Por qué el soporte de DLSS con resolución dinámica puede cambiar el videojuego

No es solo la potencia bruta lo que trae consiguo la nueva generación de tarjetas gráficas de Nvidia, con la presentación y el lanzamiento inminente de las GPU RTX 3070, RTX 3080 y RTX 3090. Al mismo tiempo, sigue evolucionando la tecnología DLSS que tanto está haciendo por la calidad de imagen sin minar el rendimiento, y la nueva función presentada con soporte Unreal Engine 4 puede dar muchas alegrías.

La última actualización de DLSS (Deep Learning Super Sampling) conecta directamente con la arquitectura Ampere mediante el nuevo modo "ultra performance" presentado por Nvidia, que habilita el reescalado a resolución 8K con una gráfica RTX 3090. Toca esperar para comprobar cómo quedan los títulos tras esta transformación. El último en ganar soporte para este formato es precisamente Fortnite, que reapareció en el evento del pasado 1 de septiembre en su versión más avanzada: reflejos, iluminación global y sobras con trazado de rayos y la nueva Reflex Tecnology para reducir latencia.

Pero el avance del DLSS no es exclusivo de la nueva generación GeForce, también mejora el soporte para dispositivos VR, pues al usar este proceso podrá conservar la resolución 2880x1600 a 90 fotogramas por segundo, sin esas caídas tasa de refresco que tanto afectan al usuario porque provocan los mareos. Es un paso más en la estabilidad que pide a gritos la Realidad Virtual.

La dos ventajas anteriores van dirigidas al público nicho, pero la tercera puede marcar la diferencia para todo el propietario de un PC (o quizá consola si la próxima Switch repite con Nvidia) con una GPU que utilice Tensor Cores; la serie RTX 2000 también, además de lo que venga en el futuro. Y es que a partir de ahora DLSS funciona también con resoluciones dinámicas si el software ha sido creado con UE4. Vamos a intentar explicarlo.

La fusión entre DLSS y resolución dinámica

Hasta ahora, DLSS se ha utilizado para mejorar la resolución de la imagen siempre en pares estables: el juego renderiza a una resolución baja concreta, se aplica DLSS y se emite a una resolución superior fija. Esta es la magia de este proceso, que utiliza machine learning para completar esa ganancia visual sin necesidad de que el procesamiento se haga en la resolución superior y, por tanto, siendo menos exigente con el hardware. Si a la resolución inferior el hardware flaqueaba y sufría bajones de fps, se trasladaban a la superior (manteniendo el DLSS activo).

Eso hasta ahora, porque con la llegada del soporte para resoluciones dinámicas se rompen la norma de funcionar en pares y así los creadores van a ganar aún más flexibilidad a la hora de planear su output: van a poder fijar los fps y dejar fluctuando la resolución, pues al DLSS no le va a importar la que le entre, que va a seguir sacando la imagen a la resolución superior definida.

La resolución dinámica es un concepto que está dando mucho juego en los últimos años a los creadores que prefieren sacrificar fidelidad visual a fluidez. Y el DLSS ya ha demostrado la enorme ganancia visual que se puede conseguir con machine learning sin asfixiar al PC. Pero en el futuro, si todo esto se aplica como lo presentan Nvidia y Epic Games, el sacrificio de resolución a favor de los fps será aún menor.

Sin embargo, tampoco se puede esperar que la inteligencia artificial haga el trabajo de un equipo de tecnología punta. A media que aumenta la distancia entre la resolución inicial y la final, la efectividad del DLSS se va reduciendo y el reescalado es más teórico que visual. Por eso, habrá que comprobar cómo afectan los saltos de la resolución dinámica al aspecto en pantalla que se va generando a tiempo real. ¿Corregido del todo o solo suavizado? No tardaremos en comprobarlo.