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Total War: Warhammer III

Primeras impresiones con Total War: Warhammer III

El último capítulo comienza con un baño de sangre...

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Hemos tenido el placer de jugar un pequeño fragmento del nuevo Total War: Warhammer III junto con su nuevo modo Survival Battle, aunque deberíamos llamarlo Invasión. Ahí veremos a dos de las nuevas facciones, Kislev y los demonios de Khorne y a nosotros nos toca enfrentarnos a las fuerzas de Khorne tras haber invadido su tierra natal.

En este ardiente agujero infernal hay demonios por todas partes que llegarán en oleadas. Por suerte, obtendremos recursos para emplearlos en edificios, ya sean fortificaciones o torres que pueden disparar o frenar al enemigo, y podremos conseguir refuerzos a través de un portal. Al avanzar y conquistar territorios nuevos, se abrirán más portales y aparecerán nuevas zonas de fortificación, hasta que nos veamos las caras con el líder local, un gran demonio.

Total War: Warhammer III
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Al jugar como kislevitas, lucharemos contra las fuerzas de sangre y fuego del dios del caos Khorne y, por si no conoces a las gentes de Kislev, son el polo opuesto. En esta ocasión, dirigiremos a la zarina Katarin Bokha, conocida como la reina de hielo de Kislev. Aunque pueda parecer inútil en un reino que básicamente está hecho de sangre y fuego, el hielo es muy efectivo como magia y funciona muy bien frenando a los demonios, un poder al que podremos acceder de forma casi ilimitada.

El escenario de la invasión está concebido como una especie de combate contra un boss de la campaña, como la batalla final de la mayoría de los lords legendarios. La idea es capturar puntos estratégicos nuevos y conseguir suministros que podemos gastar en tropas, mejoras y fortificaciones, pero las oleadas de demonios y los ataques constantes desde todos los frentes hacen de esta tarea un desafío que, además, representa muy bien el caos total que tiene lugar en una batalla. Esto también supondrá un reto para aquellos jugadores que suelen usar tácticas sucias o con poca estrategia para ganar, ya que habrá penalizaciones hasta que cierto número de zonas hayan sido capturadas. Se consiguen suministros por acabar con los enemigos, pero las torres defensivas no otorgan puntos por mucho que disparen. Eso sí, capturar los puntos estratégicos en el campo de batalla nos dará un montón de suministros extra.

Total War: Warhammer III

A pesar del caos, es claramente necesario idear una estrategia general, asegurarse de que las unidades de ataque a distancia estén al máximo y usar las estructuras para dirigir a los enemigos a las zonas de muerte. El único aspecto negativo desde un punto de vista táctico es que parece que el acceso a unidades baratas está restringido cada vez que se captura un nuevo punto estratégico en el mapa, lo que nos obliga a reclutar nuevas y mejores unidades, aunque también más caras, lo que significa que no podemos usar la unidades baratas como vanguardia.

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Comentarios generales sobre la interfaz de usuario y el ritmo de combate

Dicho esto, el ritmo de combate es excelente. Dado que Kislev dispone de varias unidades híbridas y muchas móviles, los ataques por los flancos te preocuparán menos y tendrás más opciones para kitear. Al ser todo tan rápido, esto puede resultar muy complicado, sobre todo teniendo en cuenta que no desbloquearemos la artillería a distancia hasta enfrentarnos a un gran demonio y sus esbirros.

Total War: Warhammer III

La IA se ha mejorado hasta el punto de que flanquear se ha convertido en un serio problema, y hemos de admitir que hubo que pausar el juego varias veces porque perdíamos la perspectiva general de nuestro ejército en el campo de batalla.

La incorporación de la magia de hielo con sus muchos efectos ralentizadores además del daño directo es algo muy necesario y, de paso, es una forma genial de pasarlo bien con el formato en lugar de tirar del típico estilo "ejército vs. ejército" derivado del juego de mesa.

Total War: Warhammer III

La interfaz de usuario también se ha actualizado tomando elementos de otros títulos de Total War. Sin embargo, creemos que esto no era necesario, ya que la IU de Total War: Warhammer II ya proporcionaba toda la información necesaria de manera clara, directa y con la mínima saturación de datos y confusión de colores, pero bueno, habrá que adaptarse. Por otra parte, las funciones y su ubicación han cambiado poco, así que todo parece diferente sin dejar de resultar familiar.

Como el nuevo modo de juego tiene un ritmo mucho más rápido, aquellos jugadores acostumbrados a ejércitos que se movían despacio y cuya única estrategia se basaba en los ataques a larga distancia se van a llevar una bofetada, pero, sinceramente, lo hemos pasado muy bien.

Unidades nuevas y dinámica de juego

Dada nuestra experiencia en Warhammer y a pesar de haber sido jugadores khornitas, le teníamos más ganas a los otros tres dioses del caos que al propio Khorne; con Kislev teníamos muchas dudas sobre su diversidad y si serían demasiado genéricos, igual que temíamos que la otra facción humana, Gran Catai, solo fuese un lavado de cara de la de Total War: Three Kingdoms. Sin embargo, a pesar de lo poco que hemos probado el juego, Kislev nos ha ilusionado. La unidades híbridas cuentan con grandes cambios y hemos extraído algunas conclusiones muy interesantes. Para nuestra sorpresa, hemos podido ver toda o casi toda la gama de unidades de Kislev, y tenemos muchas ganas de jugar con estos sombríos guerreros híbridos nacidos del hielo y las dificultades.

Las opciones de mejora están muy bien hechas y, aunque potenciar nuestras unidades sea buena idea, hay que hacerlo de forma selectiva ya que curar a las unidades y reponer munición ya se lleva gran parte de nuestro presupuesto.

Total War: Warhammer III

El objetivo de conseguir unidades nuevas y reponer y mejorar las ya existentes, junto con los edificios, añade profundidad al juego. Por ello, la reducción significativa de la gestión de reservas de poder mágico es una decisión acertada, que, además, encaja perfectamente con la trama del título: al fin y al cabo, hemos invadido un plano astral hecho de magia pura en una dimensión paralela.

Esperamos con ansia el lanzamiento de la próxima entrega de la serie para lanzarnos al campo de batalla con un hacha a dos manos mientras gritamos "¡sangre para el dios de la sangre, calaveras para el trono de Khorne!", como haría cualquier fan de Warhammer.

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