¿Overwatch se merece ya un hueco en la historia?

Tan solo mes y medio después del lanzamiento, la nueva IP de Blizzard ha recibido tantas alabanzas que su éxito parece una conclusión cantada. ¿El mundo de los videojuegos se ha vuelto loco o es que Overwatch es especial de verdad? Lo más probable es que sea un poco de cada.

De las cenizas de un MMO herido de muerte ha salido un FPS enfocado a hacer equipo, que lleva en su interior todo el saber hacer de Blizzard y al mismo tiempo no parece que no tiene nada que ver. El linage de Ovewatch no se ve tan claramente como el de Starcraft en Warcraft, y después en Hearthstone, con esa mezcla de Diablo entre medias de todo. Donde mejor se ve el sello de esta gran compañía es sencillamente en los valores de producción.

Una rareza que quizá haya nacido de la necesidad de un equipo de diseñadores repleto de talento de buscar desesperadamente la aprobación general. La afinidad total con la llamada a hacer algo o a ser alguien heroico, a brillar y conseguir días de gloria. Reúne a un equipo tan potente como el que forman Kaplan, Keller, Petras, Mercer, Craig y Chu y verás que un hombre sabio lo primero que hará será senstare a esperar pacientemente del espectáculo.

Huelga decir que el juego se explica por sí mismo. Por su grado de perfeccionismo deslumbrante, por el autocontrol para que solo brille lo importante, por la experiencia a lo súperheroe que te hace sentir vivo. Al principio es tremendamente simple en comparación con los Call of Duty, Battlefield, Destiny, Halo o lo que se te venga a la cabeza. Pero, tras volver una y otra vez a esos combates dominados por el piedra, papel y tijera entre 21 héroes, empiezas a apreciar la complejidad de su sistema de juego.

Hay veces en las que jugando a Overwatch te sientes como en una película de Pixar, mucho más que cuanto tienes delante los videojuegos con licencia de Los increíbles o de Cars. Llegas a querer a los héroes: a la británica simpaticona Tracer, la noble arquero nipón Hanzo. Su comportamiento personifica roles narrativos sin necesidad de esforzarse. Las historias se articulan a través de pequeños secretos escondidos por ahí, de conversaciones que solo van a escuchar los curiosos.

No tenemos la intención de ir desgranando uno a uno los componentes de este encantamiento, pero no hay mejor prueba de que su encanto se está extendiendo que echar un vistazo a la cantidad de cosplays, ilustraciones, creaciones e incluso pornografía Overwatch que se ha creado a su alrededor. Algo que no ha gustado nada en la compañía, que incluso ha denunciado bajo la DMCA estadounisende a la empresa que ha creado la herramienta a partir de la cual se extraen los modelados, Source Filmmaker.

A juzgar por los comentarios que ha hecho el equipo en Twitter en los últimos tiempos, los cosplays son harina de otro costal. Hay una foto fantástica de la Gamescom 2015 en la que aparece el diseñador Michael Chu rodeado de todas sus chicas: Widowmaker, Zenyatta, Tracer, Reaper y Symmetra. Todos esos disfraces, basados en lo que Blizzard fue enseñando en su larguísimo periodo en beta, fueron creado casi un año antes del estreno del título. Volvemos a lo mismo, el éxito del juego estaba garantizado por los miembros de la comunidad ya lo daban por hecho.

Y es que no pasa un día sin que Chu haga algún retuit o mencione algún blog con artistas profesionales o amateurs ofreciendo su propia interpretación de los personajes o de los entornos y situaciones. Como por ejemplo todo lo que podéis encontrar en este DeviantArt.

Algo semejante ocurrió en el popular foro de videojuegos NeoGaf. En mayo se abrió un hilo llamado Overwatch has developed quite a fan art following... que ya lleva más de 2.500 respuestas repletas de viñetas con guiones que inventan destinos alternativos y relaciones amorosas entre personajes junto con algunos dibujos de un talento espectacular. Las comunidades de fans que surgieron para apoyar a los primeros héroes, shows de anime y videojuegos dan por hecho que Overwatch la receta fácil y para geeks de sus universos centrados en los personajes.

Hay tanta actividad de fans y seguidores que es como si el juego llevase una década aquí, al nivel de Street Fighter, Dragon Quest y todos esos JRPG que llevan años arrastrando y motivando. Aunque todo esto no es suficiente para afirmar que se merece un sitio en la historia. Aunque han aparecido unas noticias en Corea del Sur que invitan a pensar que podría tenerlo.

A principios de semana, Polygon informaba de que Overwatch ya había superado a League of Legends en el país asiático. Concretamente, en la recaudación por jugarlo en los cibers, que allí siguen estando de moda. Según las estadísticas recogidas por la web de mediciones Gametrics, League of Legends era el título online más popular de Corea del Sur desde agosto de 2012, por lo que ha sido capaz de acabar con un reinado que ha durado casi seis meses.

Está claro que esta euforia desmedida terminará pronto, que el juego se asentará y será entonces el momento de definir cuál es su sitio en la historia y cómo encaja junto a esos otros como Battlefield o Call of Duty. Cuando se terminé esta luna de miel veremos la realidad, cuántos jugadores siguen dedicándole sus horas y si solo consigue retener a los más fieles o las que tienen puesto un ojo en su salto a los eSports. Incluso qué pasa cuando vayan llegando los DLC con nuevos mapas y personajes, si tienen la misma aceptación que los actuales.

El modo competitivo, que ya ha llegado a PC y a Xbox One, es el primer test real de sus mecánicas puras. Hay un debate creciente sobre si se debe permitir o no quedarse todo el tiempo con el mismo héroes o si, como defiende Blizzard, restringir las elecciones creativas va contra el espíritu del título de estar continuamente cambiando para contrarrestar el poder predominante en una partida. Cuando termine la primera temporada de la competición, el 18 de agosto, tanto Blizzard como los jugadores tendremos ideas más claras y podremos valorar si tiene la energía suficiente para emular a esos monstruos llamados StarCraft o World of Warcraft, y la accesibilidad que ha demostrado Hearthstone.

Aunque es impresionante lo rápido que ha cogido tracción Overwatch, da algo de miedo pensar que esto es un plan muy meticuloso. Cada material adicional va a ser escrutado por las miradas y los deseos de al menos 10 millones de personas. Da igual lo que ocurra, Overwatch ya es un caso de estudio sobre cómo hacer las cosas bien, aparentemente desde las sombras, pero en realidad gracias a años de sangre, sudor y lágrimas de gente con mucho talento.