Análisis de Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered

Con la generación actual de videoconsolas hemos ido viendo cómo muchos de los clásicos de la última década han vuelto con una versión remasterizada, como The Elder Scrolls V: Skyrim, The Last of Us o Grand Theft Auto V, y todos ellos han llegado a las máquinas actuales. Ahora es el turno de Red Faction: Guerrilla, que salió a la venta por primera vez en 2009, ¿te lo puedes creer?

Cuando Nordic Games compró los derechos de tantos títulos de THQ y se cambió el nombre a THQ Nordic, la compañía hizo un remaster de Darksiders, y lo llamó Warmastered Edition (algo así como "Edición Guerrasterizada"), lo que significa que a esta gente le van los juegos de palabras más o menos resultones. Para reafirmarlo, a esta nueva edición la han llamado Red Faction Guerrilla Re-Mars-tered (más o menos, "Roj-Marte-rizada"), que es hasta peor que el anterior.

Así que, efectivamente, el juego se desarrolla en Saturno. No, es broma, pasa en el planeta rojo. En 2009, las críticas fueron positivas, en general, pero esta edición sigue teniendo los mismos problemas, porque Re-Mars-tered es, básicamente, el mismo título de acción en tercera persona, solo que con gráficos actualizados. Si tienes una copia para PC en Steam, podrás tener esta edición de gratis, pero los que lo tengan para videoconsolas, no van a tener tanta suerte.

Si no llegaste a jugar la primera vez, te hacemos un resumen: la historia es bastante floja, y se centra en un hombre llamado Alec Mason, que desde el principio jura que jamás se convertirá en terrorista/luchador por la libertad (dependiendo del bando con el que te posiciones). Solo quiere ser experto en demolición para poder ganarse el pan y rechaza el llamamiento a las armas de su hermano, pero cinco minutos después es un terrorista puro y duro, por la muerte de su hermano a manos del EDF, que no debemos confundir con "Électricité de France". Aquí, EDF significa "Fuerzas de Defensa de la Tierra", y no hace referencia a un proveedor de luz, sino que es una fuerza agresiva de ocupación que está oprimiendo a la buena gente de Marte. Dicho esto, la serie nunca se ha centrado en la trama, sino más bien en la diversión pura y dura.

Básicamente, todo lo que se ha construido, se puede destruir, y hacemos hincapié en todo. Tienes un arsenal de armas bastante variado, hay lanzacohetes, minas y martillos, que puedes usar para destrozar, literalmente, cualquier construcción de las EDF. Al estilo Rambo, formas un ejército de una persona que se dedica a poner explosivos y detonarlos, todo esto mientras matas a tiros a los soldados que vienen por la izquierda, por la derecha y por el centro. Como consejo, no te tires demasiado tiempo intentando acabar con los soldados antes de meterte ahí, porque muchos van a seguir reapareciendo de forma infinita. En vez de eso, céntrate en explotar y detonar, como el demoledor que eres.

Eso sí, acuérdate de la regla número uno: los tíos chulos no miran las explosiones, se van sin mirar atrás (como en la canción de The Lonely Island). No hay nada tan satisfactorio como poner un montón de explosivos, irse caminando en dirección contraria y pulsar el botón de detonación. Si pones los explosivos en un buen sitio, los edificios se derrumban, y, de verdad, verlo es muy satisfactorio. Ya lo hemos dicho antes, pero puedes explotar casi cualquier cosa: puentes, torres y hasta parques eólicos.

Ah, y también puedes lanzar explosivos a la gente y ver cómo salen volando hasta llegar al cielo, como si fueran muñecos de trapo. Es muy surrealista, pero muy, muy, divertido y entretenido. Puede que sea la atmósfera marciana la que hace que no estallen en pedazos, quién sabe. Tu ejército de una sola persona consigue una mejora cuando encuentras una cosa que podría ser el exoesqueleto de Alien perfectamente, y que parece construida para mandar coches y gente al cielo, aunque también es útil para abrirte camino entre los edificios.

En cuanto a los gráficos, son potentes y cuando estás jugando son bastante impresionantes. Si tienes una PlayStation 4 Pro, puedes subirlo hasta 4K de resolución. El único momento en el que sí se nota que es un título remasterizado de PS3 es en las escenas de la historia, porque las grabaciones parecen un poco anticuadas. Aunque volvemos a recordar que aquí lo que importa son las explosiones y la diversión, no el argumento.

Aparte de la narrativa principal, hay un modo multijugador con muchas opciones para jugar online (ya diremos si en ese modo hay algún problema; todavía no hemos podido comprobarlo). También hay una brigada de demolición, que coge lo mejor de la historia principal y lo mete en otro modo de juego. En pocas palabras, tienes que destruir varias construcciones en un tiempo limitado. Seguramente, es aquí donde mejor lo vas a pasar.

Y te preguntarás, ¿por qué es esto lo mejor? En la campaña principal, la conducción resulta demasiado ligera, porque vas dando vueltas por ahí y no llegar a sentir que las ruedas van por tierra o que tienes todo el peso y el control. También tienes un amplio arsenal de armas a tu disposición, y cuando todo lo demás falla puedes coger el martillo. La dinámica de disparos, sin embargo, no parece haber envejecido tan bien y, a veces, acertar a las infinitas olas de enemigos llega a ser complicado. Además de todo esto, se puede hacer un poco repetitivo cuando lo único que haces es salir ahí fuera, explotar cosas, y repetir (sobre todo porque las EDF están siempre ahí en tiempo récord, buscando pelea).

Si buscas algo que se centre en la historia, lo mejor será que no hagas este viaje a Marte. Para el que sí quiera hacerlo, lo que te vas a encontrar va a ser diversión con explosivos increíbles que puedes usar en cuando te apetezca volar cosas. Con el anuncio de Darksiders 3, después de remasterizar los originales, solo podemos esperar que los planes de THQ sigan por la misma línea y hagan una secuela de verdad para Guerrilla. No nos gustó tanto Armageddon, seguramente porque apostaba demasiado por la historia y no tanto en las explosiones y los estallidos (ironías de la vida). Así que esperemos que, si en algún momento volvemos al planeta rojo, el juego se centre en volar cosas por los aires. ¿Por qué? Pues porque las explosiones son la diversión y la seña de identidad de la serie.