si bien los fallos técnicos prevalecen, no han sido suficientes para afectar a la valoración final del juego. También tenemos en cuenta que, para comprobar si los bugs que nos encontramos por el camino durante nuestra primera partida seguían ahí después de la aplicación del parche de día 1, tendríamos que volver a pasarnos el juego de cabo a raro, lo que se hacía imposible dadas las circunstancias. Disfrutad de la review.

En general, suele haber dos tipos de secuelas, continuaciones o segundas partes. Algunas son como las de la trilogía del Mass Effect, es decir, se estructuran por completo desde el principio y cuentan con guiones que ocupan cientos de páginas. Otras son más como las de Last of Us, Final Fantasy X o Life is Strange, ya que surgen de manera más espontánea gracias al éxito del juego original. Aunque es normal, si te encuentras con una gallina de los huevos de oro, parece lógico apostar por una saga de éxito en lugar de arriesgarse empezando con una nueva. Sin embargo, a menudo esto provoca el efecto contrario, ya que puede resultar algo difícil tirar de una historia que ya había terminado. A pesar de que esos finales ofreciesen diversas posibilidades, ya contaban con un punto final, un punto concreto en el que acabar, por lo que no habría ninguna necesidad de hacer un tachón encima de ese punto o cambiarlo por una coma. Al fin y al cabo, se trataba de un punto que estaba ahí para darle el final perfecto al juego.

Así pues, ya podemos imaginar a qué categoría pertenece Ori and the Will of the Wisps. La primera entrega fue sorprendentemente desafiante y bonita. Se las arreglaron para para contar la historia de un pequeño espíritu del bosque que luchaba contra la crueldad de la naturaleza, y esa historia la iba contando la propia dinámica de juego, con poca escena de corte. La primera aventura de Ori, en la que escapaba de las garras del malvado búho gigante Kuro y trataba de devolver la vida al bosque, dejó su huella en la historia de los videojuegos. Esta encantadora criatura blanca se las arregló para salvar no solo su agonizante hogar sino también al género Metroidvania. Su éxito provocó una nueva oleada de títulos similares, entre los cuales se encuentran los aún más aclamados si cabe Hollow Knight y Dead Cells.

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Ha pasado todo un lustro desde el lanzamiento de la primera aventura (aunque algunos la tienen más reciente por la adaptación a Nintendo Switch), pero ya podemos ver la luz de la secuela y, al igual que Hollow Knight se pudo inspirar en su momento en Ori and the Blind Forest, parece que ahora ha sido este último quien toma varias notas de Hollow Knight.

Es realmente interesante ver cómo ha cambiado la situación y al final ambos juegos se han inspirado mutuamente. Sin embargo, esto no es suficiente para asegurar que la secuela dejará huella en nuestros recuerdos. Está claro que no se puede obtener el mismo éxito del original simplemente copiando todo lo que funcionó bien entonces. Así pues, se cierne una sombra sobre Ori and Will of the Wisps, una sombra de la que el juego no puede escapar, por mucho que lo intente.

Ori and the Will of the Wisps

Al principio, parecía que Moon Studios pretendía desarrollar una secuela de una manera parecida a cómo lo hizo Bioware con Mass Effect, es decir, agradeciendo a su predecesor por la sólida base que proporcionó y creando algo completamente nuevo. Durante la primera hora de juego, podemos ver cómo Ori nos sorprende con una fórmula muy distinta, una que, al igual que Hollow Knight, parecía más desarrollada. En lugar dejarnos llevar por la simplicidad de una trama que nos guía lo largo del juego con una escasa narración, ahora se cuenta la historia a través de largas y detalladas escenas cinematográficas. De hecho, casi parece más un semi RPG, ya que se introducen nuevos PNJ con los que Ori puede interactuar y completar las misiones que le asignan. Además, esta vez han añadido desafíos, un nuevo modo contrarreloj y un montón de nuevas acciones que nos permitirán, por ejemplo, comprar y mejorar habilidades o incluso construir nuestro propio hogar. Por si fuera poco, ahora contaremos con una función de autoguardado, a diferencia de lo que pasaba en el original, pero no nos podemos dejar engañar por la sensación de seguridad; Ori and the Will of the Wisps es bastante más difícil que su predecesor. Tan solo tenemos que pelear contra el primer jefe para comprobarlo. Incluso en dificultad normal, requiere varios intentos para acabar con él, por no hablar de que también hace falta mucha paciencia y un autocontrol increíble si no queremos estampar el mando contra la pared. No tenemos problemas con la dificultad, pero sí los tuvimos con los métodos anticuados e injustos que empleó el original para subirla de repente.

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En cualquier caso, teniendo en cuenta todas estas novedades, parece que tenemos lo suficiente para crear una secuela decente y completa. Sin embargo, en algunos aspectos clave vemos que sigue siendo el mismo juego. De hecho, si jugamos a Blind Forest y justo después a Will of the Wisps, probablemente nos acabaremos aburriendo como ostras.

A simple vista, parece que Will of the Wisps tiene una atmósfera mucho más iluminada, pero esta es tan solo la primera impresión. Al empezar, el jugador contempla una larga escena en la que se presenta la nueva vida de Ori y los amigos que conoció en el primer juego, Gumo, Naru y Ku, el pequeño búho. Sin embargo, podemos ver que los acontecimientos del primer título les han pasado factura; por ejemplo, Ku tiene un ala pequeña que no le permite volar. Con todo, su familia adoptiva intentará encontrar la manera de ayudarle y que pueda llegar a volar por el cielo. Más tarde vemos un momento emotivo en el que los amigos finalmente lo consiguen, pero la cosa no acaba bien y nuestros héroes, que acabaran separados y lejos de casa, deberán encontrar un camino que los lleve de vuelta a la seguridad de su nido.

