Análisis de Persona Dancing: Endless Night Collection

Como fans de la saga Persona, no estábamos preocupados cuando Atlus anunció que unos juegos de baile iban a engordar su catálogo. De hecho, recibimos de nuevo y con los brazos abiertos esta japonesada. Los títulos en sí tienen poco que ver con marcarte tus mejores movimientos. Más bien tienes que presionar los botones del mando en el momento justo en Persona 5: Dancing in Starlight y Persona 3: Dancing in Moonlight, y al hacerlo sucumbirás al abrumador encanto de un grupo de amigos maravilloso.

Los juegos musicales Persona van sobre expresarse a través del baile. Los actores individuales usas sus respectivas Personas para transmitir sus propios sentimientos a los misteriosos y sombríos espectadores, todo a través de siluetas. Los dos juegos comparten el argumento, algunos recursos, así como la jugabilidad, pero cada uno cuenta una parte de la misma historia. Así que, si escoges uno, el otro se hace un poco redundante.

Ambos son bastante claros en cuanto a mecánicas: las "notas" salen del centro de la pantalla hacia el borde y tenemos que pulsar los seis botones correspondientes del mando, y en el momento justo, para conseguir un combo y aumentar nuestra puntuación máxima. Si cometes demasiados errores en poco tiempo, nos echarán del escenario. Hacerlo mal también te llevará a volver a empezar. Las notas pueden variar su velocidad, y también hay otras paralelas y dobles, cosas complicadas, pero el mayor obstáculo son los llamados scratches. Aunque podemos ignorarlos la mayoría de las veces, nos recompensan con puntos extra y dan pie al increíble Fever-Time (un despliegue literal de fuegos artificiales en el escenario).

A diferencia de Persona 4: Dancing All Night, en el que nos preparamos para el regreso de Rise en el festival "Love Meets Bonds", con Yu Narukami y sus amigos, mientras descubríamos una historia emocionante sobre la muerte de un joven ídolo en el Midnight Stage, esta vez Atlus ha sido más perezosa con la narrativa. Han cambiado la historia animada por simple secuencias de texto al estilo de una novela visual. Eso le quita gran parte del encanto y hace que parezcan, a nuestros ojos, un proyecto de segunda. Un bajón muy grande.

En Persona 5: Dancing in Starlight, las dos guardianas, Justine y Caroline, invitan a Ren Amamiya (el protagonista de Persona 5) y a los Phantom Thieves a la Velvet Room. Ya que Igor, el jefe de este lugar tan especial, no está presente, montan una competición de baile con el objetivo de mostrar a su elocuente hermana, Elizabeth, que han protegido y apoyado al invitado más extraordinario. Hace lo mismo en Persona 3: Dancing in Moonlight al invitar a Makoto Yuki y los otros miembros del SEES (con dos excepciones).

En una comparación directa, te darás cuenta de que el modo historia de Persona 4: Dancing All Night se ha sustituido por algo llamado "Social". En este nuevo modo encontramos aproximadamente 60 entretenidas escenas de animación en las que pasamos tiempo con los personajes de cada grupo. Para poder desbloquear estos fragmentos de narrativa debemos superar ciertos retos, que son relativamente sencillos cuando juegas en el modo principal. Las notas musicales han de acertarse a la perfección, hay muchos atuendos que probarse y muchos accesorios elegantes: pronto te perderás en la gran cantidad de submenús en el caso de que quieras ser más eficiente en la menor cantidad de tiempo posible.

Tanto Persona 3: Dancing in Moonlight como Persona 5: Dancing in Starlight contienen 25 canciones para que las domines en cuatro niveles de dificultad diferentes. Los ocho jugadores de cada grupo (faltan algunos miembros, pero no te diremos cuales porque eso sería spoiler) reciben unas dos o tres coreografías por juego, pero pueden aparecer en otras actuaciones, durante el Fever-Time. Además de eso, hay canciones con apariciones en grupo especiales, pero, en ambos títulos, esto es un mero montaje de diapositivas o de vídeo. En términos de duración, no estarás más de doce horas ocupado sin repetir contenido.

El tercer juego de Persona no tuvo tanto éxito como el quinto, así que costará más que convenza. Sin embargo Persona 5: Dancing in Starlight es una propuesta más descuidada porque, si bien la banda sonora es increíble, la lista de canciones escogidas se nos hace un poco escasa. Atlus nos vende las canciones buenas dos veces: por ejemplo, Rivers in the Desert está incluida en tres ocasiones (tres versiones). Es una crítica extensible a estos spin-off porque siempre opta por colar varios remixes. Lo bueno es que las versiones ya no son tan melódicas como eran en Persona 4: Dancing All Night, pero si te gustó la materia prima, seguro que encontrarás algo que se ajuste a ti.

En cuanto a las mecánicas, pues en general no son tan difíciles, pero, por supuesto, hay una curva de aprendizaje. Los ajustes de dificultad más bajos se centran solamente en el ritmo básico, mientras que en el modo "All Night" tenemos que tener cuidado con todos los matices. Todo depende de cuántos tipos de notas se te crucen por la pantalla, la velocidad a la que corran y cómo se te dé pulsar esos botones. Llega el punto en el que no basta con mirar, hay que memorizar, por lo rápido que pasan. Pero no debe ser perfecto, a veces perdona los errores hasta cierto punto, aunque baja nuestra puntuación.

Las canciones están formadas por pequeños fragmentos que se repiten demasiadas veces, lo que se nota más cuando cambias los ajustes, modificaciones o atuendos. Además, los comentarios repetitivos de nuestros amigos durante una actuación son terribles, pero por lo menos podemos desactivarlos en las opciones. Quienes profundicen bastante en las relaciones sociales de Persona 3/5 Dancing podrán ser invitados a salas privadas de sus confidentes. Eso está bien, pero también es muy extraño, ya que no podemos hacer nada más cuando estamos allí (este modo se puede jugar incluso en PSVR). Las malvadas guardianas de la Velvet Room también has escondido algunas cartas que deberemos encontrar, pero aquellos que no quieran buscar en cada rincón tan solo se perderán algunos coleccionables.

Algo que nos habría gustado ver son modos multijugador, ya que los tres juegos de Persona Dancing: Endless Night Collection son aventuras puramente individuales. Las puntuaciones máximas de cada título se comparten online, pero siempre juegas solo. Un segundo jugador podría haber acompañado en el escenario sin tanto estrés, algo que es absolutamente imposible mientras eres el jugador principal. De hecho, todo ese jaleo en la tarima distrae bastante dado que algunos de las animaciones de fondo son similares a la vistosa interfaz de usuario, lo que hace que ciertas notas pasen desapercibidas entre todo el ajetreo de la pantalla.

Presionar los botones del mando al ritmo puede no ser tan guay como jugar con espadas láser que literalmente cortan el ritmo, pero, a pesar de eso, nos lo pasamos muy bien con Persona Endless Night Collection. Hay que ser muy fan de la saga o un apasionado de la larga tradición de juegos musicales japoneses para pensar que son imprescindibles, y los fragmentos pequeños que conforman las sesiones son bastante superficiales (lo que, hasta cierto punto, se debe a los personajes), nostálgicos y están llenos de toda clase referencias. Es un título de segunda hecho con bastante menos esmero que los RPG de la serie principal dirigido a fans y poco más.