Los videojuegos se han convertido en un entorno tan pujante que está atrayendo a inversores atípicos. En Corea del Sur ha saltado la noticia de que ahora es el dinero manchado de petróleo y sangre de Mohammed bin Salmán, príncipe heredero de la corona de Arabia Saudí y vicepresidente del gobierno, el que ha entrado en el sector a través de SNK.
Bloter lleva la exclusiva de que la empresa Electronic Gaming Development Company (EGDC), de propiedad de bin Salmán, ha llegado a un acuerdo para adquirir el 33% del capital de SNK por 207000 millones de wones (unos 150 millones de euros). Parte de ellas salen directamente de Perfect World, la compañía china que se hizo con la segunda mayor parte del capital hace unos años.
La operación debe consumare el 12 de enero de 2021, cuenta Bloter, tras varios procesos de asimilación. Uno de los aspectos más abiertos está en la dirección, pues las intenciones de mando de EGDC son desconocidas por el momento.
Bin Salmán es el hombre fuerte de Arabia Saudí en estos momentos y no rehúye los escándalos. Además de la represión interior, su oficina ha estado ligada a todo tipo de agresiones, desde el asesinato por descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi a los bombardeos sobre civiles en Yemen.