Sin embargo, una vez nos adentramos en las profundidades del bosque (literalmente), el cual se parece a Nibel, la tierra natal de Ori, nos daremos cuenta de que está asolado por una misteriosa corrupción.

Ori and the Will of the Wisps

Lo que no esperábamos era que Ori nos decepcionase con la música y el estilo visual, pero es difícil no tener la sensación de que Will of the Wisps no es tan brillante ni tan variado como su predecesor. La mayoría de las zonas se confunden entre ellas y parecen la misma, y realmente hay pocas áreas memorables, a pesar de algunas excepciones como Mouldwood Depths o Luma Pools, ya que de no ser por su buen diseño de niveles, nos habríamos perdido en ellos.

Por desgracia, el conjunto no compensa el hecho de que muchos de los aspectos del juego están directamente copiados de Blind Forest y su desgastada fórmula. Al viajar a través de Niwen nos encontramos con más de lo mismo, enemigos conocidos, desbloqueamos habilidades que ya hemos utilizado cientos de veces, evitamos los ominosos pinchos y espinas e incluso pasamos por los mismos lagos y ríos envenenados, sabiendo de antemano que podremos bucear en esas zonas y explorarlas libremente una vez se hayan purificado. No es que Will of the Wisps no haya innovado, de hecho todo lo contrario, los elementos RPG aumentan las posibilidades y le dotan de un nuevo estilo, simplemente parece que Moon Studios no ha explotado su potencial al máximo.

Sin embargo, lo más importante es que sigue siendo un juego difícil y agradable a la vez, en el que el fracaso solo promueve más intentos. Tenemos algunas habilidades del juego anterior, pero también un montón de otras nuevas y pequeños cristales que podremos recoger a lo largo de nuestro viaje para poder mejorarlas. Las habilidades activas se encuentran en el menú circular (tres de ellas se pueden asignar a atajos de teclado si jugamos en PC), mientras que las pasivas se colocan en unos huecos especiales del inventario, aunque podremos obtener más de estos conforme avance el juego. Así pues, todo esto hace que Will of the Wisps nos dé la sensación de ser mucho más personalizable, más divertido y mucho menos pasivo a la hora de pelear con los enemigos.

La introducción de los PNJ amplía la historia del juego, por no hablar de que son monísimos y es imposible que no nos gusten, incluso aunque a veces sean un conjunto de los típicos estereotipos de la cultura pop. Cada raza vive y se comunica con Ori de manera diferente, pero todas tienen algo que las une, una siniestra epidemia que está devastando su hogar. Así que, como la criatura tierna que es, Ori hará todo lo posible por ayudarles, les traerá los objetos que necesiten, encontrará a sus familiares perdidos, reconstruirá la ciudad gracias a los minerales que consiga o incluso plantará semillas que tendrá que encontrar en zonas lejanas.

Ori and the Will of the Wisps

Podríamos decir que Ori and the Will of the Wisps sufre el síndrome de Skyrim, su contenido secundario tiene muchas más tramas complejas y giros sorprendentes que la trama principal. De hecho, al final eclipsan la historia principal y parecen mucho más profundas e interesantes.

Ya que mencionamos la historia principal, hay que decir que se parece a Blind Forest hasta la médula. Es como si Moon Studios quisiera recrear aquellos momentos que funcionaron tan bien en la primera entrega, como escapar de una montaña ardiendo, partes de sigilo en las que el antagonista nos vigila con ojos maliciosos y deslumbrantes, e incluso el rescate de un amigo en peligro. Cada escena importante de la trama ya estaba presente en el primer juego, por lo que se acaba reduciendo significativamente el valor de la secuela, ya que no intenta ser una nueva entrega a parte, sino que suscitan ideas que tuvieron éxito anteriormente.

Es posible que, a la hora de jugar, nuestro disfrute se viera afectado por algunos de los desagradables errores que dificultaron la partida en sí. Aunque puede que solo fuese porque se trataba de la versión previa al lanzamiento (habrá un parche de salida), el juego se bloqueó varias veces, incluso nos llegamos a quedar atascados en el menú principal. Experimentamos fallos en las texturas y en el juego en general, vimos objetos levitando e incluso la tasa de imágenes bajaba a unos 20 fps. Sin embargo, lo más desesperante sin duda fue que el sistema de autoguardado no funcionaba bien y cuando moríamos, daba igual en qué momento, cargaba un archivo de guardado pero se perdía el progreso, al menos hasta que reiniciábamos la consola. Tenemos la esperanza de que las siguientes actualizaciones ayuden a arreglar estos fallos, pero la verdad es que estos problemas nos dejaron un sabor algo amargo. Actualizaremos este espacio cuando confirmemos las correcciones.

Finalmente, Ori and the Will of the Wisps no es mucho más que una continuación del original. Le ofrece al jugador nuevos y difíciles desafíos, amplía el misterioso universo y en ocasiones es tan espectacular a nivel visual como esperábamos. A pesar de algunos errores, el juego nos asegura horas de diversión gracias a su inspiración en Hollow Knight y los elementos RPG. Lamentablemente, no es tan diverso ni, lo que es más importante, tan memorable como Blind Forest, aunque intente parecérsele, y mira que lo intenta...

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
Interesantes elementos RPG, gran diseño de niveles, una trama más desarrollada, misiones secundarias y nuevas habilidades, bello y divertido. Cumple algunas de nuestras expectativas...
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... pero no es ni tan variado, ni tan memorable como el ori-ginal, está repleto de bugs, intenta en demasiadas ocasiones imitar al primer Ori en lugar de probar algo nuevo.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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